Psicomagia

4. Maltrato

A la mañana siguiente, Hope estaba bastante irritada, Severus era un idiota y quería golpearlo. Desayunó en sus aposentos por solo el deseo de ignorar a sus colegas idiotas. No podían culparla, estaba justo en medio del profesor de pociones y el profesor de defensa, sentarse ahí era como llamar a un dolor de cabeza matutino que muchas gracias pero ella no quería soportar. Tenía un día ocupado, además de su cita con Neville Longbottom, luego con los Weasley y Granger.

Dejo toda su irritación bajo sus muros de oclumancia y salió a su despacho, arregló todo de tal manera que fuera agradable, durante la mañana atendió a algunos chicos de los años mayores, a la hora del almuerzo suspiró pesadamente antes de levantarse y salir de su oficina, saludo a algunos chicos y entró al gran comedor, su presencia siempre causaba algo de revuelo, ella lo sabía, pero camino tranquilamente a la mesa y le sonrió a Minerva.

—Oh Hope, que agradable sorpresa que nos acompañe hoy —Lockhart le sonríe de manera encantadora y ella hace una mueca.

—Me sentí bien para venir profesor Lockhart —remarca el profesor para que se comportará de manera profesional, se sienta y repasa el comedor con la mirada, le sonríe a algunos alumnos, puede escuchar al profesor de defensa hablar pero realmente no le importa, entre Quirrel el año pasado y su turbante con olor a ajo y ahora este idiota que no se callaba no era sorpresa el porque le gustaba comer en sus aposentos.

—Profesor —dijo una voz profunda a su lado—. Veo que nuestra... Colega —dice arrastrando las palabras—. En realidad no está del todo centrada, creo que es una perdida de su tiempo, intentar entablar una conversación con ella.

—Oh sí, eso veo, está concentrada en los chicos, si tiene razón —el rubio se remueve algo molesto en su asiento.

—Ese es su trabajo —Snape rueda los ojos.

Hope lo mirá y da un leve asentimiento agradecida, realmente solo estaba ahí para supervisar a algunos chicos, a veces su alimentación podía hablar más que ellos, no tenía tiempo ni energía para soportar a alguien que quería ser el centro del atención todo el tiempo, duró más que el resto de sus colegas en la mesa, pudo notar que sus chicos mejoraban su alimentación, algunos tomaban sus pociones y eso la hacía ver un progreso, dándose por satisfecha se levantó de la mesa de maestros y caminó por medio del comedor saludando y sonriéndole a los chicos, impartiendo la confianza que su trabajó requería.

El día pasó lentamente, tomó sus citas y conversó con los estudiantes, para el final de su cita con Neville, algo le llamó la atención.

—¿Hay algo de lo que quieras hablarme Neville? —lo mira.

—Sí, pero no es sobre mí —dice nervioso.

—Tranquilo, puedes hablarme.

—Es sobre Harry —murmura.

—¿Que sucede con el señor Potter?

—Bueno, él es muy reservado sobre su vida familiar, nadie sabe nada más allá que son muggles, creo que ni siquiera Ron sabe la magnitud de lo que significa —hace una mueca.

—¿Pero...?

—Vi marcas —murmura—. Son leves pero están ahí, no las vi a propósito, solo por error y fue muy rápido.

—Entiendo —Hope toma nota—. Mañana tengo una reunión con el señor Potter, así que intentaré ayudarle ¿Bien?

—Esta bien —dice más tranquilo—. Gracias.

—No hay problema —le sonríe y se levanta—. Por otro lado, hemos tenido un gran avance contigo, tus maestros incluso están impresionados.

—¿En serio? —los ojos de Neville brillan.