Catorce meses después
~ 2 de octubre ~—Vamos Nessa, ¿Me juras que ahí venden licuados de fresa y arándanos? Por qué si es así, juro que te daré una buena propina.
—Oh, tu confía en mí, yo soy quien los hace —dije cruzandome de brazos, algo indignada.
—Es verdad, confía en Nessita, ella sabe lo que... ¡Pero os aviso, que si me llegas a servir coco en mi licuado, no me vuelves a ver! — amenazó Adam, desde el asiento trasero del auto.
—Adam, para ese entonces, ya estarías todo tieso, si llegarás a comer coco — soltó Shace, quién tenía la vista al frente, manejando.
—Cierto, te recuerdo que eres alérgico al coco — seguí.
Adam se recargo en ambos asientos con una sonrisa amplía.
—Aún no me creo que te hayan pedido trabajar ahí —dijo con una mueca.
—Oye, si, — habló Shace —solo te contrataron, eso fue algo raro, pero al menos fue suerte, total, decías que querías un trabajo, ¿No? — me miró, y entrecerró sus ojos azules.
—Si, ya llevo dos meses ahí, me va bien, me gusta, y además está cerca — comente, mientras veía a todas las tiendas por la ventana.
Resulta que habían abierto un nuevo Starbucks, en el cuál, solicitaron a jóvenes de mi edad. Pero lo curioso, es que un día que pase por ahí, solo me dijeron que si quería, podía trabajar en el Starbucks, medio tiempo. Así que acepte. Y lo hicieron hace tres semanas, por qué no había tanto personal.
Era bastante lindo el lugar, tenía luces de colores, una cabina para tomarse fotos, karaoke, una pequeña mesita de billar donde la mayoría de los chicos del instituto venían a jugar. Las mesas eran en forma de balones de fútbol para los chicos, para las chicas había mesas de flores de colores y los asientos eran de terciopelo. Lo sé, un lugar increíble con aroma a pastelito del cual jamás querrías irte. Solo por eso, las bebidas son bastante caras.
Ahora me dirigía a mi turno de la tarde junto a Adam y Shace, quienes querían husmear nuevamente el lugar.
Al cabo de unos minutos llegamos al Starbucks. Entré rápidamente, saludando a los clientes, tomando mi lugar. Mely, una chica a la que también habían solicitado, me dió mi delantal con el logo de la tienda y se despidió, porqué había acabado su turno.
Cuando me tocó atender, los tontos de Adam y Shace llegaron a mi con una sonrisa y rostros juguetones.
—Eh si, buenas tardes, deme el Captain Crunch Frappuccino con arándanos por favor — pidió Adam, con un gesto soberbio, y una sonrisa de lado.
Sonreí y negué con la cabeza
—¿Eso es todo señor? —bromee.— Si, es todo, ¿Cuánto sería?
— Treinta dólares.
Adam se atragantó con su saliva, y me miró asombrado, para después mirar el cartelero con todos los precios.
Adam se acercó a mi, y me susurró:
—¡Nessa, esto me dejara en la ruina, ¿Por qué chotas, no me dijiste que estaba tan caro?! — puso una mueca de horror y se agarró el pecho.
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El amor es Gris [Libro #1 Completa ✓]
Novela JuvenilVanessa nunca fue creyente del amor. Elliot jamás creyó que alguien lo pudiera amar. El amor es Gris a los ojos de ambos, gris ante los dos de diferentes formas. Mientras que uno de ellos no supera su pasado, el otro es consumido por la culpa de sus...