14. La noticia

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Una semana antes de que los estudiantes partieran a su hogar, Hope llamó a Harry a su despacho, era una locura, la presión de los últimos tiempos estaba haciendo estragos en su intento de amistad con Severus, pero Harry debía saberlo.

—Vamos Harry, pasa.

Harry entró al despacho, pudo ver al profesor Snape en una esquina y reprimió una mueca, apartó la mirada y suspiró, habían pasado casi dos meses desde que empezó a ir con la psicomaga o también conocida por él como su madrina, estaba aliviado de que funcionará, las pesadillas habían parado, solía concentrarse más, tenía historias nuevas de sus padres contadas por ella, incluso tenía fotografías de ambos, quitando el hecho de que el colegio se encontraba pensando que él era el heredero de Slytherin y las voces en las paredes, era un buen año, se sentía tranquilo.

—Harry —Hope le sonríe—. Quiero hablarte acerca de tus tutores legales.

—Esta bien.

—El profesor Snape y yo hicimos una visita a tu tía Petunia hace un tiempo —lo mirá.

Potter quiere dejar salir el gemido de angustia, él sabía lo que eso significaba, su tía Petunia les habrá dicho que era un mentiroso, que solo inventaba cosas y que él mismo se lastimaba, luego Hope lo menospreciaria y él volvería a desconfiar de los adultos, sabía que no debía confiar, la última vez que lo hizo terminó con una de sus peores palizas, se encogió en su lugar y no pudo ver la mirada que intercambiaban los adultos.

—Lo siento —murmuro Harry.

—¿Por qué lo sientes? —dijo con calma.

—Por todo —Harry reprimía el sollozo que quería salir, él no lloraba desde hace mucho y no veía de que le ayudaba hacerlo ahora.

—No tienes nada por lo que disculparte Harry —Hope se agachó delante de él y colocó una mano en su brazo—. Quiero hablarte primero como la psicomaga que está a cargo de ti y luego como Hope, tu madrina.

Al escuchar eso la cabeza de Harry se disparó hacia arriba asustado, él no quería hablar con su madrina, probablemente ella se sentiría decepcionada porque al final si era un fenómeno.

—Verás Harry, cuando visitamos a tu tía, le pregunté sobre tu cuidado, revise la casa y me di cuenta, junto a todo lo que hemos hablado, que ellos son unos monstruos sin corazón, son unos seres despreciables que no deberían estar a cargo de ningún niño —la cara de Harry era de pura sorpresa, no le estaban llamando mentiroso—. Entonces inmediatamente retiré la tutela de ellos y los Dursley deberán pagar por el daño hecho.

—¿No tendré que volver? —pregunto esperanzado.

—Nunca más —le sonríe—. Ahora te hablo como tu madrina, pelee por tu custodia, tal como hice muchas veces, pero esta vez tenía aún más razones para hacerlo —acaricia levemente su brazo—. La excusa de todos era que soy soltera y no sería lo suficiente seguro para tí, que no tendrías una figura masculina en tu vida y eso podía estropearlo.

—Eso es una estúpidez —dijo el niño con molestia y ella río.

—Lo sé —le da una mirada a Snape quien se mantiene imperturbable—. Luego de discutir mucho y encontrar un aliado inesperado —sonrió—. Se llegó a un tipo de acuerdo, aún no lo he aceptado porque primero quería hablar contigo.

—¿De qué es?

—Tendré tu tutela completa siempre y cuando, vivamos con el profesor Snape.

Harry parpadea confundido y su ceño se frunce, mira al profesor y luego a su madrina.

—¿Ese es el acuerdo? —dice algo confundido.

—Así es, no estás obligado a aceptar, si no lo haces yo...

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