Severus Snape tenia en claro que no siempre iba a ser querido como un día su madre le dijo, pero eso nunca le llegó a molestar las actitudes que tenían hacia el, en cambio le agradaba con el tiempo se dio cuenta que la soledad eran mejor que los ami...
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Daniel se siente frustrado, todo está mal. Cada avance quedan sólo los hace retroceder y no avanzar.
— ¡Maldita sea! ¡Nada de esto funciona!—Grito desesperado mientras se apoyaba en la mesa.
—Tal vez porque todo eso ya fue planeado por alguien más. —Dijo uno voz en las sombras.
Daniel se puso alerta, alguien había entrado a la mansión sin ser visto, podría ser un enemigo.
—No soy una amenaza para ustedes. Pensaba que tendría una bienvenida mucho más cálida, pero tal parece que no. —Dijo saliendo de las sombras con una sonrisa.
Daniel quedo en shock él no podía ser su mejor amigo, él estaba muerto. — ¿Quién eres?
—No cambie tanto para que no reconozcas a tu mejor amigo, Daniel. Pero te diré quién soy si eso te hace sentir más tranquilo, soy Alan Belmont.
—Eres un farsante, Alan muerto hace años. Él se fue, tú no puedes ser él.
—Claro que lo soy, mi muerte fue toda una farsa para que Celine no sospechara que yo sabía todo acerca de su plan. Tuve que estar ocultó todos estos años estudiando cada fase de su plan y tu plan para que todo termine como debe de ser.
Daniel deseaba que lo que él decía era verdad, pero aunque lo quisiera no podía ser así. Alan había muerto, vieron su cuerpo ser enterrado.
—Daniel, recuerda tu eres el fuerte y yo el inteligente. Has amado a Eileen desde la primera vez que la viste en el tren. Me hiciste engañarle para que te aceptará una cita. Realizamos toda su nueva ropa como regalo de Navidad. Soy yo Alan Belmont.
Daniel sabía que nadie además de Alan sabía eso, era imposible que alguien más lo supiera. — ¿Enserio eres tú?
—Claro, nunca podría dejar a mis amigos sin despedirme.
Daniel recibió el abrazo que Alan le dio, el poder volver a sentir su aroma lo hizo reaccionar y abrazarlo como nunca. Su mejor amigo está vivo, el realmente vivía.
—Daniel, tengo unas pistas del porque no han funcionado los planes. —Dijo Eileen entrando sin levantar la mirada.
— Mi hermosa reine noire.
Lady Prince se quedó helada al ser llamada así, solo había una persona en el mundo mágico y muggle que la llamaba así y ya estaba muerta. Levantó su mirada y se negó a creer lo que veía su dulce Alan, estaba parado en frente de ella con una tonta sonrisa burlona. La misma que solía poner años atrás cuando le hacia una broma.
—Daniel espero que esta sea una tonta broma tuya.—Amenazó Eileen retrocediendo.
Alan avanzo rápido para abrazar a Eileen.—Te prometo que está no es una de nuestras bromas reine noire, por dios sigues igual que la última vez que te vi. Te ves esplendida.—Alan beso con cariño el cabello de Eileen.
