La Debilidad De Iñaki (+18)

Un heredero en camino

EMMA

- Gracias.- escucho que dice Iñaki.

Bostezo y me acurruco más en la cama sin abrir los ojos aun, anoche despues de comer juntos arriba de la mesa, los sándwiches, como dos niños tratando de que nadie nos descubra, subimos a la habitación casi sin ropa ya que en el camino nos la íbamos quitando.

Como en las películas...

Hicimos el amor hasta que salió el sol, fue magnifico, Iñaki borro con cada beso, las cicatrices que aun tenía de esa noche horrible. Mientras lo hacía, mientras recibía su amor, me prometí a mi misma no volver a pensar en ello, mi vida debía seguir y con la ayuda de mi hombre lo estaba logrando.

Mi hombre, que bonito suena eso...

La sábana me es arrebatada haciendo que un escalofrío recorra toda mi cuerpo desnudo. Abro mis ojos y lo veo a mi costado observándome, lleva puesto una bata y su pelo humedo.
De un salto se sube arriba mío sin apoyar todo su cuerpo sobre mi trasero ya que estoy boca abajo.

- Buenos días mi sol.- me saluda, besa mi oreja y luego la otra.

- Hola.- digo disfrutando de sus besos que bajan a mi cuello.

- Ya trajeron el desayuno.- me avisa sin dejar de besarme.

- ¿Qué hora es?.- pregunto.

- Que importa la hora.- responde y sus manos viajan a los costados de mis senos los cuales van bajando hasta mi cintura y vuelve a repetir lo mismo varias veces.

- ¿Dormiste bien?.- cambio de tema ya que el sol que entra por la ventana me indica que es pasado del mediodía.

- Mejor que nunca.- dice y lleva las manos más abajo y él se corre más para atrás. - ¿Y tu?.- pregunta y haciendo un camino de besos por toda mi espina dorsal.

- Bien.- respondo algo agitada, sus manos sobre mi sexo me ponen deseosa de más.

- Eres perfecta.- dice sobre la mitad de mi espalda y me hace estremecer. - Todo el maldito tiempo quiero estar dentro de ti.- confiesa haciendo que me ponga colorada. - Todo el tiempo quiero hacerte gemir y escucharlos, escuchar como disfrutas.- entra un dedo dentro de mi y no tardo en gemir. - Así como lo haces ahora.- apoyo mis dos brazos bajo mi cabeza y levanto un poco mi cuerpo. - Me fascina todo de ti mi sol.- mueve su dedo más rápido unos segundos y para. - ¿Yo también te fascino?.- pregunta y me da vuelta.

Ataca mis senos chupando y mordiendo levemente, juega con ellos de una manera irreal, estoy tan caliente que mi cuerpo quema. Cierra mis piernas con una mano, hace que las doble y apoye mis pies en la suyas arrodilladas, roza su pene en mi entrada pero no va más alla, solo roza allí con la punta, desde arriba hacia abajo mientras yo aprieto las sabanas tirando mi cabeza para atrás.

Dios mío...

- Joder.- gimo cuando entra en mi y sale en menos de dos segundos.

Su pene palpite en mi entrada y mi sexo arde para que actue, me muevo un poco para buscar que entre otra vez.

Busco sus manos a cada costado de mi cuerpo las rasguño cuando repite otra vez lo mismo, entra y sale dejando a su pene palpitando en mi entrada. A sus manos las llevo a mis senos, necesito que me toque más, él gime ante eso y entra saliendo tan rápido como antes apretando con toda la palma de su manos.

- ¿Quieres que siga?.- pregunta agitado.

- No pares.- pido ya desesperada.

Separa mis piernas con sus codos, abandona mis senos, no sin antes apretarlos deliciosamente, lleva una mano bajo mi espalda, con la otra se impulsa sentándose y a mi me levanta haciendo que quede sentada arriba suyo, pasa mis piernas alrededor de su cintura.
Con ayuda de mis manos en sus hombros me acerco más a él y bajo a su pene entrando lentamente.
Uno nuestros labios, abrazando fuerte su cuello y me muevo rápido, sus manos en mis nalgas me ayudan con el movimiento que nos llena de placer y nos hace tocar el cielo.