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El restaurante estaba a tope ese día. Casualmente había ido un par de representantes de la embajada de China a comer al lugar, y eso había generado que los aires en la cocina se alteraran un poco.

Minho reservó una mesa para el novato apenas llegó al lugar. Estaba demasiado seguro de que con todo lo que tenía en la cabeza, no lo había hecho por su cuenta. Y así era.

Las puertas del ascensor se abrieron, y Jisung guió a su madre a la entrada. La señora Han se había puesto tan feliz por la invitación de su hijo, que no había dudado en vestirse acorde a la ocasión, arreglándose quizá un poco de más, pero eso no le importó en absoluto a Jisung, que no paró de elogiarla.

Entraron al lugar y fueron recibidos por un sonriente Seonghwa. El novato no pudo evitar tensarse al verlo.

—¡Ji!, qué alegría me da verte, ¿Cómo te sientes? Min me contó que estabas indispuesto, no pensé verte aquí hoy. —sonaba tan honesto que de verdad hizo a Jisung sentirse mal por sentir celos de él.

¿Por qué Hwa no podía ser el malo? ¿Por qué no podía haber terminado mal con Minho? Así al menos podría odiarlo sin remordimientos.

—Estoy mejor, Seong, gracias por preocuparte —sonrió, intentando dejar de lado los malos sentimientos—. Oh, estoy seguro que ya conociste a mi madre —señaló a la mujer que estaba a su lado. Seonghwa la miró y una preciosa sonrisa se instaló en sus labios—, Jinsoul. Ma, él es Hwa, un compañero de trabajo.

—Un gusto en conocerte, querido. —lo saludó la mujer.

—El gusto es mío.

—Oh, Min reservó una mesa para ustedes. Me comentó algo al respecto —comentó, buscando en su pequeña lista—. Aquí está. Mesa para 3 —alzó la vista del papel—, síganme, los llevaré. —se dio media vuelta mientras caminaba hacia la mesa que el mismísimo Lee Minho había reservado.

Era una de las mesas que tenía vista al río Han, con la iluminación perfecta y rodeada de una pequeña pared de mármol que los separaba un poco de la gente.

—¿Comerá Min también con ustedes? —preguntó el host, intentando buscar algún tema de conversación, ignorando completamente la forma en la que Jisung lo estaba mirando.

¿Por qué tenía que hablar así?, ¿Por qué tenía que decirle Min?

Sacudió la cabeza. Estaba comportándose de forma inmadura.

—No. Honnie no podrá unirse a nosotros hoy, en cambio viene Ryujin. —confirmó el castaño, haciendo énfasis en el sobrenombre del chef.

Hwa asintió.

—Oh, ya veo. Entonces, espero que encuentren todo delicioso. Le iré a avisar a Min que llegaste. —miró a Jisung, quien negó rápidamente.

—Puedo ir yo, Hwa. —dijo, mientras hacía amago para levantarse de la silla. Jinsoul lo miró con diversión. Jamás había visto a su hijo actuar de esa forma, y tenía una leve sospecha del por qué.

—Pero insisto —volvió a pujar el host, que ni siquiera lo hacía de mala forma. Era por cortesía. Seonghwa ni se imaginaba el porqué del actuar de su amigo—. No puedes dejar a tu madre sola, Ji. Iré a traerlo para que los salude.

Se retiró rápidamente, mientras Jisung se dejaba caer nuevamente en la silla con los brazos cruzados. Rodó los ojos.

—Nunca pensé verte celoso, Sunggie. —habló su madre con gracia, ganándose una desconcertada mirada de su hijo.

—N-no estoy celoso —espetó—. Es solo que... Solo que —suspiró—, si lo estoy. —reconoció de mala gana.

—Hannie, estoy segura de que no es nada de qué preocuparse —frunció el ceño—. ¿Por qué estarías celoso de tu amigo? —cuestionó de repente.

 𝓽𝓪𝓼𝓽𝓮 𝓸𝓯 𝓵𝓸𝓿𝓮 || MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora