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El resto del turno fue casi igual o más movido que el primer día de Jisung. Estaban todos como locos por el famoso reportero culinario que asistiría a probar los platos de Minho, quien por cierto dejó de estar encima de Jisung al menos durante esa tarde, para estar sobre quienes estaban asistiendo en la preparación de los platos. Al menos le dio un respiro al novato.

Los señores Shin se retiraron prontamente luego de anunciar que habían sido invitados para un concurso culinario en Francia. Era una oportunidad nueva para todos. Minho y Yeji estarían ahí, y durante los próximos dos meses se dedicarían a observar bien a cada uno de quienes estaban en la cocina, puesto que solo podrían ir 4 ayudantes. Jisung ni siquiera se inmutó al respecto, sabía que iba a ser difícil para él que el chef siquiera lo considerara. Pero si tenía que apostar por alguien, todas sus fichas iban a San, no solo por haber sido amable con él, sino que también porque pudo notar como los ojos del chico brillaban con ilusión al escuchar que saldrían de Corea del Sur.

Los garzones no paraban de entrar con pilas y pilas de platos sucios, y eso en cierta forma molestaba un poco al novato, porque cada vez que sentía que por fin había avanzado algo, llegaban los chicos con una pila más de platos sucios para lavar. San, que ese día estaba lavando junto con él simplemente reía.

—Tienes que relajarte, Ji.

—Oh, gracias, acabas de curar mi ansiedad. —le respondió con sarcasmo el más bajo, sacudiendo la cabeza. Una explosiva risa salió de la garganta de San, llamando la atención de todos en la cocina.

—¿Voy a tener que separarlos como lo hacían en el instituto con la gente desordenada? —preguntó Yeji, intentando sonar seria.

Se encontraba ella al mando en ese momento, el chef estaba afuera hablando con el tipo que probaría sus platos. Jisung agradeció al cielo por eso, estaba seguro de que Minho los hubiera no solo retado sino humillado.

Cuando quedaba media hora para el fin del turno, un malhumorado Minho entró a la cocina, mirando a todos con seriedad. Yeji se acercó a él a paso rápido.

—¿Y?, ¿Cómo ha ido? —preguntó, deseando que esta vez la respuesta fuera positiva. Minho la fulminó con la mirada.

—Kim Hyunsuk tiene que agradecer que no voy y le meto un platillo por el trasero. —fue todo lo que dijo.

Yeji soltó un suspiro.

—Minho- Chef Lee —se corrigió—, sabes que Hyunsuk te tiene en la mira desde hace años, intenta no tomartelo tan personal, estoy segura que-

—¿Que no me lo tome personal? —elevó un poco la voz, todos se quedaron en silencio. Jisung miró la escena desde lejos, ¿cómo era posible que le gritara incluso a su segunda en mando... a una mujer?— ¡Me he partido el culo intentando darle lo mejor a este restaurant, Yeji! He trabajado día y noche perfeccionando mis platos y ese imbécil simplemente reniega todos mis esfuerzos por-

Se calló al instante. Jisung frunció el ceño, ¿por qué se había detenido?

—Cómo sea, es un imbécil, no sé por qué sigue insistiendo en venir, ni por qué el señor Shin sigue permitiendo que venga.

Yeji apoyó su mano en el brazo del chef, acariciando suavemente.

—Ya verás que la próxima saldrá mejor. —susurró ella.

Minho sacudió la cabeza, resignado. Alzó la vista y fue por fin consciente de que todos estaban mirándolos. Frunció el ceño.

—¿Les pago para que nos miren o qué? —inquirió—. ¡A trabajar! —ordenó.

Y bastó eso para que todos retomaran sus actividades de cierre. Todos excepto Han Jisung, que se mantenía perdido en sus pensamientos.

—J-Jisung —San habló, dandole un leve empujoncito—, Ji, muévete, Minho está mirándote. —susurró, entonces el chico miró San y asintió, pero no fue lo suficientemente rápido.

 𝓽𝓪𝓼𝓽𝓮 𝓸𝓯 𝓵𝓸𝓿𝓮 || MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora