Severus Snape tenia en claro que no siempre iba a ser querido como un día su madre le dijo, pero eso nunca le llegó a molestar las actitudes que tenían hacia el, en cambio le agradaba con el tiempo se dio cuenta que la soledad eran mejor que los ami...
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Ahlena Parkinson era caracterizada por dos cosas en Hogwarts una era su belleza y la otra ser la mejor amiga de la hermana menor de una de los merodeadores, Mérope Lupin.
La chica Parkinson era muy amable con todos haciendo que a quien la conociera se hacían amigas rápidamente.
Mientras que Mérope era diferente al igual que Ahlena pertenecía a la casa de Hufflepuff pero era demasiado tímida y eso se podría mostrar muy fácilmente, cuando le preguntaban algo o la veían a los ojos sus mejillas tornaba un color rojizo.
Las dos chicas se hicieron amigas al instante al ver que compartirían habitación, La Parkinson y la Lupin era la clara imagen de los polos opuestos, una extrovertida y la introvertida.
Aunque las comparaciones entre una y la otra eran demasiadas a diario a la Parkinson no le importaba nada la opinión de los demás sobre ella, pero la Lupin si ella de veía más afectada por los comentarios y burlas por parte de los alumnos.
La Parkinson siempre posaba una hermosa sonrisa en sus labios, mientras que la Lupin se posaban varias veces bolsas negras debajo de sus ojos color chocolate y su sonrisa nerviosa y torpe posaba en sus labios.
-Mérope, ¿Cómo estás mi amor?-Dijo la pelinegra abrazando a la castaña, mientras la castaña la veía avergonzada.
-Ahlena las personas me miran mucho.
-¿Y que tiene mi pequeña Mérope?, que no te importe lo que los demás digan de ti.-Dijo Ahlena acariciando la mejilla de la castaña.
-No es tán fácil como se oye Ahlena.-Murmuró la castaña acercándose a la mesa de los leones.
-Claro que no es fácil, pero primero tienes que darte cuenta de lo valiosa que eres y tú eres demasiado valiosa.-Dijo Ahlena acercándose a Mérope.
-Bueno eso es muy mal, pero bueno quiero desayunar en paz.-Dijo Mérope dando la última palabra, Ahlena solo suspiro con frustración y tomaba asiento a lado de la castaña.
-Lobito, buenos días.-Dijo Mérope abrazando a su hermano por los hombros, mientras que el castaño le devolvía el abrazo con más cariño.
-Pero mira que ojeras, ¿ahora por que las tienes?-Dijo el Lupin mirando a su hermana a los ojos, mientras ella solo aparto la mirada.
-Tareas.-Dijo la castaña, pero eso no le convenció del todo al Lupin, así que sus ojos posaron en la pelinegra.
-Se desveló haciendo todas las tareas de la semana cuando se entregan hasta el viernes.-murmuró la pelinegra tratando de no encontrar la mirada molesta de su mejor amiga.
-¿Pero que te pasa Mérope? Sé que eres responsable pero esto es pasarte debes dormir bien.-Dijo Remus señalándola con el dedo índice acusadoramente.
