Jisung solo quería reírse, a pesar de la seriedad de la situación. A pesar de saber que Lee se había abierto a él de una forma que probablemente no haría con otros.
Y cuando entraron al departamento no se aguantó más. Se volteó a verlo, mientras el chef dejaba las llaves sobre el mesón de la entrada y se sacaba las zapatillas.
—Eres lo que más odias... —susurró. Y pudo ver como Minho asentía con disgusto.
—Lo era, hasta que mi padre decidió que lo mejor era que yo estuviera muerto para la familia, y para toda esa asquerosa sociedad —comentó con naturalidad—. Me removió de todos lados, y solo me dejó este departamento a mi nombre. Esperando que no volviera a aparecerme en su vida nuevamente, hasta que él lo necesitara. —dijo, mientras pasaba directo a la cocina, en busca de una botella de cerveza.
Le entregó una a Jisung, y él la recibió con gusto. Quería olvidar lo que había sucedido esa noche.
—Entonces, ¿Por qué nos odias? —preguntó lo obvio, y se sintió un tonto al darse cuenta, porque ahora Minho lo miraba como si estuviera loco—. Vale, lo entiendo... Pero, ¿En serio por eso crees que todos somos así? Minho yo sería incapaz... Y estoy seguro que Jeongin también.
El chef se lanzó al sillón, invitando a Jisung a hacer lo mismo, pero el castaño se negó.
—¿Dónde voy a dormir? —preguntó—. Dijiste que ya era tarde, y mañana debemos estar temprano en el restaurant, sin mencionar que debo ir a buscar ropa de cambio a mi departamento. Debería estar saliendo a las 4 am. —rió.
—Oh, verdad —Minho frunció el ceño—. Pues dormirás conmigo. —sonrió al ver como las mejillas de Jisung se tornaban de un leve rojo.
—¿Hablas- hablas en serio?
Entonces Minho estalló en risas.
—Claro que no, Sunggie —dijo para calmarlo—. Tengo dos habitaciones extras, puedes tomar cualquiera de esas, a no ser que, claro, quieras dormir conmigo. En ese caso no me opondría. —le dijo.
Jisung soltó un suspiro. Por unos segundos había olvidado lo de su padre, pero sabía que al irse a dormir no iba a dejar de pensarlo.
—¿Me indicas alguna de las piezas? —pidió, mientras bebía toda la cerveza de una.
—Vaya, realmente tienes un problema con tomar las cosas lento —dijo, antes de poder darse cuenta del doble sentido que podía tener la frase. Jisung se atoró con la espuma y comenzó a toser—. Sung, Jisung no fue mi intención.
Cuando el chico pudo respirar nuevamente, asintió, intentando restarle importancia.
—Tranquilo... uhm, la verdad estoy un poco cansado, ¿por dónde entonces? —preguntó nuevamente.
Minho lo guió a la pieza contigua a la suya y le entregó una polera vieja para que pudiera dormir.
—Puedes usar algo de mi ropa mañana si quieres, y decirle a alguno de tus amigos que te lleve una muda al trabajo...
—Sí, creo que eso haré. Gracias, Minho, por todo.
Jisung hizo amago de entrar a la habitación, pero Lee lo tomó del brazo, deteniendolo.
—Ji, no has hablado de lo que sucedió hoy, me preocupa que no lo hagas —habló con sinceridad—, ¿Estás bien? —preguntó, tanteando el terreno. Sabía que dada la ansiedad del chico, lo más probable era que se aislara. Y así fue.
—Estaré bien, Minho, en serio —sonrió, pero la sonrisa no llegó a sus ojos—. Buenas noches. —se despidió, soltándose del agarre de Minho y entrando de lleno, para cerrar la puerta rápidamente.
Jisung sabía que una vez que estuviera solo, nadie podría detenerlo de llorar. Y no fue hasta la 1 am, cuando su llanto por fin cesó. Había caído dormido, y seco por haber derramado tantas lágrimas.
Pensó que había pasado desapercibido, pero la realidad es que Minho escuchó cada uno de sus sollozos y maldiciones, sintiéndose incapaz de ir a la otra habitación. Sabía que tenía que respetar su espacio, aun si eso significaba tener que escucharlo maldecir a su padre.
Hizo un esfuerzo sobrehumano para aguantar las ganas de correr a abrazarlo. En cambio, tomó su celular y mensajeó Hyunjin y a Bin, informándoles lo que había sucedido, y pidiéndole a este último que le avisara a Felix, pero que lo contuviera de hacer alguna estupidez como llegar a su departamento a las 5 de la mañana en busca de su mejor amigo.
Cuando terminó de arreglar todo para mañana, se recostó en su cama y cayó en un profundo sueño, esperando que el chico se sintiera mejor al día siguiente. Y en caso de que no fuera así, comenzó a barajar opciones. Podía pedirle que se quedara en el departamento, o que se fuera al suyo incluso, pero que descansara. Ryujin lo mataría si se enteraba de esto, estaba tan seguro.
A eso de las 4 de la mañana, un ruido despertó al chef, que abrió los ojos atento. Se levantó de la cama con cuidado, pensando que alguien podía haber entrado a su departamento. Abrió la puerta y se quedó helado al oír angustiantes jadeos provenientes de la habitación donde dormía el novato. Se acercó con miedo, al parecer el chico estaba teniendo pesadillas.
—¡No!, Aléjate... ¡Madre! —lo escuchó gritar—. Ma, Ma, ¡Minho! —oyó su nombre y entró de golpe, viendo como el chico se sentaba en la cama, el sudor recorriendo su frente y sus ojos húmedos.
Se acercó a él y se sentó a su lado, atrayéndolo a su cuerpo.
—Shht, ya pasó, Jisung. Ha sido solo un sueño. —susurró, intentando calmarlo. Podía sentir el corazón del chico latir desbocado y la respiración irregular del chico.
Se mantuvo a su lado, acariciando su espalda mientras el chico se calmaba por unos minutos más. Cuando sintió que la respiración del chico se normalizaba, se alejó un poco, pero Jisung simplemente se apegó a él aún más, escondiendo su rostro bajo el torso del chico.
—Lo siento. —se disculpó. Minho no podía dar crédito a lo que decía.
—¿Te estás disculpando por tener pesadillas?
Y Jisung negó.
—Te estoy pidiendo disculpas por haber hecho que te levantaras. Mira la hora que es —alzó la vista para verlo, y notó que el chico tenía su vista fija en él. Tragó duro, con nervios, y su vista viajó rápidamente a los labios del chico. Minho lo notó, pero no haría nada. Esperaría que Jisung lo hiciera para no forzarlo—, y tenemos que ir a trabajar dentro de poco...
El mayor negó con la cabeza.
—No te preocupes por eso, no ahora. Acabas de tener una pesadilla, olvídate del trabajo y recuéstate —ordenó, mientras el chico negaba, afirmando su agarre en el cuello del chico. Sabía que si dormía, nuevamente tendría pesadillas—. Me quedaré hasta que te duermas. —añadió Lee, para calmar al chico.
Jisung tomó aire y con valentía que no sabía de dónde provenía, habló.
—Quédate —pidió—, incluso después de que me duerma.
Minho abrió los labios levemente, lo había pillado desprevenido, y no supo qué decir, así que en cambio simplemente asintió, mientras tomaba las sabanas y las frazadas para que el chico se tapara.
—Lo haré, Jisung.
Se recostó bajo las sábanas y pasó un brazo por el cuello del chico, atrayéndolo a sí. Jisung no se opuso, y apenas lo sintió rodearlo se acercó a él, sintiendo su calor y su corazón latir. Se acomodó y cerró los ojos, aspirando el aroma que desprendía el joven chef.
—Jisung —habló Minho minutos después, sin saber si estaba despierto o no. Sabía que no era el mejor momento, pero quería dejarlo salir, para poder sentirse tranquilo—, creo que me gustas.
Esperó atento para ver si oía alguna respuesta del chico, pero lo único que obtuvo fue un pequeño ronquido. Sonrió, aunque no lo hubiera escuchado, su corazón estaba tranquilo, porque lo había dicho.
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Más cortito, pero ahora sí les prometo puro fluff por lo menos por tres capítulos seguidos KLDFSJSVLK
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𝓽𝓪𝓼𝓽𝓮 𝓸𝓯 𝓵𝓸𝓿𝓮 || MINSUNG
Hayran Kurgu"tú y yo no somos tan diferentes después de todo, Jisung" "Sí, chef" #; minsung au ¡!