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25 de Diciembre 1993 12:00 am

Estaban caminando por el jardín de la mansión, la nieve cubría el lugar y las pocas luces le daban un aire íntimo a su alrededor, Severus sostenía la mano de Hope mientras ella tarareaba levemente, se acercaron al árbol más grande de todos, Severus respira profundo y suelta lentamente la mano de Hope, ella lo mira curiosa.

—He estado pensando —la mira—. En todo lo que hemos vivido y llegué a la conclusión que hemos pasado demasiado tiempo separados.

Hope ladea levemente la cabeza mirándolo curiosa.

—Y quizás mi primer error fue dejarte ir y no quiero que vuelva a suceder —se ubica delante de ella—. Por eso... —se inca en una rodilla y Hope abre los ojos sorprendida y cubre su boca—. Hope Lupin, has sido un dolor de cabeza desde que tenemos 15 años —la mira y ella ríe leve aún sorprendida—. Cuando te fuiste fue una eternidad sin darme cuenta y ahora que te tengo a mi lado, como siempre tuvo que ser, debo decir que en serio Te amo —saca una cajita y Hope ríe nerviosa mientras lágrimas empañan su vista—. Y quizás sea un poco pronto, pero la vida es un abrir y cerrar de ojos, así que en esta noche de invierno, porque amas está maldita estación —abre la caja mostrando un anillo y sonríe—. ¿Quisieras ser mi esposa?

A estas alturas Hope siente las lágrimas bajar por sus mejillas, ríe asintiendo.

—¡Si! Por Merlín si —ríe y Severus sonríe antes de tomar su mano y quitarle el guante, le coloca el anillo y se levanta—. Yo también te amo —sonríe y lo abraza por el cuello.

—Lo sé —dice creído y se inclina a besarla, ella ríe y corresponde.

25 de Diciembre 1993

—¡Te vas a casar! —dijo Remus mirándola y ella ríe asintiendo—. Oh por Dios es genial —la abraza.

—Quejicus y Wolfy sentados en un árbol —canta Sirius a su alrededor—. Y se dan besitos en la boca porque se aman.

—¿Eso significa que ganamos la apuesta? —Lucius enarca una ceja y Narcissa ríe.

—¡Yo seré la madrina!

12 de Noviembre 1994

Así que ahí estaban, con sus amigos, con su familia, con los cercanos y algunos más, el aire se sentía cargado de emociones, todos miraban al altar donde los protagonistas de esta historia permanecen, con un hermoso vestido blanco, Hope sostiene las manos de su amado, vestido de negro Severus solo puede pensar en la mujer que tiene delante, la voz del hombre se siente lejana, mientras ambos solo se pueden mirar.

—Sus votos —el hombre mira a ambos.

—No tuvimos un comienzo común —empieza Hope con una sonrisa y se gira a recibir el anillo de parte de Narcissa—. Discutimos la mayor parte del tiempo y estuvimos en desacuerdo la otra mitad, pero me demostraste que sin importar los años que puedan pasar, a veces el corazón no deja de amar —mira a Severus a los ojos y siente que en ese momento solo son ellos dos, más nadie—. Eran un millón de pequeños detalles, y al sumarlos todos se veía que estábamos hechos el uno para el otro. Y yo lo supe, lo supe la primera vez que te toqué. Fue como llegar a casa, solo que a una casa que nunca había visto. Y fue al darle la mano para ayudarla a bajar de un auto…y lo supe. Fue como… magia. Prometo que, en esta vida que nos espera juntos, estaré siempre a tu lado, siempre —coloca el anillo en su dedo.

Severus parpadea y respira profundo alejando algunas pequeñas lágrimas, él, un hombre que nunca lloraba, que no dejaba entrever sus emociones estaba delante de su futura esposa soltando lágrimas ante sus votos.

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