La semana paso en un abrir y cerrar de ojos, Hope lucía ansiosa pero feliz, aún más cuando luego de navidad, Harry volvió a recurrir a las mazmorras y sin invitación, se quedaba con los adultos leyendo o escuchando historias, Severus se estaba adaptando al niño, era más inteligente de lo que creía e incluso lo escuchaba hablar de pociones demostrando interés, eso lo enorgullecía aunque nunca lo diría en voz alta.
El 30 de diciembre llegó más rápido de lo esperado y Hope debía ir a casa.
—Harry —ella miró al niño en el sofá que la mira atentamente—. Iré con Sirius y Remus —le sonríe y se inclina delante de él—. Puedes seguir bajando a las mazmorras sin ningún problema, mañana bajarás a la hora que te diga Severus y te llevará a casa ¿Bien? —el niño asiente—. Iré a que tu padrino este presentable —sonríe.
En la última semana, Hope se encargó de hablar de Sirius, Severus también hablaba pero lo de él solo era el equilibrio a todo lo que comentaba Hope, Harry sabía que su padrino era alguien genial que había sido el mejor amigo de su padre y al que su profesor a veces odiaba, también sabía que estaba encarcelado por una equivocación y que Remus lo quería mucho.
—Ya sabes, si necesitas algo puedes llamarme por el flu y si es muy importante puedes decirle a Severus y él te llevará, también...
—Por Merlín, Lupin deja al niño en paz —Severus la interrumpió rodando los ojos—. No te irás por un mes, solo es hasta mañana.
—Eres una horrible persona —Hope lo mira mal y Harry ríe—. De igual forma, Harry, un abrazo —abre sus brazos y Harry la abraza.
Eso era algo nuevo para Harry, los abrazos, recibía muchos abrazos diarios, el profesor Snape dijo que era porque su madrina era una persona muy táctil y era su forma de repartir amor, él no lo entendía del todo, pero entendía que a ella le gustaba abrazar mucho y eran buenos abrazos, esos que te calentaban el pecho y te dejaban sintiéndote querido.
—Estaré bien madrina —sonríe.
—Bien, si genial —ella sonrió y se enderezó mirando a Severus.
—No te voy a abrazar.
—Eres un idiota —rueda los ojos y camina a la chimenea escuchando la risa de Harry—. Nos vemos mañana —les da un guiño y deja caer los polvos Flu—. Mansión Prince.
Cuando Hope salió de la chimenea pudo ver una sala de estar amplia, sonrió levemente y se retorció las manos, su hermano llegaría con Sirius en cualquier momento, ella caminaba de un lado al otro respirando profundo para poder controlar sus nervios, la casa ya estaba lista, Severus le había ordenado a los elfos tener todo listo, era la mejor opción para tener a Sirius, no podían acceder a las mansiones Black que de igual forma él detestaba y su pequeña casa era cómoda pero no lo suficiente, así que Severus ofreció la suya, era amplia, cómoda y tenían elfos para ayudar, ella le había agradecido más veces de las que podía contar.
Hope estaría en deuda todo la vida con Severus y ella lo sabía, no pudo indagar más en ese pensamiento cuando las llamas iluminaron la estancia y de ellas salieron dos hombres.
Sirius miró al lobo a su lado y sonrió con cariño, sabía que estaba lejos de ser su mejor estado, pero no le importaba, ahora estaba en casa, porque Remus era eso, su hogar... Y Hope... ella solo era una decoración, miró a su cuñada y sonrió, ella se acercó y lo abrazó, casi con cuidado, demasiado temerosa por lo delgada de su figura.
—Hogar dulce hogar —dice Sirius suavemente y mira alrededor—. Mentira, no tengo idea de dónde estamos.
Ambos Lupin ríen.
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Psicomagia
FanfictionEl segundo año de Harry Potter comienza mal cuando la barrera de la plataforma 9¾ se cierra y junto a Ron toman el auto volador del señor Weasley para llegar a Hogwarts. Su profesor de pociones no está feliz de que se haya librado tan fácilmente de...