Capitulo 13 (¿Que Pasa Aquí?)

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---Templo de Capricornio---

Aioria se está encargado de auxiliar al Español, limpiándole las heridas, vendándolo, y ayudándolo a que su pierna no empeore, tenía demasiada practica en esta índole, así que sabe que hacer... Aunque claramente no era del todo un experto, pero al menos ayudaría en algo sus atenciones.

Pudieron haber quedarse en Leo, pero Shura no se sintió nada cómodo con esto, diciéndole que si era demasiado para él, podría subir por su cuenta, agradeciéndole haberlo ayudado hasta ese punto.

Desde luego el León dorado no accedería a nada de esto, testadura como ninguno, prosiguió a seguir apoyándolo hasta llegar a su destino, y poder hacer que el peliverde este más cómodo.

Bueno, lo mejor que puede al tener una pierna rota, sin embargo, por su entrenamiento de cuerpo y cosmos, estas dolencias no tardarían tanto en sanar como seria en humanos "Normales".

Aun así, el Griego tiene estas pequeñas atenciones con el peliverde, según él por muestra de afecto por la amistad, y que algunas veces en el pasado, Capricornio lo ayudo más de una vez.

-¿Cómo te sientes?- Sonríe, después de haber vendado y elevado un poco la pierna del peliverde.

-Mejor, gracias- Responde con un grado de confusión, observando con suma atención al León, habiendo sentido como sus mejillas se sonrojaban cada que lo tocaba con intenciones genuinas de ayudarlo.

-No fue nada- Responde tranquilo, sentando en la orilla de la cama de su compañero de armas –Varias veces me ayudaste y cubriste de esta misma forma, ¿Lo recuerdas?- Pregunta nostálgico, alzando su vista al frente, mira que esa habitación no ha cambiado en casi nada.

-Sí, no querías que Aioros te regañara, o llorabas cuando el entrenamiento te superaba- Aclara cerrando sus ojos y dejando escapar un suspiro.

-Siempre me ha tratado como un niño- Asiente, esbozando una sonrisa –Ja, ja, ja, cuando salía de misión, te pedía que me vigilaras- Posa sus manos sobre la cama, estirando sus brazos para apoyarse y ver al Capricornio, con una sonrisa hermosa y un leve sonrojo en sus mejillas.

Notar esto, darse cuenta que su odio aún sigue, con su deseo de venganza, pero... Algo diferente está ocurriendo en su podrido corazón, late, tiene un ligero latido apenas perceptible, que provoca un dolor en su pecho.

Lo cual causa que desvié la mirada, se le hace difícil sostenerle la mirada a quien está delante.

-¿Acaso te duele?- Pregunta preocupado el Griego, acercándose levemente.

-No, solo... Recordé la promesa que te hice...- Fue lo mejor que pudo pensar, para cambiar el tema, aunque en si no lo hacía de mucho.

-¿Eh?- Ladea su cabeza confundido por esto -¿Promesa?-

Esto despierta la curiosidad del peliverde oscuro, haciéndolo que gire su cabeza hacia el León dorado, sereno aparentemente solo por unos segundos hubiera dudado, pero no por ello significa que sigue pesando solo con su odio ahora.

-Sí, me pediste que guardara tu secreto cuando te peleaste con Milo, por haberle hecho ese corte de cabello con las tijeras de jardinera de Afrodita- Responde sin mayor entusiasmo o preocupación.

Asiente, sorprendido, con sus ojos bien abiertos y de repente una sonrisa esbozada con sinceridad en sus labios –Ja, ja, ja, ¿Era eso? Cierto... Ja, ja, ja,- No puede evitar comenzar a reír a carcajeadas, incluso sosteniéndose el estómago por ese recuerdo tan inocente, pero que si fue grave el asunto –En mi defensa, lo hice porque tenía un chicle pegado, pero corte mucho de más...-

Ayúdame A Olvidar (ShuraXAioria) YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora