Buscando a Nemo (Se recomienda discreción, Marlin x Nemo)

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Desde la muerte de su madre el pequeño Nemo a tenido que aprender a superar las múltiples depresiones de su padre.
A veces llegaba un poco tomado y se encerraba a llorar.
Nemo podía notar que ciertas veces traía algo grande en su pantalón pero se tragaba la lengua cuando trataba de preguntar que llevaba ahí.
A veces se asustaba al despertar y verlo en su habitación.
Sabia que algo estaba mal.
Sabia que algo iría mal.

Pero.

¿Qué?

Nemo estaba recostado en el sofá abrazando a su padre que inevitablemente olía mal, olía a alcohol, y aunque esto le disgusta aún no podía evitar sentir responsabilidad por ello.

Veían la TV, el canal de investigación.
Sintio algo frío por su espalda que hizo que tuviera un espasmo, encorvo su espalda y se hundió en el abdomen de su padre sintiendo como algo pasaba por alto sus pantalones y se adentraba a el, sintió como acariciaban su moño de globo y este extrañado al tratar de levantarse sintió como algo se adentraba en el. Y dolió.

Su padre ni se inmutó.

Nemo jadeaba por el dolor que sentía.

Marlin levanto su camisa y empujo a Nemo hacia su pezon, lo miro fijamente viendo su rostro de dolor mientras sacaba su miembro de sus pantalones.

— Lamelo — ordeno mientras empezaba a masturbarse y embestia con delicadeza a Nemo.

Solto un gemido suave pero lentamente se empezó a acercar a el, lamió su pezon viendo como este empezaba a ponerse duro y Marlin soltaba un gemido ronco.
Empezó a chuparlo y a lamerlo con cuidado, no quería que Marlin se molestara.
En cambio el contrario no podía ni consigo mismo.
No había tenido sexo en mucho tiempo y sentía que necesitaba estallar dentro de su hijo.
Alejo a Nemo y empezó a desvestirlo con mucho cuidado, temiendo a que con un mal toque se rompiera, pero no había mucho que hacer, era un niño, pero Nemo quería ayudar a su papá, de la manera que fuera al costo que diera.

Nemo era un niño lindo, pero no había nada en el que lo volviera morboso... Excepto la mente de un depravado alcoholizado.
Tomo las caderas de Nemo mientras se acomodaba en el sofá ansioso por probar al niño por primera vez, tenía una erección temblorosa que también lo deseaba. De tan solo ver su pálido y redondo trasero sentía salir gotas de liquido pre-seminal de su miembro, abrió bien su trofeo y le lanzo un escupitajo para lubricarlo, Nemo gimio por eso y se encorvo más por la sensación viscosa en su trasero.
Marlin lo comía con la mirada, empezó a acercarlo cada vez más y en eso iba presionando cada vez más con su miembro la entrada del menor haciéndolo gritar de dolor en ciertas ocaciones, cada vez que su miembro empezaba a adentrarse a el.

Nemo soltaba gritos de dolor mientras sentía como lentamente lo rompían por dentro.
Sus ojos cristalizados veían al techo buscando una respuesta al dolor que sentía en el, se sentía horrible.
Marlin se sentia ahogado, a gusto, pero ahogado. Sabia que a Nemo no le estaba gustando nada de lo que pasaba.

— Duele... Papá... Duele — gimio tomando sus manos con fuerza, cerro sus ojos duramente para empezar a llorar del dolor.

Escuchar esas palabras le rompió el corazón, pero no iba a detenerse, hacerlo o no, daría el mismo resultado, y el quería terminar con eso.
Entro en lo más profundo de Nemo, su cálido y viscoso trasero lo hizo soltar un gemido ronco, lo abrazo del pecho y lo recostó sobre el, el dolor seguía ahí pero en ciertas ocasiones se volvía soportable mientras sus caderas se movían para acomodarse sobre marlin, haciendo que soltara gemidos suaves llamándolo.
Lamia y besaba su cuello tratando de desviar su mente y mantenerse en el.

Hubo un momento en el que Nemo dejó de sentir dolor.
Solto un gemido fuerte y acaricio su vientre, miraba su entrepierna mientras jadeaba y gemía de a poco.

