Habían pasado ya dos días desde que tuvimos ese picnic tenso. Ahora me encontraba en casa de Elliot, junto a Adam.¿Que hacíamos en casa de Elliot? Pues decidimos hacerle una pequeña visita, y por supuesto que Elliot estaba encantado, a no ser por qué ahora estaba discutiendo con Adam.
—Oh, pero enserio ¿Cómo puedes decirme que soy menor que tú? — pregunto ofendido el castaño.
—Pues lo dije y ya.
Esa respuesta tan cortante de Elliot, siempre hacia perder los estribos del castaño.
—¡No soy un niño, ya soy un hombre!
—Un hombre con la edad mental de cinco años — replicó el pelinegro.
Elliot podía tener una discapacidad, pero el hecho de que esté siempre sea sarcástico, me hace saber que siempre se va a divertir molestando a mi amigo.
Yo estaba de espectante, desde un lado de la cocina, mientras preparaba unos panecillos, y les untaba mermelada.
—Elliot, ¿Al otro le untó crema de maní? —pregunté, interrumpiendo su discusión boba.
—Por favor, mocosa.
Sonreí divertida, ya que la verdad si podía decirnos así. Solo que a Adam le gustaba hacer teatro con todo.
Estaban discutiendo, ya que de la nada, Adam le pregunto su edad, a lo que Elliot respondió que tenía veintiuno. Y aún que solo fuera tres años mayor que nosotros, nos llamó pequeños críos con pañales.
Yo solo me reí, pero Adam... Adam sólo fingió un desmayo, y una fuerte indignación.
El drama no vive en él, Adam es el drama en persona.
—¡Sólo eres mayor por tres años! ¡por tres!— repitió Adam con un puchero.
—¿Y eso qué?
Adam iba a seguir protestando, pero lo interrumpí, poniendo un dedo en sus labios, y poniendo el plato con los panecillos frente a Elliot.
—Aquí tienes Elliot — dije con una sonrisa.
Elliot tocó el plato, y luego tomó un panecillo y se lo llevó a la boca.
—Oh, yo quería comer primero el de maní — soltó con un puchero.
— Ah jaja, que bueno —burló Adam sentándose de brazos cruzados, indignado.
Yo me senté, y también estaba comiendo un panecillo con crema untada.
—¿Por qué yo no tengo un panecillo Nessa? — preguntó Adam mirándome.
—Hazte uno.
—¡¿Pero si tú le hiciste uno a él?!
—Por que Elliot se puede lastimar al cortarlos, así que hazlo tú —respondí.
Adam se levantó de su asiento, refunfuñando, a prepararse lo que quería.
—¿Y qué quieres hacer el día de hoy?
— pregunté a Elliot, mientras mordía mi pan.— ¿Qué hora es?
— Son las cinco, ¿Quieres salir a caminar un poco? — Sugerí.
—Si, me parece bien.
Me quedé mirándolo embobada.
Tenía una camisa roja, que le lucía de maravilla por su piel pálida; usaba también unos deportivos grises, junto a sus tenis favoritos de bota. Y eso lo se, por qué me lo dijo aquel día en el picnic.
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El amor es Gris [Libro #1 Completa ✓]
Teen FictionVanessa nunca fue creyente del amor. Elliot jamás creyó que alguien lo pudiera amar. El amor es Gris a los ojos de ambos, gris ante los dos de diferentes formas. Mientras que uno de ellos no supera su pasado, el otro es consumido por la culpa de sus...