(2) Cap 6, Besos

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Martinna y los demás corrían como si les fuera la vida en ello, porque literalmente, así era. No pararon en ningún momento. Ni si quiera tuvieron tiempo a mirar a aquellas personas desquiciadas que les perseguían para saber que eran, porque no parecían humanos.

Con los desquiciados casi en sus talones el grupo subió unas escaleras de aquel lugar que los llevaban a la segunda planta. Thomas iba detrás de Martinna y desde esa posición pudo ver como uno de ellos se tiraba encima de ella.

—¡Marti! —gritó Thomas alcanzándola. Cogió un pequeño trozo de metal que vio en el suelo y se lo estampo con todas sus fuerzas a aquel bicho raro. Consiguió derribarlo y Martinna puso una mirada de agradecimiento y alivio hacia el moreno. Pero rapido cambio a horror porque a sus espaldas vio a otro de ellos a punto de atacar a Thomas.

Antes de que el raro si quiera tocara a Thomas, Martinna cogió el cuchillo que llevaba a un lado de su mochila y se lo clavó en el cuello matandolo al instante. Martinna contuvo su respiración, sintiendo algo de miedo por lo facil que había sido.

—Dios mio —susurró Thomas —eso ha sido impresionante. —Martinna quiso reír o contestarle pero la situación les obligó a seguir corriendo para no morir.

Se reunieron de nuevo con el grupo decidiendo correr recto en la planta de arriba.

—VENGA NO OS PAREIS —Gritó Minho. Newt y Martinna iban detrás de todos, intentando seguir sus pasos tan rápidos.

De pronto, uno de los bichos derribo a Newt dejándole en el suelo con el desquiciado encima. Newt gritó, estaban cara a cara.

—¡NEWT! —Grito Martinna. Cogió un bate que vio por ahí tirado pero aun pegándole no conseguía nada. Thomas llegó corriendo y con todas sus fuerzas, pegó una patada al bicho haciendo que callera al piso de abajo.

—Gracias, Tommy. —dijo el rubio antes de salir corriendo de nuevo.

Avanzaron metiéndose en un pasillo bastante largo y estrecho. Al final de este, había una puerta roja, con un cartel que decía "salida de emergencia"

—¡Por aquí! —exclamó Martinna. Pero al intentar abrirla, no era posible. Había una especie de cerrojo al otro lado cerrándola.

—Marti, déjame probar. —dijo Minho. Martinna se apartó rápidamente, sintiendo miedo porque los bichos se estaban acercando por el pasillo y cada vez estaban más cerca.

Minho y Thomas empezaron a empujar la puerta y a darle golpes.

—¡Esto los mantendrá lejos! —soltó Winston sacando una pistola y comenzando a dispararles. En unos segundos, consiguieron abrir la puerta y todos pasaron, pero Winston, al quedarse atrás fue atacado por uno de los desquiciados. Todo el grupo fue a ayudarle. Martinna sacó el cuchillo, y con la adrenalina del momento cortó la mano de una mujer que tenía agarrado a su amigo consiguiendo soltarle. Pero le había hecho una herida en el abdomen, y estando solos sin un médico, era una muy mala noticia.

Salieron corriendo, ayudando a andar a Winston, y no pararon hasta encontrar una roca gigante, entre los escombros de un edificio, que los escondía de aquellos bichos.

El grupo se metió ahí como pudo, encogiéndose para que todos cupieran en el pequeño espacio y esperaron toda la noche a que aquellos bichos dejaran de buscarles. 

Martinna se encontraba entre Thomas y Minho, y sin poder aguantar el sueño, sus ojos se cerraron poco a poco. Inconscientemente, apoyó la cabeza en el hombro del moreno con lunares.

Minho y Thomas se miraron y este último pasó su brazo por los hombros de la chica, haciendo que su pequeño cuerpo encajara mejor junto a él y que así, estuviera más cómoda. La chica se acurrucó junto a él, encontrando el calor que buscaba en su cuerpo y se durmió sintiéndose a salvo, una sensación que había experimentado en muy pocas ocasiones y que añoraba mucho. Antes de que Minho tambien se durmiera, le dio una pequeña sonrisa al moreno, subiendo y bajando las cejas de forma pícara. Este se sonrojo y lo ignoró poniéndose inmediatamente nervioso.

The Maze Runner: Escape [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora