Su piel y la mía...Era una sensación rara en todo mi ser. Era como si por primera vez estuviera experimentando el contacto físico.
Sus dedos estaban fríos, parecía que llevaba mucho tiempo buscando a su perro fuera. Lo observé mejor ahora, el clima era fresco, estábamos a principios de otoño y él no llevaba un saco ó una sudadera si quiera. Solo llevaba esa camisa de manga larga abajo.
—Estás demasiado frío —susurré acercándome un poco —¿Cuál es tu nombre? —pregunté ya teniéndolo cerca, agarrando con firmeza su mano.
—Me llamo Elliot... Elliot thorne —dijo finalmente.
El agachó la mirada un momento, lo miré más de cerca, como si tuviera a una obra maestra frente a mí.
Tenía un lunar muy pequeño en su mejilla pálida. Sus ojos eran grises completamente. Sus labios temblaban, era obvio que había estado afuera por horas. Y tenía una piel demasiado pálida, como si ni un rayo de sol la hubiera tocado antes.
—¿Por cuanto tiempo has estado fuera, Elliot? —volví a preguntar con sutileza mientras daba vuelta para llevarlo con su perro.
El dió un paso siguiéndome el ritmo, su bastón se movía a los lados para ver sus obstáculos.
El no confiaba tanto en mi por el momento. Así que debía hacerlo confiar.
—Elliot —pronuncié, a lo que él frunció sus cejas —Puedes confiar en mí, dame el bastón, yo te llevaré a tu perro ¿Si?.
El pelinegro dudo unos segundos, pero entonces extendió su mano con el bastón, yo lo tome y con la otra mano lo comencé a guiar.
—¡Nessa, dime qué estás viva!
—chillo Adam desde el otro lado, mientras movía los girasoles para ver.—¡Estoy bien, tú cuida al perro!
Adam soltó un gritó agudo lleno de horror.
— ¡Es un salvaje! ¡Se comió mi sandwich! — se escuchaba que Adam comenzaba a forcejear — ¡Perro pulgoso, es mi desayuno! — entonces se escuchó un gruñido fuerte y un gritó seguido de Adam.
Volteé los ojos y seguí guiando a Elliot con mucho cuidado.
—¿Te llamas Nessa? —pregunto él con una sonrisa leve en sus labios.
Sus ojos parecían visualizarme, pero realmente el no veía nada, para mí era demasiado triste una persona así, el que él no pueda disfrutar de un hermoso paisaje es verdaderamente triste.
—¿Eh?... No —solté una risita —Mi nombre es Vanessa... Vanessa Renner. Pero Adam siempre me ha llamado Nessa —bajamos la acera donde estaba el jardín de girasoles. Hacía frío, aún que había unos cuantos rayos de sol.
Eso hizo que Elliot soltara mi mano y pusiera su brazo en sus ojos.
Todo paso rápido.
El perdió el equilibrio, y por supuesto yo también. Así que mi pie se doblo, solté un quejido y caí al suelo con Elliot junto a mí. Hice una mueca de dolor, fruncí las cejas y dije algo entre dientes. Pero en cuanto abrí mis ojos, me quedé perpleja cuando vi a Elliot con su rostro entre mis pechos.
El calor llegó a mis mejillas, mi pecho empezó a subir y bajar, Elliot se levantó enseguida algo confundido. Sus mejillas pálidas obtuvieron un carmín.
¡EL SABÍA DONDE HABÍA CAÍDO!
—Perdón Ness —susurró —Caí sobre tus... Yo... —el no termino la frase, por qué Adam llegó a nosotros corriendo como el policía de lluvia de hamburguesas.
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El amor es Gris [Libro #1 Completa ✓]
Novela JuvenilVanessa nunca fue creyente del amor. Elliot jamás creyó que alguien lo pudiera amar. El amor es Gris a los ojos de ambos, gris ante los dos de diferentes formas. Mientras que uno de ellos no supera su pasado, el otro es consumido por la culpa de sus...