🍄Noche🍄

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—Mikey kun, por favor, tengo trabajo.

—¿Y eso en que afecta a mi peluche edición Takemichi blue?

—Me da miedo, por favor sácalo del cuarto.

Y así es una discusión en la casa Sano.

Claro que a Takemichi le daba miedo ese peluche de grandes ojos que supuestamente era él, un regalo de Mitsuya para Mikey que no sabe porqué pero le asusta.

¿Iba a robarse a su hombre?

Es decir, ¿ser un peluche diabólico?

Bueno, la cuestión es Mikey que se niega a levantar a su Takemicchi edición blue del estante que da directamente al escritorio sobre el cual Takemichi intenta concentrarse y hacer su plan de trabajo para un nuevo semestre escolar.

Takemichi suspira masajeando sus sienes.

—Mikey kun, me asustan sus ojos.— Declara sincero, el peluche tiene ojos bien estructurados.

Mikey sostiene el peluche y lo pone frente a la cara de su esposo —Pero Micchi, tiene tus ojos, a mi me gusta—

La tierna declaración hacen a Takemichi desistir de la idea de tirar esa cosa de su cuarto.

—Además, Takemicchi no me pone atención y Micchi edición blue es mi sustituto— Aumenta a sus razones Manjiro antes de volver a acomodar el peluche de tamaño mediano pero esta vez sobre su cama.

—Bien, pero no quiero a tu peluche mirándome directo a la cara cada mañana— Acuerda Takemichi pues es cierto que cada día desde hace dos semanas que llegó, ese peluche está sobre la almohada mirándolo fijamente con esos ojos falsos.

Lo que Mikey no va a admitir es que esa costumbre nació como una broma.

Manjiro hace un puchero pero acepta aunque de nada sirve esa media hora discutiendo sobre un peluche, perdón, Takemicchi edición blue. Pues eso, que no sirve de nada ya que Manjiro se sienta a su lado en otra silla que tenia cerca, en la cual se recluye con el peluche abrazado y el teléfono en sus manos, levantando sus rodillas hasta que todo su cuerpo está sobre el asiento recubierto de relleno suave.

Se hizo bolita.

—Mikey kun, deberías dormir, ya son las doce, tienes trabajo mañana— Takemichi se preocupa al ver a su esposo a su lado, de seguro esperándolo pues desde que no tiene su manta, Manjiro se niega a dormir sólo, Takemichi es su lugar seguro al momento de dormir.

He aquí un dato curioso, cuando Mikey está durmiendo y no siente la presencia de su esposo por un plazo mayor a una hora se despierta y lo busca a veces asustado, a veces solo curioso.

Aún así Manjiro es consiente de que su ojiazul está preocupado, pero se niega, tal como el mocoso que sigue siendo a veces, así que testarudo se acerca a los labios de su esposo.

El pico más corto de la historia es dado.

—Yo esperaré a Takemicchi porqué es capaz de dormirse sobre el escritorio— Le dice sincero, algo natural.

—Mikey kun, siempre haces eso, desde que fuiste joven, no entiendo porque te quedabas a mi lado cuando estaba K.O. o dormido— Takemichi suspira encariñado por poder ver tantas pequeñas cosas que hace Manjiro, cada pequeño indicio, cada pequeña acción, a veces el mismo Manjiro era inconsciente pero siempre hacia esas cosas, proteger en silencio, esperar y cuidar.

—Por que la inseguridad siempre ha existido, una vez me robaron un dorayaki cuando estaba durmiendo, dejé de creer en la humanidad— Le dice muy quitado de la pena.

El pelinegro ríe pues no se imagina a alguien capaz de robar un dulce del invencible.

Cuando comienza a teclear de nuevo puede ver por el rabillo del ojo a Mikey usando su teléfono y riendo por cosas que ve en las redes sociales, de vez en cuando Manjiro le muestra cosas graciosa y vídeos que encuentra por ahí.

El apoyo es diferente, tan simple como la idea de Mikey, Takemichi se siente feliz de sólo tener a su esposo tranquilo a su lado sin decirle nada, entendiendo que es importante para Takemichi, sin entrometerse pues ambos saben que Mikey no tiene paciencia y que no tiene la mejor idea de que cosas se hace en un plan de trabajo.

—Takemicchi edición blue necesita ese sombrero— Dice al aire al ver un vídeo de esos que muestran manualidades innecesarias pero bellas.

Takemichi a la una de la mañana suspira —Prefiero que me compres un sombrero a mí— Dice.

Mikey aparta la mirada de su teléfono.

Alerta toxica.

—¿Estas celoso de un peluche, Takemicchi?

La voz que usa para burlarse hace a Takemichi sentir vergüenza pero no niega nada.

—¿Tú no estarías celoso si yo tuviera un Manjiro edición yellow?—

—Touche.

Ambos ríen después y se levantan de sus lugares. Takemichi cansado pero satisfecho, se le salé un bostezo por el sueño. En ese momento siente un golpecito en su cabeza, lo que le depara al mirar es la bonita sonrisa de Manjiro muy cansado.

—Vamos a dormir.

Dicho esto, sonríe.

—Te amo, Takemicchi~

—Y yo a ti hombre que me rompió el brazo.

Takemichi se ríe cuando Mikey se tapa el rostro con el peluche, de seguro nuevamente avergonzado de ese recuerdo que ahora parece ser la carta triunfante de Takemichi.


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Cosas de casados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora