(2) Cap 5, Preparaos para correr

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Teresa se deslizó por el suelo acabando dentro de un edificio que estaba enterrado en arena. A Martinna le pareció buena idea meterse allí y le siguió, haciendo que el grupo hiciera lo mismo.

Era de noche, y dentro de allí no se veía nada. Minho sacó unas linternas de la mochila que cogió en el gran almacén e iluminó el lugar. Era un gran espacio, solo se veían objetos rotos por el suelo y escombros, nada más.

—¿Dónde coño estamos? — Inquirió Minho.

—Da igual, tenemos que irnos. —dijo Thomas queriendo empezar a correr de nuevo.

—No —decretó Teresa.

—Tenemos que seguir.

—¡No! —repitió esta vez más fuerte y segura. — Dime que está pasando Thomas.

Thomas tardó en responder, pensando en como explicarles al grupo lo que él, Martinna y Aris vieron. Martinna se adelantó al ver que el moreno no hablaba.

—Vimos cuerpos. Muchos. Conectados a unas máquinas... que no se lo que les hacían. Les estaban quitando líquidos, como si los vaciaran de alguna manera.

—¿Qué? ¿Estaban muertos? —murmuró Minho.

—No... aunque tampoco estaban vivos. —Intervino Thomas— Es C.R.U.E.L, nos ha estado mintiendo, nunca escapamos. Quiere algo que tenemos dentro... que esta en nuestra sangre. Debemos alejarnos lo maximo posible de ellos. —Todos se quedaron en silencio, intentando asimilar lo que les acababan de decir.

—Vale, ¿Cuál es tu plan? —preguntó Newt con las manos en las caderas hacia Thomas. —¿Por qué tendrás uno, no?

—Ahora mismo... no —balbuceó

—A si que te hemos seguido hasta aquí, ¡Y ni siquiera tienes un plan! —gritó el rubio. Martinna intervino inmediatamente.

—Newt, calma. Solo hay que pensar —dijo con voz suave colocándose al lado de su hermano.

—Escuchemos algo... Janson habló de una gente que se esconde en las montañas. Una gente de resistencia o ejército. —recordó Aris.

—El brazo derecho —dijo Martinna abriendo los ojos al recordarlo.

—Si realmente están contra cruel quizá puedan ayudarnos— añadió Thomas

—¿Buscar gente en las montañas? —habló Newt incrédulo.

—Es nuestra única oportunidad —habló Martinna con voz segura, intentando que no todo pareciera tan inestable.

Winston les interrumpió, mirando algo en el suelo muy inmerso y concentrado.

—Minho, la linterna. —Minho, haciendo caso a Winston, iluminó el suelo dejando ver unas huellas recientes.

—Alguien ha pasado por aquí.

—Vamos a investigar este lugar. —ordenó la líder. El grupo seguía a Minho que alumbraba el lugar. El asiático vio que detrás de una puerta había recursos que les podrían venir bien, como agua, ropa, etc.

—Abrirla —dijo Minho. Entre Newt y Thomas abrieron aquella persiana de metal con fuerza, dejándoles paso a la sala. Martinna fue hacia una esquina donde vio unos cuchillos bastante afilados. Cogió uno y lo observó de cerca.

—Parece que había gente viviendo aquí. —supuso Fritanga

—Y donde estarán ahora —dijo Newt con desconfianza, pensando que podría haber pasado con ellos. Martinna se giró observando todo lo que había, pensando en que necesitarían muchas cosas básicas para poder sobrevivir hasta llegar a las montañas.

—Chicos —llamó la atención al grupo. Todos se giraron, mirándola atentamente. —Coger todo lo que podáis, todo lo que penséis que vais a necesitar. Ropa, agua, linternas, armas... Nos separaremos pero luego nos reunimos todos aquí de nuevo. —todos asintieron de acuerdo con ella.

—Marti, espera. —dijo su hermano. —Toma —le pasó una linterna. Martinna se lo agradeció con la mirada.

—Esta bien, vamos —dijo Thomas alejándose con Minho. Martinna y Newt se fueron por otro lugar y Teresa y los demás también. Ahora todos estaban separados.

Martinna caminaba con cuidado junto a su hermano, alerta por si en cualquier momento pasaba algo, pero mucho más tranquila y calmada que antes. El rubio abrió una puerta que daba a una gran sala, donde parecía que había muchas cosas útiles.

La chica se acercó a una bolsa de ropa que había y miró como iba vestida. Solo tenía una camiseta de tirantes rota y manchada de polvo, y unos pantalones finos. Y estaba empezando a hacer frío. 

Como solo se encontraba su hermano en la habitación se quitó la camiseta y los pantalones quedando en ropa interior. Cogió una camiseta de tirantes blanca y se puso otra por encima de manga larga color azul, que parecía mínimamente limpia. Mientras estaba buscando unos pantalones, su hermano rompió el silencio.

—Oye... ¿Thomas y tú? —Martinna no le dejo acabar la frase ya que empezó a negar.

—Oh, no, no, no. No tenemos nada. ¿Por qué lo preguntas? —cuestionó rápidamente.

—No sé, dormiste con él y entre vosotros hay algo diferente que con los demás. —Martinna no pudo negar que esa frase le hacia ilusión. No se había parado nunca a pensar si Thomas le gustaba, pero ella creía que no hacía falta ni siquiera pensarlo. Thomas causaba sentimientos en ella que hacía mucho que no tenía, pero desgraciadamente no parecía lo mismo por su parte. El y Teresa... tenían una relación rara, cosa que confundía mucho a Martinna. Vivían una situación muy dificil como para dejar hueco al amor, aunque a ella le hubiera gustado.

—Newt, él y yo... Bueno, que nosotros... —balbuceó —No tenemos nada. Serán imaginaciones tuyas.

—Marti, soy tu hermano, y te conozco. Y Thomas es mi amigo, también lo conozco. Ahí pasa algo, y no queréis admitirlo. —dijo con una risita al ver como su hermana se había sonrojado. Era verdad, Newt le dijo lo mismo cuando empezó a sentir cosas por Alex, el chico que murió y fue picado por primera vez. Su hermano la conocía.

—Calla, tonto. —dijo entre risas y le tiró un calcetín que encontró por ahí a la cara.

—¡Oye! —dijo Newt devolviéndoselo. Martinna soltó una carcajada al ver que el calcetín se metió en un cubo, haciendo que Newt encestara sin querer. —Anda, ponte los pantalones que hace frío.

Martinna volvió al mundo real e hizo caso a su hermano poniéndose unos pantalones vaqueros negros que tenían bastantes bolsillos. Newt tambien se cambió de ropa poniéndose algo más abrigado y limpio. Martinna le sugirió que buscara unos zapatos más decentes y ella se puso unas botas que parecían bastante buenas. Después, investigó aquella habitación encontrándose con una gran mochila en la que metió mas linternas, varias cantimploras llenas de agua, algo más de ropa...

De pronto, un ruido sonó por todo el almacén y las luces empezaron a encenderse dejándoles ver todo el espacio completamente. Martinna y su hermano se miraron y ambos se dirigieron de nuevo al punto donde empezaron, reuniéndose con los demás.

—¿Qué esta pasando? —cuestionó Winston

—Ni idea... —dijo Fritanga. Martinna frunció el ceño sintiendo una incómodez en todo su cuerpo.

—Hay algo mal —presintió la líder. Vio en un estante un cuchillo afilado y lo cogió, alerta. Todos se quedaron en silencio por un momento y escucharon unos gritos al fondo del pasillo.

Thomas y Minho llegaron corriendo y gritando algo que no se lograba entender muy bien. De pronto, lo que parecían unas personas fuera de control aparecieron por detrás de ellos persiguiéndoles.

—¡CORRED! —Gritó Thomas con todas sus fuerzas.

—¡NO ME JODAS! —Gritó Newt al ver lo que pasaba. 

The Maze Runner: Escape [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora