•••┊🌙┊┊ CAPÍTULO II ┊┊🌙┊•••

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Al final, hice mi parte y asistí a la conferencia de prensa, pero no presté atención – en su lugar, dejé que mi manager contestara la mayoría de preguntas, ya que yo no las estaba escuchando.

Mi mente estaba ocupada con Marinette.

Debajo de la mesa, sostenía mi celular, listo para saltar en el momento en que Nino llamara dándome alguna noticia.

Ni siquiera noté que los periodistas parecían mostrar poco interés por la salida de mi colección.

Debió haber sido obvio y lógico para mí, por supuesto, pero estaba tan absorto, cuando mi manager dio la orden para más preguntas, todas las manos se alzaron y la atmósfera se tensó mientras alzaba la mirada.

—¡Joven Agreste! — dijo. —¿Tiene alguna noticia sobre la condición de la señorita Marinette? ¿Usted sabia acerca de su identidad secreta? ¿Sabe la identidad secreta de los otros super héroes? ¿Tiene idea de porque sucedió el accidente?

Mi garganta se cerró ante las preguntas.

Sentí que no podía respirar.

Debí haber esperado ese tipo de preguntas, pero estaba metido en mi preocupación como para pensar en esa probabilidad.

—¡No estamos aquí para comentar sobre eso!— mi manager interrumpió con voz seria. —¡El tema es su nuevo colección, no sobre su ex colega y ex amigos! Nadie sabia acerca de la identidad de ella, por eso es identidad secreta.

Fue inútil – los periodistas siguieron atacándome con preguntas, y yo solo podía mirarlos, aun tratando de recuperar las fuerzas para responder.

—Joven Agreste, ¿qué pensó cuando lo supo?

—¿Ya ha ido al hospital?

—¿Ha hablado con alguno de sus ex compañeros de trabajo?

Sentí que me derrumbaba y gritaba.

Era mucho.

«¿No podían ver que no podía soportarlo? ¿No podían simplemente detenerse? ¿No había nadie que tuviera un poco de misericordia de mí?»

No reaccioné hasta que una pregunta me descolocó.

—¿De verdad te importa tan poco tus ex compañeros como para que ni siquiera contestes nada socompañeros, aun cuando uno de ellos ha tenido un accidente? Ellos, todos ellos eran tus compañeros de batalla, no es así... ¿Chat Noir? ¿Realmente creyeron que seria tan simple engañar a tanta gente sin que nadie uniera los puntos? Si ella era Ladybug, por default tú serias Chat Noir y estoy casi seguro que si buscó un poco más, es obvio que todo su círculo de amigos cercanos es un súper héroe.

Alcé la mirada, tratando de ubicar a esa persona, pero fue imposible. No con todos esos gritos en la habitación.

De pronto, todos se callaron, mientras que yo empecé a gritar.

—¡Menuda mierda! ¡Este no es el momento para ponernos a revelar las identidades de todos los portadores! —grité poniéndome de pie y empuñando las manos mientras los miraba a todos. —¡Por supuesto que me importan! ¡¿Qué saben ustedes de si me preocupo por Marinette o no?! ¡¿Me conocen acaso?! ¡¿Han pasado la mitad de su vida con ella?! ¡NO! ¡No saben lo que es enterarse por las noticias sobre su condición y que nadie pueda decir nada! ¡Que nadie se preocupe realmente por la persona detrás de la máscara y solo quieran saber más y más como malditas aves de rapiña buscando carne podrida para comer! ¡¿Y que si yo y mis amigos somos los portadores?! ¡Ninguno de ustedes habría arriesgado la vida por alguien más, ustedes solo buscan saber y saber sin arriesgar! ¡Ustedes no saben nada, pero esperan que actúe todo profesional y calmado cuando he estado toda la noche muriendo de la preocupación! ¡¿QUÉ SABEN USTEDES DE LO QUE ES SER UN PORTADOR?!— estaba temblando y muy al tanto que todos en la habitación estaban callados, observando mi estallido de emociones quizá con el interés que un científico pone al ver una nueva especie, pero no me importaba.

Cómo podría importarme, cuando las lágrimas se reunían en mis ojos, nublando mi visión, amenazando con caer...

—¡Ustedes no saben NADA!— continué con voz temblorosa. —¡Marinette nunca dejará de ser importante para mí, y sin importar que digan que debo alejarme de ella, no cambiará el hecho que debería estar con ella ahora mismo en el hospital, en lugar de estar aquí contestando preguntas idiotas! —Con eso dicho, tomé mi celular, tirando al suelo la silla mientras salía de la habitación, solo queriendo irme de ahí.

Las personas empezaron a gritar, pero los ignoré, porque había un lugar en donde debía estar.

Y ese lugar era el hospital.

Sin importar lo que los demás dijeran, no podía seguir con esta incertidumbre, dejando que las personas pensaran que no me importara, que no estaba preocupado...

Había pasado la mayor parte de mi vida cometiendo ese error, haciendo nada y dejando que las cosas pasaran.

No podía seguir haciéndolo. No en una situación como esta, no cuando todo estaba echado.

.·:*¨¨* ≈☆≈ *¨¨*:·

Tomé un taxi para ir al hospital, todo el camino traté de detener las lágrimas que caían por mis mejillas, pero fue inútil – parecía que ahora que la represa había sido abierta, no había forma de parar, nada era lo firme suficiente como para contenerlo.

Todo lo que quería, era ver a Marinette. Asegurarme que estaba bien. Ser capaz de tocarla, de verla abrir los ojos...

Cuando llegué al hospital, le extendí algunos billetes al taxista, sin importarme en esperar a que me diera el cambio, salí del auto apresurándome hacia la entrada del hospital.

Miré alrededor, buscando a alguien que pudiera decirme dónde encontrar a Marinette.

En mi búsqueda, me congelé al ver a dos figuras familiares cruzando el hall.

Eran Alya y Luka, de pie frente a la TV, mirándola, con los labios abiertos y sus tazas de café intactas en sus manos.

Necesité un momento para darme cuenta lo que estaban mirando, pero cuando escuché mi propia voz, lo supe rápidamente – la TV estaba reportando mi sobresalto durante la conferencia de prensa.

Wow, eran rápidos y eficientes tenía que admitirlo.

Me tomó unos instantes reponerme y caminar hacia ellos. Sus ojos aún estaban pegados a pantalla, como si estuvieran viendo las revelaciones más impactantes, aunque posiblemente para ellos, lo eran.

Me pregunté si había sido así de cruel con ellos como para que se desconcertaran al verme perder la compostura.

Me detuve cuando estuve a algunos pasos de ellos, esperando a que me notaran.

Fue Alya la que alzó la mirada, codeando a Luka para que dejara de ver la TV.

Ambos me miraron, sorprendidos como si estuvieran viendo a un fantasma.

Los miré, inseguro sobre qué decir o hacer, antes de cerrar los ojos y arrodillarme.

Pude escuchar a Luka jadear de sorpresa, pero no alcé la mirada tratando de mantener estable mi temblorosa voz mientras hablaba:

—Lamento todo lo que ha pasado. Sé que mi comportamiento fue el peor, y quizá sea la última persona que quieren ver aquí, pero por favor, no me echen. Permitan que me quede. ¡Estoy preocupado por Marinette y esto está enloqueciéndome! Por favor, no estorbaré a nadie, solo...por favor...

No me atreví a alzar la mirada, y otra lágrima cayó. Escuché que Luka le murmuraba a Alya:

—¿Quién es él y qué le hizo al Adrien Agreste que conocemos?

—¿Se golpeó la cabeza? — murmuró Alya antes de quedarse callada por un momento.

Hubo unos pasos y sentí la mano de Alya en mi hombro. Miré hacia arriba y vi su rostro sonriendo de forma triste antes de hablarme:

—Está bien, puedes quedarte.

—¡Rayos! Esto es lo más emotivo que te hemos visto, desde que se revelaron todas las identidades.— Murmuró Luka. —¿Cómo podríamos echarte?

—Gracias.— Susurré y Alya apretó mi hombro, empujándome para erguirme.

—Vamos.— Dijo, golpeando mi hombro. —Busquemos a los demás.

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Continuara...

Dreaming Alone (Adrienette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora