Colgate360

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Este es un especial para mis niñas.
Siempre pienso en ustedes sucias.
Muy pronto uno dedicado a mis niños.
Recuerden comentar y votar.

Revisabas tu celular en el auto de tus padres, estabas harta del dolor de muelas que tenías por haberte lastimado al cepillarse, lo cual te causó una yaga sobre la misma.
Tus padres querían llevarte ya que de pequeña sufriste de alertas de caries pero nunca terminaban en nada.
Más que un dolor de muelas era algo normal, aunque igualmente necesitarías medicinas para calmar el dolor.

Al llegar bajaste a la clínica para esperar tu turno sola, ya que tus padres debían irse a terminar unas diligencias para la casa.
Respirable profundamente mientras al poco tiempo escuchaste la voz del doctor junto con la de un paciente que salía con una gasa al rededor de su cabeza que sostenía su mandíbula para no lastimarla aún más.

— Dentro de unos días tus maxilares volverán a la normalidad... Por ahora no ha bajado la hinchazón, trata de no mover mucho tu boca — dijo para despedir al paciente y verte a los ojos con un tono lujurioso.

Te incomodaste por eso, pero hablaste sin tartamudear — ¿Usted es el doctor?

— ¿Usted es la chica del dolor de muelas supongo? — alzo una ceja —. Soy Colgate 360 con limpiador de mejillas y lengua, tu dentista — te giño el ojo.

Tragaste duro levantándote y dejando que el hombre que no era nada pequeño te guiará, no sabías si era por la bata pero notabas que sus brazos y espalda eran grandes, y su camisa a botones sufría por el estrés de aguantar su pecho grueso.
El hombre era un albino que tenía el pelo largo en peinado de libro y mitad de este era un color menta podía disfrazarse con el blanco.
Sus lentes de botella eran grandes y su mandíbula muy marcada.
Te sorprendía que ese hombre te tuviera boba viéndolo y detallandolo.

— Pase por favor, y se ubica en la silla — indicó.

Te sentaste como el te ordeno, y solo te reclinaste viendo los bombillos apagados mientras el empezaba a ordenar sus herramientas para ti.
En un momento giraste a ver su entrepierna, la cual estaba en un punto perfecto entre tu mejilla y su zipper, el cual estaba abajoy daba una vista perfecta al bóxer abultado del doctor, te pusiste roja y apretaste tus piernas fuertemente saboreandote.
El doctor se dio cuenta por tus gestos, así que solo te dejo observar más de cerca, encendiendo las luces acariciando con tu hombro su miembro.

— Siempre he dicho que estas luces son incomodas — decía para fingir que no podía encender las luces solo para que pudieras definir bien su miembro.

Incómoda te moviste al sentirlo.
Y el prosiguió a tu revisión.
En un momento inexacto de la revisión el doctor hizo un mal movimiento rompiendo los botones de su camisa.
Haciendo que su blanco y fornido pecho sean visibles.

Abriste en grande tus ojos — Doctor... — suspiraste asustada por el suceso.

Saco los instrumentos de tu boca disculpándose — Creo que mi profesionalismo decae con los años — bromeó quitándose la bata.

Empezó a desabotonar su camisa caminando hacia unos cajones dejándola ahí, flexionando su espalda para liberar la tensión en la misma.
Tus ojos solo podían apreciar su musculatura.

— Doctor ¿cuantos... Años tiene?

— 36 — respondió sin pesar.

El libro rompemadres. [Only Porn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora