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Felix se sentó en el retrete mirando con horror sus manos. Estaban rojas, y sabía que ni siquiera una milagrosa crema sería capaz de lograr que no quedaran resentidas por al menos una semana.

Jisung abrió todos los cajones y puertas en busca de la dichosa crema. Le tomó un par de minutos encontrarla, pero cuando lo hizo se sintió totalmente satisfecho.

—Aquí, extiende tus manos —pidió amablemente. Felix le hizo caso, sin quitar la vista de su amigo. Apenas la crema tocó sus quemaduras el chico comenzó a quejarse—. Deja de moverte tanto, Lix, me haces imposible el trabajo —rió, pero el rubio no rió con él. Suspiró—. Minho fue a pedirme que volviera, y a pedirme disculpas por haberse comportado como se comportó todo este tiempo conmigo —le comenzó a contar, ganándose toda la atención de su amigo, y así distrayéndolo del dolor en sus pequeñas manos—. Le conté lo que pasó hace 5 años, Lix —alzó la vista, tenía los ojos llorosos—, y pareció entenderlo. Él, él me abrazó y me dijo que no éramos tan diferentes después de todo.

Felix rodó los ojos.

—Já, ¿Y tú le creíste eso? —preguntó.

—¿Por qué no habría de creerle? Sonaba sincero.

—Sunggie, cualquier persona puede sonar sincera para ocultar sus verdaderas intenciones. Solo no te dejes llevar tan fácilmente, ¿sí? Odiaría verte con el corazón roto.

—Es que ese es el problema, ¿Por qué me rompería el corazón? No es que me guste, ni yo a él. Hasta donde sé a él le gustaba Seonghwa.

El rubio sacudió la cabeza.

—Ese día en el club Changbin no paraba de preguntarme por ti y Minho. Eras el tema de conversación. Incluso él en algún momento se me acercó a preguntarme cuál era tu relación con Hyunjin... creo que le interesas, pero aún no se da cuenta. —susurró. Sung negó.

—Creo que exageras.

Felix alzó una ceja.

—Dijiste que te fue a ver en la mañana, ¿Cómo es que llegaste con él ahora de tarde?, ¿Qué hicieron? —preguntó.

—Me llevó a ver a sus gatos. —admitió en voz baja.

—Más alto, Sung, no te escuché. —mintió.

—¡Joder! Que me llevó a conocer a sus gatos —soltó con cierto enfado. Terminó de ponerle la crema a su amigo y se levantó del piso, tapando el tubo con el contenido—. Ya estamos.

—Sunggie, ¿olvidaste tu alergia a los gatos? —preguntó con suavidad, Jisung negó—. Sabiendo de tu alergia accediste a ir de todas formas, ¿verdad?

—¿Qué es esto, una interrogación? Sí, fui con él porque no quería estar solo, nada más.

—A riesgo de enroncharte y estornudar como loco —Jisung exhaló fuerte, sabía a lo que iba su amigo, pero no quería reconocerlo—... Tu no le presentas a tus gatos a una persona X, Sung. Menos si es alguien a quien detestas.

Jisung hizo una mueca, recordando lo precioso que se veía el chico mientras le hablaba de sus gatitos.

—Es complicado, Fefi.

—No. No lo es. Lo complicado es que tú y él se den cuenta, pero bueno, cada cosa a su tiempo, ¿no? Ahora deja de mirarme así y abrázame, idiota. —exigió.

Jisung se acercó a él y lo sostuvo entre sus brazos, acariciando su espalda. Felix suspiró.

—¿Cinco meses te tomó poder hacerme cariñitos? —preguntó mientras salían del baño. Felix rió— ¿De verdad contaste el tiempo?

 𝓽𝓪𝓼𝓽𝓮 𝓸𝓯 𝓵𝓸𝓿𝓮 || MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora