CAPITULO 14.

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CAPITULO 14.

FRANCISSCANA.

Llevamos más de una hora esperando a mi hermano, el cual brilla por su ausencia.

---Se la está cogiendo---dice Feddei con algo de molestia, debo de admitir que es algo fastidioso ser impuntual, pero si mi hermano está sudando la grasita no me quejo.

---Tú te empelotaste delante de estos dos, ¿Qué te hace diferente?---todos nos quedamos mirando a Dylan después de esas palabras tan amargas que salieron de su boca.

---Cuidado con lo que dices---amenaza Hugo.

Puedo jurar que el aire se puede cortar ni siquiera con un cuchillo, si no con un hilo de lo tenso que está.

---No me importan sus comentarios---responde una Feddei totalmente calmada.

Los hermanos Dubois y nosotros estamos en el restaurante al que frecuentamos, esperando a que nos sirvan la cena. Al parecer ellos llegaran con nosotros, es la razón por la que todo el hotel es nuestro, en las plantas inferiores tienen todo un arsenal listo para una tercera guerra mundial.

--- ¿Quién te tomo los puntos?---le pregunto a la rusa junto a mí.

---He sido yo---me informa Hugo. Vaya.

--- ¿Eres doctor o algo así?---asiente.

---No sabes quién soy ¿verdad?---me pregunta a lo que niego---me dicen el especialista.

Qué tipo de apodo es ese para una persona que se maneja en este mundo.

---Y yo soy el cirujano---dice su hermano. Bien esto es bastante raro.

---En algún momento sabrás porque---dice Hugo leyendo mis pensamientos--- ¿O ya has visto morir a alguien?

Sus grandes ojos me observan de una manera inexplicable, me ve como si fuera algo que quiere corromper.

--- ¿Has matado a alguien?---pregunta Pierce, desvié mi atención al menor de los hermanos, sus ojos azules me observan con gracia, son tan dulces y puros.

---No a las dos cosas, siempre me he mantenido al margen cuando a esta vida se refiere---les respondo.

Varios meseros se acercan trayendo la comida que hemos ordenado, un apurado Faddei hace acto de presencia ante nosotros, su traje azul marino con rayas, lo hace ver muy empresarial.

---Ya tenemos base aquí---informan sentándose en el puesto libre---los Homies están dentro.

---Te hacia cogiendo---dice mi hermana metiéndose un trozo de pasta en la boca.

--- ¿Quieres que me la coja?---la observa con detenimiento retándola con la mirada.

---Ustedes dos, dejen de comportarse como críos, Feddei ya deja ese tema---ahora si la reprende el mayor de los Dubois.

Sin mucho ánimo ella deja el tema por la paz y se dedica a comer.

--- ¿Cómo conociste a mi Prinkipissa?---le pregunta el francés al colombiano.

---Es la hija de mi socio---dice como si fuera obvio.

---Ya veo, fue amor a primera vista---una sonora carcajada resuena en nuestro privado---el amor es una mierda.

---El amor es lo único que nos tiene aquí después de todo---una voz dulce y angelical se escucha, sonaba como un susurro estrepitoso, unas palabras ahogadas entre agonía y felicidad.

Una joven casi de la edad de mi hermana Fedora, su cabello castaño oscuro caía en hondas sobre sus hombros, esos ojos azules hipnóticos, iguales a los de Pierce, sus labios rojos y gruesos. Una nariz perfilada y recta, su rostro es redondo.

ROMPE CRANEOS (Reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora