Angélica
No tome muy enserio lo que dijo mi tío Gio. Nunca ha querido que participe en los negocios sucios de la familia, involucrarme siempre ha estado prohibido a pesar de que muchas veces he anhelado poder demostrar mi valía y demostrar que soy una Moretti. Pero se lo que significa entrar en el negocio, es un camino sin salida una vez que estas dentro vives con las consecuencias. Es un camino donde los fuertes son los que pueden sobrevivir y pensé que nunca se me permitiría la entrada a menos que típicamente me casara con un soldado de confianza de la familia.
Pero cuando mi tío Gio vino personalmente a despertarme en la mañana, quedo claro que había tomado una decisión. Pero con el fuerte dolor de cabeza que traía por las bebidas de anoche pensé incluso que era una ilusión verlo moviéndome y diciendo que me despertara.
— ¿Qué está pasando? — digo soñolienta.
—Despierta nos están esperando— dice mi tío sin importarle que lo fulmine con la mirada. Cuando volteo para ver mi reloj despertador no puedo evitar lanzare una almohada en ataque de furia.
— ¡Son las cuatro de la mañana! ¡Porque demonios me despiertas tan temprano! —grito mostrando mi furia pero mi tío lo único que hace es tomar mi barbilla para que lo mire a los ojos. Y mierda siento que estoy viendo al mismísimo diablo. Su mirada podría destruir a una ciudad entera.
—Escúchame bien, Angélica iras a cambiarte y me encontraras en el sótano de la casa. Sin quejas—dice molesto haciéndome saber que es mejor no jugar ni hacer algo estúpido. Pero es extraño porque nunca había visto a mi tío actuando así.
Cuando sale de mi habitación decido ir al baño y tomar una ducha rápida y cambiarme aun así parece que el sueño no ha desaparecido de mi sistema y el dolor de cabeza solo aumenta por lo que decido buscar un ibuprofeno en mi mesita de noche donde por suerte tengo una caja entera para momentos como este.
Extrañada por como actúa mi tío y preguntándome que es lo que trama bajo luego, para conseguirlo esperándome al final de las escarelas. Por el sueño no pude darme cuenta que lleva su traje de Armani que debe costar más de tres mil dólares, solo lo usa trajes cuando va a la empresa o a tratar algún asunto de "negocios" muy importante. Para los hombres de la familia la apariencia es lo más importante, siempre veras a un hombre Moretti bien afeitado, con traje y un reloj caro. Es una regla y mi tío la sigue pero saliéndose un poco de lo convencional llevando tatuajes en sus brazos que es algo que sé que muy poco hombres Moretti hacen.
Mi tío comienza a caminar por lo que confundida lo sigo hasta llegar al sótano, es extraño bajar estas escarelas no vengo nunca al sótano porque sé que es frio y oscuro además nunca he tenido la necesidad de bajar. Cuando terminamos de bajar las escarelas y mi tío enciende las luces un grito de miedo sale de garganta al darme cuenta que Dylan está en una silla atado y golpeado, se ve como si estuviera muerto.
—En la familia Angélica—dijo mi tío—Hay una regla muy importante nunca te metas con un Moretti porque si no todos vendremos por ti—
A pesar de ver a Dylan atado y golpeado trato de mantener la frente en alto y mostrarme impasible, sabía que esta era una gran lección que me dará mi tío.
—Este chico—señalo a Dylan—Vende drogas fuera de la universidad, así es como mantiene sus estatus de niño rico—
Reí no soy tonta sabia eso desde el principio. Dylan es un imbécil de eso no hay duda.
—Bueno tú no eres mejor, no solo vendes drogas sino también armas y sepa Dios que otras cosas haces—digo.
—Si pero por lo menos yo no enamoro a mujeres para después obligarlas a prostituirse—fruncí el ceño mirando a mi tío, esa información no la sabia y yo siempre investigo a las personas que están a mi lado, pero al parecer me falta mejorar más para ser una buena hacker—este imbécil quería drogarte para después enviarte con su jefe, confeso mientras Carlo lo golpeaba—
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El Ángel de la mafia
Teen FictionGio Como Don de la familia Moretti estaba destinado a gobernar. Pero todo cambio cuando apareció ella, Angélica. Me cautivo desde que la vi, supe que tenía que protegerla y no dejarla ir. Pero cuando comenzó a crecer, sentimientos comenzaron a ap...