El interior de Nemo se volvía un abrazo cómodo para Marlin, quien no dudo ni un segundo en tomar a Nemo con fuerza y levantarlo con cuidado para empezar a embestirlo con suavidad y cariño, se dedicaba a besar su espalda y a acariciarlo con calma para hacerlo sentir en confianza. Su mente corrida por el alcohol dejó de entender la situación cuando si cuerpo pidió más de el.
Lo mordió fuerte del cuello sacándole un grito.

— ¡Ngh! ¡Papá! — gimio alto —. No... — mascullo.

Lamio su cuello hasta llegar a su oído y lamerlo — Tranquilo... Te voy a hacer sentir bien — susurro en su oído mientras continuaba con sus caricias.

El sonido de las pieles se volvía agresivo y constante, el pequeño Nemo gemía y gritaba, pedía que lo escuchara pero era imposible, Marlin estaba concentrado en explorar el cuerpo de su hijo.
Nemo gemía alto mientras miraba el techo esperando y deseando con toda su alma que terminara rápido, cada embestida, cada espasmo, cada sonido. No le gustaba para nada, pero su cuerpo se hallaba tan caliente y tan sudoroso que llegaba a dudarlo.
Hubo un momento en el que Marlin paró y salio de el con un sonido extraño tras el, el solo podía sentir como escurría un liquido viscoso dentro de el.
Marlin lo abrazo y se metió en si cuello a darle besos.

— Te amo hijo — esas palabras no fueron nada para el dolor anal que sentía.

Gimio adolorido tratando de quitarse — Papá... No... Papá... — pidió haciendo fuerza.

Gruño y lo mordió con fuerza — Nemo no...

— Duele... — gimio.

Aunque trato de apartarlo con sus antebrazos lo tomo de los hombros y lo derribó sobre el sofá.
¿Creían que las iba a dejar así? Saben que me gusta hacer sufrir.
Empezo a besarlo desesperado, introduciendo su lengua en el y repartiendola por toda su boca.
Nemo luchaba por liberarse pero era inútil.

Marlin estaba tratando de ponerse duro mientras lo sometía con besos, caricias y mordidas cada vez que se hartaba. Apenas pudo se introdujo nuevamente en Nemo, sacándole un grito, lamió su pecho y trató de continuar con embestidas, pero Nemo no se dejaba, lo empujaba, golpeaba.
Pero Marlin llegó a su punto, lo tomo con fuerza de las muñecas y siguió embistiendolo sin piedad, Nemo solo sentía dolor y Marlin estaba dejando de sentir placer. Ya era morbo, solo quería hacerlo sufrir.

— ¡Papá! ¡Duele, por favor! ¡déjame! — pidió llorado.

Sus ojos rojos e hinchados eran un gusto que solo Marlin podia darse, Nemo era suyo, solo suyo, y se lo haría saber de cualquier modo. Nemo jamás se iría de su lado después de ser follado por el, porque Nemo lo ama ¿verdad? ¿Marlin, Nemo realmente te ama?
Marlin perdía cada segundo más de su cordura.
Sus pensamientos estaban revueltos mientras ignoraba la situación haciéndose creer a sí mismo que Nemo siempre estará con el.
Es su hijo.
Nunca olvidará como papi, cegado por el vicio lo hizo sentir como una perra barata.

Desde ese día eso sería, solo una perra barata.

Oh pobre Nemo, ¿quién orara por ti cuando mueras?

Wolfcat: Me siento súper cruel...

Pasaron los minutos y Marlin ya había usado a su voluntad a Nemo, se echó a dormir en el piso mientras el niño lloraba en silencio abrazando sus piernas esperando un Ángel que fuera y lo recogiera.
Eso solo pasa en las novelas Nemo, nunca habrá nadie que te quiera, por lo que eres, y lo que hiciste.
Se castigaba a si mismo mientras lloraba, se enteraba las uñas esperando morir de una vez, el dolor en su cuerpo era insoportable.

Pero Nemo.

Jamás abandonara a papá como lo hizo mamá, ¿verdad?

El libro rompemadres. [Only Porn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora