Capítulo 32

828 66 10
                                    


  En la mansión Wayne se encontraban un poco desconcertados, claramente por el repentino "viaje de negocios" que tuvo el nuevo Chico Maravilla, principalmente porque desde que se fue no los había contactado, estaban empezando a preocuparse hasta que Dick les dijo que no había necesidad de ello, tenía el presentimiento de que no la estaba pasando para nada mal, principalmente porque había preguntado en la empresa sobre su inminente viaje y para la sorpresa de nadie, en realidad había informado que necesitaba unas semanas libres, sin dar ninguna explicación, por un segundo pensó que era para buscar a Talia y eso lo asustó por un segundo, pero al entrar en su habitación, no se crean, Damian no la había dejado abierta, Dick tenía una llave, no pregunten como la consiguió; este se alivió al ver que su traje y armas estaban en su lugar, conocía a su hermano, él jamás saldría a investigar sin ellas, solo quedaba una opción para su "viaje" y estaba seguro de que tenía algo que ver con cierta azabache. Estaba feliz por su hermano, el muchacho finalmente había razonado mejor le situación y estaba empezando a hacer las cosas bien con la doctora, aunque había algo que lo molestaba, la mansión se sentía un tanto vacía, puede que el joven no hiciera mucho alboroto en el hogar, pero siempre se sentía su presencia y para el "Robin original" era un poco extraño no verlo entrenando o con un libro en la estancia, de hecho estaba pensando en eso cuando su teléfono empezó a sonar, una videollamada y sorprendentemente era el pequeño demonio.

- Que sorpresa, por fin das señales de vida. - Contestó con un tono burlón.

- "Déjate de tonterías Grayson." - La voz de este era un poco más baja, estaba susurrando.

- ¿Por qué susurras, Damian? - Antes de que el vigilante pudiera responder, la pequeña que tenía en los brazos lo hizo por él.

- "¡Dami!" - Podía escucharse como la bebé lo llamaba y de un momento a otro la vio jugando con el teléfono.

- "Espera Emma, pequeña diablilla." - Bueno ahora estaba seguro de donde estaba su hermano, pero lo que más le sorprendió fue lo que escuchó después.

- "Devuélveme el teléfono, si devuélvele el teléfono a Dami, por favor diablilla"- El tono que el joven utilizó lo dejó boquiabierto, era medianamente suave, por supuesto que no era el tono que utilizan todos para hablarle a los bebés, ya saben un balbuceo y tono chillón, el tono que utilizaba su hermano no tenía ni un toque de regaño o dureza, no era serio, ni tampoco frío y mucho menos sarcástico. Dios, jamás lo había escuchado hablar así y mucho menos verlo con una pequeña sonrisa.

- "Ten, puedes jugar con tu muñeca, falta mucho para que puedas jugar con un teléfono, puedes pedirle uno a tu madre en unos diez años" - Se pudo escuchar como finalmente recuperaba su teléfono y la risa de la niña de fondo, en cambio se encontró con el ceño fruncido del vigilante.

- ¿Quién eres y qué has hecho con mi hermano? - Una parte de él lo decía con seriedad, nunca pensó que escucharía al pequeño demonio hablar así. ¿Qué tanto había cambiado en una semana?

- "No digas estupideces, tengo que hablar rápido antes de que se aburra de la muñeca y vuelva a jugar con el teléfono o peor, con mi cabello." - No miento cuando digo que Dick en serio intentó buscarle sentido a la oración que Damian acababa de decir, pero fue inútil.

- "Necesito poner vigilancia en los alrededores del edificio de Marinette, es muy posible que el plan de Talia la tenga como objetivo a ella." - Al no escuchar alguna respuesta del mayor o ver algún gesto, prosiguió.

- "Esto le está afectando, cada que uno de esos monjes muere ella puede sentirlo, quiero que esté protegida hasta que detengamos a Talia, porque no vamos a descansar hasta que todo esto se acabe." - Mientras el menor hablaba, Grayson estaba dirigiéndose a la cueva, esto era algo que todo el equipo necesitaba escuchar.

Un amor inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora