•••┊🌙┊┊ CAPÍTULO XVIII┊┊🌙┊•••

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—Tengo miedo, ¿sí?— dijo Marinette cerrando los ojos. —¿Sabes lo difícil que ha sido todo este tiempo cuando he tratado de olvidarte? ¿Tratando de odiarte? Después viene tu primo pidiendo mi ayuda para liberarte de algo que no tenía ni idea. ¡Y ahora, tu vienes y me dices que me amas... cómo...¿¡cómo esperas que te crea?! ¡Y aún si lo hiciera, ¿cómo podría saber que no te irás cuando menos lo espere, y me dejarás sola de nuevo?! ¡No puedo dejar que eso pase, Adrien! No soy tan fuerte!

—¿Qué puedo hacer? —pregunté desesperadamente, sintiendo que mi garganta se apretaba con las lágrimas que trataba de reprimir. —¿Qué puedo hacer para que me creas? ¿Ayudaría si te dijera que mandé al diablo una conferencia de prensa el día después de tu accidente, porque sentía que moría si te perdía de esa forma y todo lo que quería era verte? ¿Ayudaría si supieras que nunca me sentí tan miserable como aquel día que me echaste de tu departamento cuando recordaste todo, ni siquiera me sentí tan miserable cuando descubrí que no era un ser vivo?

—Por millonésima vez, que si lo eres.

—¿Ayudaría si supieras que pasé toda la noche, llorando, en el departamento de Kagami? ¿O que llamé a Nino cada noche para saber de ti? ¿Por qué rayos habría hecho todo eso, si no estuviera seguro de mis sentimientos?

—¡No lo sé!— gritó Marinette, pasando una mano por sus cabellos, frustrada. —No lo sé, ¿sí? Yo – ¡siempre me confundes, Adrien! ¡Nunca he sido capaz de pensar bien cuando estás a mi lado, y tengo miedo de cometer un error si te lo doy ahora!

—¡No actúes como si fuera algo venenoso!— me quejé, recostando mis codos en el counter, enterrando mi rostro entre mis manos. —Nunca quise hacerte daño, ¿sí?— seguí, mi voz estaba siendo amortiguada por mis manos. —¡Te amo, tonta! ¡Y nunca quise lastimarte, así que solo déjame demostrártelo!

Estuvimos en silencio por unos instantes, y pude quitar mis manos para poder respirar profundamente y contener las lágrimas. Si empezaba a llorar ahora mismo, todo lo que saliera de mis labios no tendría sentido, así que traté de calmarme.

—Sabes...— dijo Marinette, con voz pequeña y cansada. —Es extraño, pero recuerdo todo lo que pasó durante mi amnesia. Todo lo que hiciste, todo lo que sentí – y es difícil, ¿sabes? Pasar por tantas cosas otra vez, y luego despertar con todos los recuerdos de los últimos años. ¡No sé qué es real, Adrien! ¿Quién es el verdadero tú? ¡Eres aquel que apareció en el hospital cuando supo que estaba herida, y se quedó a mi lado cuando lo necesitaba? ¿Aquel que solía ser mi mejor amigo y compañero en el pasado? ¿O eres aquel que regresó de Londres exigiendo algo que sabia no podíamos cumplir, aquel que se dejaba influenciar por su padre. ¿A quién debo creer?

—A ninguno de ellos.— dije mirándola a los ojos. —Estoy frente a ti, y sí, tengo muchos lados malos. Lo sabes y lo sé. Puedo ser insensible y egoísta... Pero también es verdad que eres mi mundo, y que cruzaría el planeta entero si supiera que me necesitas. ¡Todo lo que quiero es abrazarte, ahora mismo! ¡No puedo decirte si soy uno u otro porque siempre he sido manipulado por un estúpido anillo! Pero te juro que daré mi mejor esfuerzo para no herirte, si me das la oportunidad – ¡pero nunca seré perfecto! ¡Siempre cometeré errores, pero eso no cambia el hecho de que te amo! ¡Y si tú sientes algo por mí, entonces deja de ser tan testaruda y dame otra oportunidad, Marinette!

—Yo tampoco soy perfecta, ¿sí? — dijo viéndose herida. —Sí, soy testaruda, y construyo barreras alrededor de mí. ¡Tengo miedo de ser herida, especialmente por ti! ¡No es fácil para mí, despojarme de todo! ¡Tengo miedo de que si confió de nuevo en ti, con una sola palabra, tu padre te convenza de nuevo y todo se vaya a la mierda! ¡No somos solo tu y yo, son miles de personas que saldrán heridas si tomamos una decisión incorrecta! ¡Así que no me culpes si no es fácil para mí!

—¡Para mí tampoco!— dije. —¿Crees que fue fácil para mí todo lo que pasó en los últimos años o las últimas semanas? ¿Estar a tu lado cuando sabía que me echarías de tu vida en cuanto recordaras todo? ¡Fue jodidamente difícil, pero por ti, me quedé a tu lado! ¡Quería cambiar por ti! ¿No podrías hacer lo mismo por mí?

—¡Estoy intentándolo!— dijo.

—¡Pues no lo parece!— grité con resentimiento en mis palabras. —¡Todo lo que escucho es que me amas, pero tienes miedo de hacer algo! ¡Muestra valor por una vez y cede a tus sentimientos, deja de huir cuando las cosas se ponen inestables!

—¡Miren quién lo dice!— dijo. —¡¿Quién fue el que huyó primero?! ¡Hasta donde sé, no fui yo!

—Es cierto, huí – pero regresé, y me di cuenta que estaba errado. Tú nunca lograste hacer eso. ¡Aún estás metida en el pensamiento de que eres la víctima y en el supuesto hecho de que no puedes confiar en mí! ¡Desde hace semanas, he hecho de todo para demostrarte lo arrepentido que estoy y cuánto significas para mí, y aún así, no quieres darte cuenta! ¡Entonces dime! ¡¿Quién huye ahora?!

Marinette apretó los labios, desviando la mirada.

Gruñí frustrado.

—¡MÍRAME, MARINETTE!— grité, golpeando la mesa con los puños. —¡Deja de huir y da cara, maldición!

Hubo un momento de silencio, y vi los labios de Marinette, temblando, antes de que me mirara a los ojos.

Nos miramos por unos momentos, sin decir nada, y todo lo que quise hacer era cruzar la distancia entre nosotros y abrazarla.

Estaba tan cerca y todo lo que hacíamos era pelear.

Dolía mucho no ser capaz de poder llegar a ella.

—¿Qué tengo que hacer, Marinette?— repetí con voz pequeña y desesperada. —Dime qué hacer, y lo haré, si me das otra oportunidad.

No contestó, solo me miró desde el otro lado de la mesa, y me derrumbé.

Dreaming Alone (Adrienette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora