Cars ¿5? ¿6? [Mcqueen X Franshesco. (HUMANIZADOS PAPITO)]

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Después de haber cedido su puesto a aquella entrenadora personal que lo ayudó a abrir los ojos volvió a Radiadorsprings para pasar el resto de su carrera como imagen de la corporación Dino.co junto a Sally, la cual seguía sintiendo atracción por el auto y el corredor Franshesco. El italiano de pelo rojo y ojos azules se encontraba en toda la habitación de la chica, Mcqueen en cambio era un chico de pelo claro y ojos oscuros, Sally y Mcqueen quedaban muy seguido para tener relaciones en el cuarto de la chica, causando que Mcqueen tuviera que follar con su novia frente a los carteles del italiano, causandole así una parafilia al corredor, ya que, no podía venirse si no era en ese cuarto. Mcqueen se dio cuenta de esto y rápidamente intentó disimularlo, pero todo empeoró cuando empezó a excitarse con las fotos de el italiano, y tanto así que se volvió común masturbarse con esas fotos. Incluso pasó el incómodo momento en el que gimio el nombre del joven mientras su novia le daba sentones.
Una llamada lo tomo por sorpresa, era el director de Dino.co, pidiéndole que fuera a Italia para una sesión de fotos y cerrar acuerdos con otras empresas, porque para su mala suerte el hablaba italiano. Mcqueen estuvo a punto de negarse si no fuera porque su novia lo convenció sacando su pene y empezando a lamerle, y así, viajaron a Italia, santa casualidad que iban a hacer acuerdos con Franshesco el corredor más rápido de tote itale... Mcqueen casi se desmaya al oír su voz en la empresa Dino.co.Italo nacional.

— ¡Mcqueen! Pequeño cheesecake de fresas — abrazo a Mcqueen besando sus mejillas.

— Fran... — dijo con desagrado.

— Oh Dios — vio a Sally y fue a tomar su mano —. Nunca había visto esta belleza, ni en las flores de cereza.

— Kucha-ah-ah-ahou.... — dijo en burla de Mcqueen —. No sabía que eras poeta.

— Lo que sea para la dama de mi amigo Mcqueen — le beso el reverso de la mano.

— No diría amigos... — dijo con un tono de desgrasado.

— ¿Como no? Me ayudaste amigo, abriste mis ojos al nuevo mundo — abrazo a Mcqueen desde el costado —. Gracias a ti supe que la rapidez no lo es todo, tenía que aprender a vivir, y al parecer tu aprendiste con esa bella doncella.

— Se llama Sally.

— ¿Celoso? — dijo al sentir su tono de voz —. Oh, no, no, no... No debes estar nervioso con este corredor de calibre, tu también estás para darte bocados, Ñam — nalgeo a Mcqueen.

— No toques mi trasero.

— Cuidalo Sally — la miro con una sonrisa —. Traseros como este — acaricio a Mcqueen, esta vez lentamente —. No existen tantos.

— Oh, encontré uno — Mcqueen lo nalgeo fuertemente.

— O-oh... ¡Oh! Que inesperado Mcqueen.

— Ya muñequitas me hacen sentir rara.

— Perdón — dijeron al unísono.

Mcqueen llevaba rato sintiendo calor en su cuerpo, no sabía porque, no se sentía tan excitado. Sally fue a hablar con el representante de Franshesco y varios socios de ambas compañías dejando solos a los corredores.

— Mcqueen... — lo llamo en voz baja.

— ¿Que pasa?

— ¿Podemos ir al baño?

Mcqueen lo siguió y Franshesco se aseguró de que el baño estuviera vacío y lo cerro con llave.
Mcqueen se hallaba nervioso.

— Mcqueen... Te conozco desde hace mucho, y de verdad me importas — el contrario solo lo miraba y escuchaba con atención esperando que dijera lo que el quería escuchar —. Pero no puedes estar en público con una erección.

El libro rompemadres. [Only Porn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora