Psicomagia

23. Año nuevo, vida nueva

El 31 de Diciembre llegó y Hope nunca supo porque Remus se estreso tanto. Ella había decidido hacer la comida con ayuda de los elfos, lo cual fue una hazaña por lograr pero al final lo hizo, tenían de invitados a los Malfoy, Sirius estuvo de acuerdo con eso así que arreglaron todo para esa noche, Sirius lucía como niño pequeño jugando con sus varitas, debido a que Ollivander tenía cerrado por las fiestas, él se conformaba con la de Remus o en caso de extremo aburrimiento la de Hope, le encantaba sacar su magia con libertad, aunque debía entrenarla debido a que si usa hechizos muy avanzados se cansa con más rapidez.

Eran las ocho y media cuando ya los tres se encontraban listos, con una copa de vino en mano y conversando tranquilamente.

—Tengo una duda —Sirius miró directamente a Hope—. Recuerdo muy bien que dijiste que el verde no era un color que te gustará en tela y mucho menos en vestidos muggles, pero aquí estamos, viendo que vistes un vestido muggle color verde ¿Por qué?

—Oh... Por... —busca una excusa pero Remus se le adelanta.

—Porque Severus se lo regaló —dijo divertido—. Y cuando se lo probó le encantó, para mí, le gustó más porque él se lo regaló que por el vestido en general

—Remus —dice avergonzada.

—No.... —la mira—. ¿Te gusta Snape?

—Son pareja —le corrigió Remus.

—¿¡SON PAREJA!? —grita divertido y deja la copa a un lado—. No lo creó.

—No lo somos —dice pero es ignorada.

—Severus y Hope sentados bajo un árbol, dándose besitos tomados de la mano —canta burlón y Hope rueda los ojos con una sonrisa.

—¿Qué edad tienes? ¿10? —ríe y bebe de su copa.

Sirius la ignora y sigue cantando con las risas de Remus de fondo, luego de unos minutos una figura negra entra a la sala seguido de dos niños que se ven bastante divertidos.

—Veo que sigues igual de insoportable —dice con fastidió y Sirius se detiene antes de verlo.

—Oh Quejicus —sonríe y se acerca abriendo sus brazos.

—Por favor no —dice con desagrado pero Sirius lo rodea con sus brazos—. Genial, ahora tendré pulgas.

—Yo también te extrañé grasiento —sonríe y mira a los niños—. Pero que tenemos aquí, un mini cornamenta y una mini serpiente.

—Chicos, él es Sirius Black, tiene pinta de desquiciado pero tranquilos, es inofensivo —los niños ríen y Sirius sonríe—. Sirius, te presentó a Harry Potter y Draco Malfoy.

—Es un gusto conocerlos caballeros —dijo Sirius en el tono más serio que tenía y luego sonrió ampliamente inclinándose delante de ambos—. Lucen igual que cuando eran bebés, adorables, les hubiera comprado regalos pero Hope no me dejó ir a buscar dinero —rueda los ojos.

Draco mira a Harry.

—Tío Sev tenía razón, le gusta hablar —Harry ríe y asiente.

—Bueno eso es mejor que lo que podría esperar de Severus —sonríe—. Yo era amigo de sus padres y tu madre —mira a Draco—. Es mi prima.

—¿Eso nos hace familia?

—Exactamente —sonríe—. Y Harry, soy tu padrino, tu madre y padre confiaron en mí para esa gran tarea, te cargaría pero no tengo fuerzas y probablemente no podría.

—Ademas de que tiene 12 años —resalta Severus quien se había sentado al lado de Hope.

—No me importa, perdí 11 años de cargarlos y consentirlos —mira a los niños—. Tendrán que soportar que les cumpla caprichos y los cargué hasta que cumplan mínimo 25.