Cortejo

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Ciertamente una nueva etapa en la vida de Kagome comenzaría. No solo había logrado el trabajo de sus sueños, su novio se encontraba perdidamente enamorado de ella y en menos de tres meses, se mudaría para iniciar a vivir juntos, donde día a día, compartirían tristezas, felicidad, y todo aquello que se comparte con la persona más impórtate en tu vida. Así es, Kagome tendría la vida que en algún momento Rin, había deseado tener junto a Sesshomaru.

Obviamente se sentía feliz por su amiga, le llenaba de alegría saber que sería feliz, pero tampoco negaba sentir un poco de tristeza junto con el deseo de tener lo mismo.

Mientras ambas chicas se arreglaban en la mañana, Rin escuchaba a su amiga, tararear por el departamento, se veía más que feliz, y sonríendo para sí, continúo maquillando sus pestañas. Estaba segura que en cuanto su carismática compañera y hermana, se fuera, sus días en el departamento serian solitarios y tristes, pero mientras la azabache fuera feliz, le consolaría el corazón.

Aunque también estaba el tema con Bankotsu, ese mes de citas cada fin de semana, la había motivado a tomar una decisión, y estaba segura que con su ayuda, podría olvidar al perfecto profesor peli plateado que aún era dueño de su corazón. Su compañía le agradaba, siempre intentaba hacerla reír, sus atenciones eran encantadoras y ¿Por qué negarlo? Era un joven muy guapo.

Terminando, vio la hora, se despidió de su amiga, deseándole un gran día y salió decidida a demostrar su talento. Tenía la confianza de que ese día seria especial, pondría todo de su parte, pero nunca se imaginó, la sorpresa que tuvo más tarde.

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Llegada la hora, Rin salió del enorme edificio y se encamino a tomar un transporte para ir a casa, por ese día, era todo y realmente le había encantado, no solo entendía a la perfección las tareas, sino que el ambiente también era encantador, y ¿Qué decir de la ropa? Le encantaba la idea de vestir falda, saco y tacones todos los días. Estaba segura que en poco tiempo le tomaría el ritmo y con una sonrisa en el rostro, continúo caminado.

Pronto llegaría al final de la calle y por estar sumergida en sus pensamientos, no había notado lo que se encontraba frente a ella. No fue hasta que levantando la vista, que sus pasos se detuvieron, sintió como su corazón se paralizo y abriendo sus, grandes ojos cafés, dudo si tal vez su imaginación le jugaba una broma, pues justo a unos cuantos metros, se encontraba Sesshomaru.

Portaba una actitud estoica, con ambas manos dentro de los bolsillos de su pantalón, mientras recargado en su auto, esperaba atento a que esa hermosa castaña de quien no apartaba la vista, llegara hasta él. Ella no se había percatado, pero desde su salida, el hombre peli plateado, la seguía sin perderla, pues ya estaba enterado de la hora exacta en que ella aparecería.

Intentando disimular su sorpresa, continúo caminado, sin saber cómo desviarse, pues aunque quisiera evitarlo, sus pasos la llevaban directamente a él, así mismo, no dejaba de preguntarse ¿Por qué Sesshomaru estaba ahí? ¿Por qué parecía estarla esperando justamente a ella? Y ¿Cómo evitarlo? Mientras se preguntaba sus razones, era inevitable dejarlo de mirar.

Entonces, justo a un par de metros, Rin, por fin se detuvo, ambos se veían, así como antes, conectándose con los ojos, diciendo tanto, sin pronunciar palabras. La chica se sentía monumentalmente confundía, mientras que Sesshomaru con rostro inmutable, la observaba atento, de arriba abajo, contemplando lo sexy que lucía vestida de esa manera.

Entonces cortando el silencio:

- ¿Te llevo? – pregunto él, levantando una ceja, actitud que perturbo los sentidos de Rin, pues ese hombre tenía la capacidad de ser tan ardientemente atractivo.

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