Gio
—Todo está hecho—dijo Paolo.
—Bien—dije mientras buscaba una de mis botellas de whisky serví dos tragos y le di uno Paolo.
—Por lo menos ya no tendremos a esa rata por ahí—
Alonzo Giordano firmo su sentencia de muerte conmigo cuando me traiciono. El muy idiota pensó que era fácil robarme haciendo negocios conmigo, tubo el mismo final que le pasa a todos los que se meten con la familia. Pero no solo me molesto que me robara, sino que cuando las cosas se empezaron a poner mal decidiera llamar a la policía, lo cual fue su mayor error. David, el jefe del departamento de policía, el mismo lo trago hacia mí.
— ¿Cómo te la pasaste con Angélica?—pregunte mientras me recostaba en el respaldar de mi asiento.
Paolo rio—Esa chica es un encanto, hiciste un buen trabajo criándola—
Tome un sorbo de mi trago—No parece ser un encanto desde que cumplió quince—
—Eso es porque no la dejas divertirse—Paolo me miró fijamente— ¿Que te preocupa? hasta ahora no tenemos una amenaza real que la ponga en peligro—
—No esperare a que haya una—dije lo cual hizo que mi primo pusiera los ojos en blanco.
—Sabes perfectamente que si la sigues manteniendo encerrada llegara un momento en que se ira—dijo.
Eso es lo que él cree, no pasara. No voy a cometer mismo error que con mi hermano, alejarlo fue lo peor que pude hacer.
—Angélica estará bien solo quise que aprendiera una lección por escaparse—lo cual espero que no se le ocurra volver hacer—Le permitiré salir de vez en cuando, con dos guardaespaldas—
Paolo asistió—Estará feliz por eso—
Claro y yo también, tal vez así haya paz en esta casa.
—También sería bueno que no estuvieras tan distante con ella—fruncí el ceño—No sé qué les pasa antes eran como uña y mugre y ahora se la pasan todo el tiempo peleando—
—Es normal ¿recuerda que es una adolecente y todavía está en su tiempo de rebeldía?—digo.
—Ambos sabemos que eso no es así—resoplo—Los dos son demasiados tercos—
No lo negare, algo muy común de cualquier Moretti es su terquedad y orgullo. Para mi mala suerte esa es una cualidad que tiene Angélica la cual nos lleva a pelear todo el tiempo. Las cosas eran más fáciles cuando era una niña y se comportaba, ahora parece querer llevarme la contraria a todo solo por gusto.
—Creo que es mejor que vayamos a cenar—digo levantándome de mi asiento—Angélica debe de estar esperándonos—
Fuimos a la sala de estar donde por supuesto estaba Angélica, viendo las noticias, las cuales por cierto hablaban de la muerte de Alonzo. Angélica sonrió cuando noto nuestra presencia.
—Qué triste como murió ese pobre hombre—me miro—Sabes tío Gio creo que ese hombre me parece muy conocido, es más creo que lo he visto varias veces viniendo a la casa para hacer negocios contigo en tu oficina—
Tomo el control remoto de sus manos por lo cual me fulmina con la mirada, la ignoro, mientras apago el televisión.
—Creo que es mejor que comamos algo—digo.
—Claro y así podemos olvidarnos de la muerte de Alonzo Giordano—sonríe mientras se va a la cocina.
—Sabe que lo matates—dice Paolo.
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El Ángel de la mafia
Teen FictionGio Como Don de la familia Moretti estaba destinado a gobernar. Pero todo cambio cuando apareció ella, Angélica. Me cautivo desde que la vi, supe que tenía que protegerla y no dejarla ir. Pero cuando comenzó a crecer, sentimientos comenzaron a ap...