18 Apagando al sol

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TW: Este capítulo contiene temas sensibles como la violación, si eres sensible a este tema saltate a donde veas este símbolo o leelo bajo tu propio riesgo. (✿ )

Generalmente cuando crees que las cosas no pueden ir peor es porque aún no has llegado a lo más bajo del dolor y el sufrimiento, es porque aún no entiendes por completo lo cruel y asqueroso que puede llegar a ser el universo.

Algunos de los traumas más grandes que puede llegar a sufrir una persona son aquellos que implican perder el control sobre su propia vida, aquellos que rompen el alma de las personas que los sufren, lo que Izana estaba por hacer, es algo que no solo rompe la comodidad de la intimidad e invade el cuerpo de una persona, quedando marcas en el cuerpo y alma, el dolor de ser desgarrados en espíritu y físicamente no se compara a nada que nadie pueda experimentar alguna vez, es la manera más ruin y asquerosa de quebrar el alma de una persona.

Takemichi Hanagaki pensó que las cosas ya no podían ir peor... qué equivocado estaba.

La habitación se había llenado del sonido del forcejeo y los chillidos de cierto rubio ahogados con quejidos, Izana quería detenerse, una parte de él esperaba detenerse, pero se había dejado llevar por la ira, por el dolor, por la necesidad de no ser abandonado, Izana no quería lastimar a Takemichi pero tampoco se creía capaz de poder detenerse.

Por su lado el de cristalinos zafiros intentaba gritar, claro que intentaba gritar, pero una persona a la que había llegado a considerar importante en su vida se encontraba arriba de él reclamando sus labios cómo suyos, en un beso salvaje y forzado, un beso en el que la sangre escurría por la comisura de los labios de Takemichi por las constantes mordidas que recibían.

Luchaba porque no le quitarán la ropa, no quería que Izana le hiciera esto, no podría ver a Mikey a los ojos si Izana le hacía esto, Takemichi no quería que la primera experiencia que tuviera fuera con alguien que no amara, no quería que fuera a la fuerza, no quería que fuera con alguien que no fuera Mikey.

De cierta manera parecía estar en trance, ya que aún a pesar de los gritos Izana parecía estar fuera de si, lo veía y a la vez no lo hacía, lo escuchaba pero era como si solo fuera un ruido irritante al que no te molestas en poner atención, Takemichi quería golpearlo, quería hacerlo entrar en razón, pero sus prendas fueron arrancadas dejándolo a penas en ropa interior.

I-Izana! ¡Por favor! — le suplicaba que lo dejara en paz, le rogaba que no hiciera esto, pero el Kurokawa solo respondía con una mirada perdida y acciones que hacían a Takemichi comenzar a derramar un mar de lágrimas.

te dije que te iba a mostrar que no necesitabas a Mikey — hablaba sobre su piel, lo tenía sostenido de las muñecas para que no forcejeaba mientras mordía la piel de su abdomen, con sus labios recorría el pecho del menor, dejando mordidas tan fuertes sobre su blanquecina piel que llegaba a sacarle sangre.

por favor...ya basta! — los lamentos de Takemichi no alcanzaban para llegar a los oídos de Izana, no cuando estaba tan inmerso, después de esto nada ni nadie podría sacar a Takemichi de ese profundo abismo.

Las lágrimas solo se hicieron más presentes al sentir que le quitaban la ropa interior, Takemichi desearía haber pasado más horas entrenando, en ese momento deseaba tantas cosas que solo se quedaban atrás dejándolo con la horrible sensación de que terminaría abrazándose a sí mismo deseando nunca haber nacido.

Los ojos violetas comenzaron a recorrer su anatomía con la mirada, la manera en la que prácticamente lo estaba devorando con la mirada, intentó callar los gritos y el llanto del rubio pero fue en vano, ya que sus gritos y súplicas inundaban el lugar, pero Izana solo podía recorrer su anatomía con las manos, dejando marcas en su pecho y su abdomen, elevando sus piernas hasta poder besar y morder sus muslos al punto en que se rompía la piel, dejando sangre escurrir lentamente.

Por una vez... quédate!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora