━ Las cadenas están rotas y las ataduras disueltas, pero... eres realmente libre?
━ Nadie está verdaderamente libre, todos tenemos algún pecado que nos atormenta día y noche
━ Tu lista de pecados está goteando en sangre y no podrías limpiarlo por m...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
⌁
⌁
⌁
El turno de la pelinegra había terminado, así que luego de recibir su pago se dirigió hasta los vestidores donde buscaría sus cosas e iría a su apartamento.
Luego de escapar de hydra había decidido que trataría de hacer cosas buenas y no meterse en problemas, aunque haya fallado un poco en eso, al principio todo era extraño... era una extraña libertad, ya no tenía órdenes que seguir, ni tampoco tenía misiones donde todo el tiempo tenía que lastimar personas, así fueran buenos o malos individuos, Maia no conocía nada más que las terribles torturas, asesinar, entrenar y obedecer, esa era su vida o al menos eso es lo que ella creía. Los primeros meses solía estafar y robar para darse gustos y pagar el apartamento donde aún vive, Maia no solía hablar con alguno de sus vecinos, ya que tampoco eran muchos, sin embargo hablaba con Laura, una joven que vive a dos apartamentos del suyo, ésta le habló sobre su trabajo de bailarina en un club y que su jefe estaba buscando a una chica más, Maia se interesó en aquello porque le parecía curioso lo que Laura hacía para pagar sus cuentas, además que la pelinegra quería sentir algo... adrenalina, ya que aquella era la única emoción que Maia reconocía y era la única que podía sentir.
Poco tiempo después comenzó a trabajar como bailarina, Maia siempre hacía doble turno, terminando a las cuatro o cinco de la mañana, el no dormir era una escapatoria de todo su pasado, era una escapatoria de sus recuerdos que siempre se volvían pesadillas... pesadillas que no la dejaban tranquila por las noches. Aquellas dañinas memorias volvian a ser reales y eso para Maia era peor tortura de la que le hacían en hydra y las anteriores organizaciones en las que estuvo retenida.
Evitar los monstruos de su pasado era la mejor opción que podría tomar, y cualquiera en su situación también lo habría hecho.
La pelinegra entró a los vestidores y escuchó algunos murmullos al unísono de unos ahogados sollozos de una chica, su pasos se dirigieron hasta donde estaban aquellas voces encontrándose con una escena que la enfureció completamente.
━ Aléjense de ella ━ La voz de Maia hizo que los hombres que rodeaban a su compañera voltearan hacia ella
━ ¿Disculpa? ━ Un hombre rubio con acento ruso la miró desafiante ━ ¿No deberías estar bailando en un tubo? ━ Los ojos oscuros de la pelinegra lo analiza de pies a cabeza para luego desviar su vista a la castaña, quien lloraba en silencio por el miedo que sentía en ese momento, Laura miró a la pelinegra con desespero mientras le decía en voz casi inaudible que la ayudara.
━ ¿Te comió la lengua el ratón? ━ Otro hombre deja de tocar el cabello de la chica y mira burlesco a Maia
━ Si se van no les hare daño... ━ El acento marcado de la ex-espía suena con molestia ━ Esa sera mi única advertencia
