*Mi Maldita Debilidad*

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Introducción

|SOL 16 AÑOS|

- Quítate la ropa.- ordena ni bien entra y abro mis ojos sin creer lo que me dice. - No me digas que pensaste que iba a ser romántico.- asiento muy desilusionada. - Esa mierda no es para mí, te quiero coger y ya.- se me acerca y doy unos pasos para atrás chocando con las cosas que usan para limpiar los jardines. - ¡Vamos Sol!, no te hagas las que no quieres ahora.- habla y se quita su remera, la que hace unos minutos moje con mi trago de frutilla y vodka. - Tu ayer me dijiste que querías, ¡Me chupaste la polla!.- cierra sus ojos como si recordara lo de ayer. - ¡Fue tan genial!.- abre sus ojos y frunce su ceño al verme. - Quítate el vestido Sol.- pide y niego.

- No quiero hacerlo.- digo sin algo de fuerza. - Ya no quiero hacerlo.- al escuchar eso su cara se trasforma a una que solo la vi cuando pelea con alguien.

- ¡No estoy para tus juegos Sol!.- se me acerca agarrándome de la cintura. - Tu me llamaste.- me alza haciendo que mis piernas rodean su cintura y me besa muy posesivamente mientras trato de quitarlo.

- ¡Uriel no!.- golpeo su cuerpo pero es en vano, él es muy grande a mi lado. - ¡AYUDAAAAA!.- grito aunque se que es imposible que me escuchen la música esta muy alta y los demás estan en la piscina.

Me alarmó cuando sus manos ya están tocando mi sexo, lo ha echo varias veces pero con mi permiso y esta vez no quiero que lo haga, se que Uriel no es así, solo está borracho y drogado, no sabe lo que hace.

- ¡Como amo tu coño suave!.- expresa emocionado y entra uno de sus dedos.

¡Dios por favor!, No quiero hacerlo de esta manera...

- ¡URIEL BASTA NO QUIERO!.- grito pero sigue como si yo no estuviera asustada y pidiéndole que me deje.

- Sabias muy bien a lo que veníamos.- habla sin dejar de tocarme.

Estaba decidida cuando lo llame, a quien engaño solo quería darle celos a Jacob. Toda la tarde se la paso al lado de Griselda y ni siquiera me ha dirigido la palabra, no entiendo su comportamiento, no después de que estuvimos juntos durante el viaje a la cabaña, no después que me entregue a él.

- ¡BASTA, DÉJAME!.- grito lo más que puedo y la puerta es abierta muy violentamente.

- ¡SUELTALA HIJO DE PUTA!.- entra un Jacob muy furioso.

Uriel me suelta y lo único que puedo ver es a Jacob golpeándolo como si quisiera matarlo, aturdida, confundida, temblando y con los ojos algo llorosos salgo de ahí acomodando mi estúpida pollera.

Todo me da vueltas, no se que le paso a Uriel pero mañana me va a escuchar, me dio mucho miedo su comportamiento si Jac no hubiese llegado iba a abusar de mi, solo quiero irme a mi habitación lejos de todo y todos.

Otra vez esta noche fue un fracaso...

- ¡Sol!.- me grita alguien pero no distingo quien es, solo sigo cruzando el enorme jardín.

- ¡SOL!.- me grita otra voz que conoszo a la perfección, Jacob. - ¡SOL!.- vuelve a gritar pero lo ignoro.

Sigo caminando pero soy detenida por él, este me mira muy mal con ganas de golpearme tanto o más que a Uriel, que me largo a llorar desconsoladamente y soy abrazada por sus enormes brazos de una manera tan protectora que solo la llego a sentir cuando me abraza mi padre.

La Debilidad De Iñaki (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora