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Él tener complejo de dios, nah.
Kazutora Hanemiya a pesar de todos los traumas que lo convirtieron en lo que es ahora, no tiene un complejo de Dios, es un Díos.

Por ende, no habrá nadie que lo haga caer. Ningún sucio mortal estaba a su nivel, o eso suponía, sin embargo, buscando ansioso la dulce mirada, el cabello negro oxidiana de un precioso omega que se la vive dentro del taller de artes.

Aunque solo encontró la mata de cabellos magneta, un beta que le incómoda, por la forma en que lo mira, ¿quiere marcar territorio? Le falta 15 centímetros para hacerle frente.

—¿Donde esta mi pericote?—

—"tu pericote" ¿Quién es ése?— se estaba alzando sobre él, si quiere pelea se la dará. Gruñó en advertencia, le arrancaría la garganta de un mordisco si quería pasarse de listo con él.

—¿Hanemiya?—

—Lindura para tí, Tora, con confianza— dijo mientras mira a otro lado notando a su dulce ratoncito cargar cosas que le doblan en peso, los tomo con un mano, haciéndole el favor de sostenerlo por el.

—T-T... Tora ¿Necesitas algo?—

—veras mi precioso, tengo un problema el director también quiere que participemos como sección y pensé hacer una función contigo, mi grupo está de acuerdo— sonrío amable, mientras que recuerda que casi mata a uno que otro tarado que se opuso a su idea. Lo hacían si o sí.—necesitare de tu ayuda, los de arte la tiene difícil ya que no podrán hacer una exposición, tráete a todos los que no tengan grupo, después de todo, manos extras serán necesarias—los azules grisaceos brillaron, Naoto había estado estresado ante la idea de tener que hacer algo por ellos solos, que podían otorgar aparte de cuadros a si que la ayuda de Kazutora lo salva.

Le otorgó una gran sonrisa al alfa, inconciente sus feromonas salieron, el omega también es de los que utilizan parches de olor pero, por andar tan atarareado se le olvidó ponerse uno.

Atsushi no podía detectar las feromonas pero, pudo notar el leve sonrojo en la cara del alfa, tomo del brazo a Naoto metiéndolo en la sala cerrando la puerta en la cara del mechas teñidas.

••••

—¿akkun?—

—NO—

—¿Qué?—

—¡Que no!— lo tomo demasiado fuerte de los hombros, provocando una mueca de dolor en el más abajo.—¡Cómo tú segundo no aceptaré eso!— gritó.

—Atsushi detente me estás lastimando— murmuró un poco sorprendido, consideraba al beta su Cenit por ende su lado sencible, se sentía muy mal, ya que su compañero espiritual le estaba gritando y haciendo daño físicamente. como era un enlace unilateral, no había manera de que el contrario oliera o viera lo que él sí. —Akkun me estás lastimando porfavor— lagrimeo, sentía que el contrario quería perforar con sus dedos la piel de sus antebrazos.

La puerta se abrió de golpe, Kazutora tomo de la cintura al omega separandolo de Sendo, pudo oler su miedo y tristeza, por eso se apresuró en alejarlo.

Un gran gruñido se hizo presente, mientras aprieta más a Naoto contra su cuerpo, protegiendo con todo sus sentidos a su omega.

—Por eso tener un Cenit con un beta es tan molestó— El de cabellos fucsia oscuro se quedó callado, al escuchar el comentario del alfa que lo amenaza mostrándole sus dientes. Naoto lo considera tan importante que podía darle su vida.—alejate, si te acercas te romperé la cara— cuando vio que se levantó con el propósito de intentar consolar al menor por su momento colérico.

—Soy su Cenit—

—Ni siquiera pudiste detenerte cuando te lo pidió— escupió con veneno, por algo ni siquiera soporto al contrario, ese tal Akkun le cae espeso.

—Tora— murmuró.

—esta bien, no tienes por qué separarte de mi, si no quieres— susurro, mientras acaricia las finas hebras negras.—te llevaré conmigo ¿está bien?— el contrario solo le respondió con un quedado "mhn" que le dió el visto bueno para cargarlo entre sus brazos y alejarse del aula de artes.

Estaba preocupado, el Cenit era un enlace espiritual de confianza profunda, cuando es maltratado o roto. Se sufre de una pequeña adicción a algo, buscando la manera de llenarlo de alguna manera puede llegar a ser muy peligroso, no quería que Naoto pasará por eso, sería horrible ver cómo su dulce omega puede caer en depresión al sentir que le falta algo tan importante como su "hermandad".

Se encamino hasta las zonas verdes de la academia, las miradas le importa poco, solo busca un lugar pacífico e escondido para consolar a su dulce ratoncito.

Una vez encontró ese tan necesitado sitio, se sentó aún con el menor entre sus brazos el cual solloza e hipa.

—Naoto— no escucho una respuesta—lindura— Nada.—precioso— tampoco. —Mi amor— se rió al sentir que hasta dejo de respirar.

—¿Qué?— susurro bajito, creyendo que había escuchado mal.—¿Como dices?—miro el rostro del alfa, notando el coqueto lunar bajo el ojo.

—Mi amor— coturreo.

—No me digas así —

—¿Que? ¿Cómo que no?— Este mortal no estaba cayendo bajos sus encantos, eso le parecia divertido pero, también lo hacía sentir mejor, solo demuestra que el omega que eligió, no se fija en el físico.—¿Mi cielo?— escucho sus chillido avergonzado, llenando su pecho de sensaciones cálidas que jamás creyó tener.

«Los monstruos no tienen sentimientos» se tenso al escuchar eso, no quiso actuar paranoico así que miro por el raz de sus ojos, si se encontraba esa figura vestida de un rojo escarlata. Su madre siempre se lo dijo cuántas veces podía, su mirada solo dirigía asco y molestia, viéndolo como una cucaracha, que podía esperar de la mujer que lo quizo matar más de una vez por qué se parecia a su padre.

—¿Kazutora?— tomo del rostro al alfa al ver cómo sus bonitos ojos perdían su brillo, la pupila que antes estaba contraída, se expande al reconocerlo, se siente avergonzado al saber que causa eso en el contrario. “la pupila se expande cuando ves algo que le gusta„—¿Estás bien?—indago, notando que mientras más se queda viéndolo a los ojos, menos distancia tiene.

—¿Puedo besarte?—

—¿No eres de lo que pide perdón antes que permiso?—

—prefiero pedirte permiso a hacerte algo que no quieras— susurro sobre los labios del menor, estaba tan cerca que podía soborearlos con solo rozarlos levemente.  Naoto es un simple mortal, obviamente se dejaría llevar por la tentación, se acerco juntando sus labios de manera tímida, mientras sentía que el alfa lo apega más a su cuerpo, tomándolo con fuerza como si se fuera a hacer líquido si no lo sostiene del todo. Los suaves movimiento se volvieron necesitados, las feromonas de Kazutora inducen la sumisión en el omega, dejando que el contrario lo tratara como a una muñeca que hiciera lo que deseara siempre y cuando no lo rompa por la fuerza incitada.
Hubo caricias de arriba hacia bajo por la espalda del menor, sintiendo que su piel se sobreexalta, mientras kazutora gruñe gustoso al sentir que las delicadas manos, atrapan su cabello, jalando de este por la emoción. —Tora— jadeo entre el beso, sintiendo la lengua del contrario colarse, explorando, quiandolo en una danza de roces y golpes pequeños.

—Lo siento— susurró, sabiendo que había ido más allá de lo que debía de estar pero, no podía evitarlo estaba hambriento de Naoto, hambriento de sentir todo del omega entre sus brazos.—quedate conmigo por favor— rogó.

—Tú.... Sabes cómo hacer seder a los demás— seguía jadeando en busca de aire.—yo no te abandonaré, no si puedo resolverlo—prometió en susurros, antes de meter su cara en el hueco del hombro para oler de cerca las feromonas de su alfa, el cual también hizo lo mismo.

Una mezcla de petricor y lavanda se hace presente, la unión de ambas feromonas, un paisaje veraniego con una suave lluvia que deja su olor a tierra mojada, mezclada con la lavanda profundizando más a un estado hipnótico.

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Kazutora x Naoto (que no se note que amo la dualidad de kazu) uwu

•LYRICA• [Maitake]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora