Corazón

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Escena retrospectiva:

Lo había decidido, se enfocaría completamente en recuperar su confianza, en recuperar esos sentimientos que ella nunca le oculto y más importante, la recuperaría a ella, a la hermosa chica dueña de su corazón. Pero aun no era momento, primero debía resolver un par de asuntos personales, así como dejar de una buena vez su puesto en el campus, pues ya no tenía sentido asistir a un lugar donde esos hermosos ojos cafés, ya no estarían para disfrutar.

Así que después de un par de días para desintoxicarse, se dirigió a dejar su renuncia.

Para su suerte, ese día asistirían la mayoría de profesores para reanudar su contrato así como recibir información del próximo regreso a clases, por lo tanto podría hablar directamente con Midoriko, y sorpresivamente, esa directora le agradaba, pues era una mujer sensata e inteligente, así que, estaba seguro que al dejar su puesto no sería obligado a responder razones.

Entrando a su oficina, fue directo:

¿Y bien Taisho dígame en que…?

Vine a entregar mi renuncia Midoriko

¡Oh! No me esperaba eso… respondió ella, alzando una ceja

Te dije que solo sería un año más y ese año ya pasó

Realmente creí que si te quedarías, te vi muy cómodo este año

Sesshomaru frunció el ceño, y eso fue suficiente para ella, no hacía falta que dijera más, lo comprendía completamente, y aunque le agradaba tenerlo en la universidad, sabía que en esta ocasión no cambiaría su decisión, así que sin insistir más, aceptó su renuncia.

Haz sido el mejor maestro de música que tuvo esta universidad… - confeso después de verlo firmar

Y aun así no aprendían nada - Midoriko soltó una carcajada

Estaré esperando mi invitación exclusiva ¿De acuerdo?

¿No fue suficiente un piano?

Esa fue donación al campus, los pases son exclusivamente para mi

El hombre, afirmo con una mirada y sin decir más, se dirigió a la salida. Ella lo sabía, Sesshomaru había sido un excelente profesor pero su verdadera vocación, eran los escenarios. Así que realmente esperaba volver a verlo en un auditorio, así mismo, con una última mirada, se despidieron. Quizá ninguno lo aceptaría pero, eran buenos amigos.

En ese lugar ya no tenía nada más que hacer, quizá su tiempo como profesor no había sido de lo mejor, pues estaba consiente que había elegido tomar un descanso y para ello, impartir clases de música era una manera de hacerlo, pero no era exactamente algo que le agradara, y un año antes, cuando ya se encontraba dispuesto a dejar el campus, esa chica había llegado a su clase.

En ese momento, Mirodiko ya estaba informada de su renuncia y obviamente esta misma le había pedido el pensarlo, y no hacía falta, pues un par de ojos cafés, una sonrisa encantadora, un cabello brillante y una hermosa y sensual jovencita, lo había hecho esperarse un año más, solo para poder verla a ella.

Así que sin Rin, ya no era necesario seguir dando clases y por fin, ese descanso terminaría para continuar con su verdadera carrera.

Sin ser necesario, paso frente al edificio de su música, desde afuera observo el salón de clases donde por primera vez la vio, donde descubrió que había perdido contra sus sentimientos. Dio un último vistazo y se dirigió al estacionamiento.

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