Severus Snape tenia en claro que no siempre iba a ser querido como un día su madre le dijo, pero eso nunca le llegó a molestar las actitudes que tenían hacia el, en cambio le agradaba con el tiempo se dio cuenta que la soledad eran mejor que los ami...
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La mañana pasaba tranquilamente y todos estaban en el GC desayunando como habitualmente lo hacen.
-Para que te quería McGonagall- pregunto Regulus a Severus.
-Darle lecciones de pociones a Rosier y obviamente le dije que no-dijo el pelinegro con aburrimiento.
-¿¡Que?!-dijo Regulus cuando termino-por qué dijiste que no sabes que es pésima en pociones me arruinó mi uniforme-se empezó a quejar Regulus.
-Ya Regulus eres un dramático-dijo un rubio llegando.
-Lucius yo no soy un dramático.
-Aja-dijo el rubio con sarcasmo-pero bueno enserio no aceptaste darle lecciones.
-No por qué lo haría.
-Porque su madre es muy influyente en el mundo mágico y tu madre también-cuestión Lucius con una ceja alzada.
-Mi madre nunca aceptaría que me juntará con los Rosier ya sabes lo especial que es.
De pronto la puerta del GC se abrió dejando ver a una mujer de cabello castaño claro y ojos grises.
-Lady Rosier-dijo Dumbledore al verla.
-Dumbledore, me gustaría hablar con la profesora McGonagall.
-Sí, claro síganme.
La profesora McGonagall empezó a salir del GC y detrás de ella la seguía Lady Rosier.
Severus le dio una mirada furiosa a Tatiana Rosier mientras que ella sonreía con orgullosa de sí misma.
-Te dije-me susurro Lucius al oído mientras que Severus solo ponia una peor cara.
-Tu mamá vendrá entonces-dijo Regulus.
-Tal vez no sé.
-Lo más seguro es que sí que le dirás.
-Que no acepte obvio pero que puedo hacer yo es muy terca.
-Igual que tu-dijo Lucius ganándose una mala mirada de Severus.
A los segundos la puerta del GC se abrió de vuelta dejando ver a una mujer, la mujer era pelinegra de ojos negros parecido al óxido o el carbón.
Nadie parecía conocerla más bien nadie la había visto nunca ella mantenía una mala mirada a todos los presentes y Dumbledore tampoco parecía conocerla, se dirigió a la mesa de las serpientes y sonrió al ver al pelinegro.
-Severus-dijo con una sonrisa.
Severus volteo y se maldicio internamente.
-Mamá-dijo para sorpresa de todos.
-Hola Lady Prince-dijeron Regulus, Narcissa y Lucius con una sonrisa.
-Hola chicos Vengan que tenemos que hablar-dijo señalando a los cuatro.