3

2.6K 430 76
                                    

Kazutora fue plantado, Ni Mitsuya, Ni Chifuyu vinieron al punto quedado, con molestia termino dentro del departamento de Artes visuales, buscando quien sabe qué, camino rápido, algunos le abrieron paso por lo atemorizante que se ve.

Choco con alguien, trastavillo hasta terminar en el piso de un salón abierto, dónde habían lienzos, llenos de colores. Sus mirada se poso en el fondo uno donde había una especie de degradado de rojo, llegando a un punto dónde había un dibujo en dorado, como la luz al final del túnel.

Se sentía hechizado por ese cuadro, le daba un sentimiento de superación, lo alienta a no dejarse vencer por los negativismos de la vida. Si que inspira a vivir, cuando el ama a la muerte, más que otra cosa.

—¿Necesitas algo?— miro hacia quien hablo, encontrandose con el cabello negro oxidiana, y unos precioso ojos azules grisaceos, como el mar con niebla por la mañana.—Tu ¿Eres Hanemiya?— indago mientras señala a su cuello, eso había sacado un gruñido de su instinto alfa, por qué parecía una invitación, a rasgar la tierna piel.

—Si, ¿Tú eres Tachibana Naoto?— escucho una risa delicada, como el aleteo de una mariposa. Se levantó del piso, acercándose pero, a una distancia prudente, no quería asustarlo.

—Mitsuya Takashi de teatro me comentó que vendrías pero, el gato de Golden no vino contigo....—se desánimo un poco, quería conocer a Chifuyu, sentir su escencia para inspirar un nuevo cuadro.

—..... Chifuyu no pudo venir, me dejó plantado, supongo que tiene algún problema con Baji—

—¿el perro negro?—

—¿Es que todos tiene un apodo en esta escuela?— no sabe ni por qué esta hastiado. Tal vez por qué el omega no le estaba dando la atención que está acostumbrado a recibir, el culpable es su trauma de abandono, no de él.

—Si, ya sabes, son como las leyendas, tu también tienes un apodo— se dió cuenta que Kazutora tenía los ojos de un bonito dorado claro, como el de 22 o 23 kilates de oro, muy claro que parece falso.—El leon dormido— se quedó sin aliento al sentirse reflejar en la mirada felina, se estremeció por la intensidad.

Su rostro fue tomado, por la mano del alfa, el cual se acerco, lo suficiente como para no poder evitar sus ojos.

—¿Cual es tu apodo, pequeño?—Kazutora está siendo infantil, por qué quiere atención, toda la atención del niño bonito, que tiembla como un ratoncito.

—Chefsito—  se sintió avergonzado al escuchar las carcajadas que soltó. inflo las mejillas enojado por qué su risa no a parado.

—No puede ser posible.... Ni siquiera te hace justicia— como alguien me pude dar ese apodo tan poco genial a alguien tan bonito, como Tachibana, es que no le cabe a la cabeza, probablemente fue algún envidioso.

—¿....que?— el de mechones teñidos, le estaba ¿Coqueteando? No sabe decirlo, es la primera vez que alguien le presta tal grado de atención.

—Te daré uno nuevo... Lindura— dioses del Olimpo, si le estaba coqueteando.—El ratón de van Gogh— sonrío satisfecho mientras su mano deja un acaricia en el suave cachete del más bajo.

—¿Van Gogh?—

—tambien tienes problemas de audición precioso— sintió un golpe, se lo merecía. Se estaba burlando de un artista frente a otro artista. Se rió.—vendre mañana con el afiche, no huyas lindura— le beso el cachete antes de guiñarle el ojo, Silbo divertido encaminandose fuera, estaba tan animado que el enojo de ser plantado desapareció expontanenamente, como si jamás hubiera existido.

Algunos solo miran con sorpresa para luego asomarse al salón de artes, luego al alfa, asi hasta que algo haga click en sus cabezas.

••••

—¿Quien era?— Naoto miro a Atsushi, el cual también pertenecía a la misma sección.

—El león dormido, vino a pedir ayuda de mi parte, ¿te acuerdas del conejo de seda?—

—¿Takahashi Mitsuya? De teatro, si mal no me acuerdo—

—ese mismo, también está trabajando con música, así que necesitan de mi ayuda—

—cuidado con el león, te comerá si te descuidas—

—No te preocupes, Akkun, puedo con ésto— le sonrió, siendo recibido de la misma manera, una vez este salió del cuarto se tocó el corazón, no estaba preparado, no sabía que era un alfa tan atemorizante el líder de música clásica, de que ha pecado para tener al León detrás de su tierna piel.

Estaba aterrorizado, de cerca da a un más miedo, su cara de loco es algo atractiva, casi como una pintura abstracta, dónde podías colorear con oscuros para luego darle un toque cálido con colores claros, por qué a pesar de verse tan oscuro su mirada brilla ante algo que le causa interés.
lo siento akkun, creo qué yo estoy en sus fauses sin siquiera haber echo un movimiento„ estaba martirizado de la sola idea de compartir tiempo con ese alfa.

Es un omega débil y miedoso, no le pongas a tremendo loco enfrente, le gruñó, le gruñó apenas le conoció, ya sentía que su yugular sería arrancada, por ese intimidante, aunque llamenlo loco, ese gruñido casi le hace ronronear de gusto.

Su omega interior era una zorra loca que va detrás de puro loco psicópata....

—¿Por que estás en el piso?—

—Rindou.... Creo que a mí omega le gusta el loco de música moderna....—El alfa de cabellos rubios pintados miro al ratón, con clara cara de no entender.

—Enywais, Los de fotografía necesitamos tu buen ojo para una sesión—

—Espera, déjame que me reponga y voy— se tapo el rostro. Respirando hondo, si seguí así, su parche de olor no dudaría mucho, y tendría que cambiarse, no quiere perder tiempo.— vamos, si tú hermano me lleva la contraria, despidanse de mí—amenazo, saliendo del lugar bajo la atenta mirada de algunos compañeros suyos.

Probablemente el chisme de que El león dormido está detrás de él, resonará más fuerte que un religioso hablando a gritos.

No estaba equivocada, su hermana vino corriendo a buscar cualquier cosa en su piel, hasta le dio un repelente de alfas. Su pacífica vida se está volviendo alborotada, lo odia.

•LYRICA• [Maitake]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora