Tuya una y otra vez...

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Emma

Me despierto con calor, mi cuerpo duele pero no es para exagerar.
Abro mis ojos y veo los brazos de Iñaki aferrado a mi cuerpo, recuerdos de lo que hicimos anoche me ponen roja como un tomate.
Un cosquilleo placentero invade mi cuerpo cuando besos húmedos se apoderan de mis hombros.

- Mi sol.- me susurra y mi cuerpo tiembla.

Sus manos exploran mi cuerpo otra vez, mi mente se nubla ante sus toques delicados llenos de pasión.
Mi espalda choca con su pecho caliente, su respiración se vuelve agitada, muerde mi oreja y levemente un jadeo se libera de mi boca al sentir uno de sus dedos hacer círculos en mi sexo.
Aprieto las sabanas para descargar un poco la tensión y el calor que emana mi cuerpo.
De un momento a otro se sube arriba mío, escaneo su rostro relajado algo sonrojado, el calor de nuestros cuerpos es algo sofocante, poso mis manos en cada mejilla suya y ante mi toque cierra los ojos unos segundos.

La poca luz solar entra por las ventanas nos ilumina dando una escena de película. Respiramos con dificultad, las sensaciones y la necesidad de nuestros cuerpos va aumentando rápidamente.
Acerco mis labios a los suyos, lame sutilmente los míos y me penetra de golpe.
Una de sus manos delinea mis senos lento sin prisa, sus embestidas aumentan de a poco, sus jadeos son liberados con penetración tras penetración, me aferro a su cuerpo aun más, mis pequeños senos son apretados por sus pechos dándome un placer que nunca jamas sentí hasta ahora.
Pega su frente con la mía, cierro mis ojos y me dejo llevar...
Luego de mi liberación exquisita llega la suya con un gemido ronco que me eriza toda la piel.

Nos quedamos así por varios segundos, sintiendo la respiración de otro sin asco a nuestras transpiración y el flujo rojo que salió de mi manchando las sabanas blancas, sera mejor que me levante a lavarlas pero me da vergüenza hacerlo de seguro mi sexo esta también manchado.

Un golpe en la puerta hace enojar a Iñaki que se separa de mi bufando, se levanta sin ningún pudor alguno de estar desnudo. Camina hacia una puerta donde se que queda el clóset-vestidor, luego de unos segundos sale con un pantalón chandal gris y una camiseta blanca que se la va poniendo en el camino
Me tapo con la sabana hasta el cuello por más que es imposible que me vean desde la puerta, esta habitación es enorme.

- Buenos días señor.- escucho una voz de una mujer que no es la de Bianca.

- Deje claro anoche que no molesten al menos que ordene lo contrario.- dice Iñaki alzando un poco la voz.

- Lo siento mucho señor es que me mandaron a traerle el desayuno.- habla la mujer nerviosa.

- Que sea la primera y ultima vez que lo haces, pasa y deja las cosas allí.- responde él y mis nervios se hacen presentes.

¡Estoy desnuda! ¿Cómo se le ocurre hacerla pasar?...

Como flash me escondo bajo las sabanas y me pongo boca abajo, escucho el sonido de las ruedas del carrito deslizarse por el piso, esa mujer ha de tener los mismos nervios que yo. Maldigo cuando mi pierna se enreda con la sabana destapando todo mi espalda, mejor me hago la dormida.
Escucho la risa de Iñaki es la primera vez que la oigo, por más que he trabajo para él cuatro años jamas lo escuche reír, ni que lo viera todos los días, eres tonta Emma...

- Ya se fue.- me dice.

Levanto mi cabeza y lo veo parado al lado mío llevándose unas uvas a la boca, luego cierro mis ojos al sentir como recorre mi espalda lentamente con la yemas de sus dedos.

- Iñaki.- susurro, sus toques me hacen quedar boba.

- ¿Te parece si nos damos un baño y comemos algo?.- pregunta aun recorriendo mi espalda pero su mano va bajando cada vez más.

La Debilidad De Iñaki (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora