"Ojou-sama, ya es hora de levantarse"
"..."
"Ojou-sama... entiendo que tenga muchos deberes, pero no debe volverse quisquillosa"
"mmmmm..."
"¡O-jou-sa-ma!"
"Viajero, no... no podemos hacer eso, soy una princesaaaAaaaAa"
Pam
"Ay"
Seco al piso
Thoma había arrancado la frazada de la princesa durmiente, pero esta la tenía tan abrazada en posición fetal que no la soltó ni cuando Thoma la tenía balanceada sobre el tatami. Naturalmente, esto duró menos de segundo, cuando finalmente cayó y se dio fuerte en la cabeza.
Aún así, Thoma la veía con una mirada vacía.
Sabía que Ayaka era una chica problemática para levantarse, pero lo de esta mañana había superado sus expectativas.
Seguro tenía que ver con lo que pasó anoche, pero en este momento tenía otros asuntos que atender.
Era algo que podía dejar pasar.
...
"Asegurate de alistarte bien, bella durmiente"
"mmmmhhh... no tenías que ser tan duro..." - Ayaka respone adolorida y aun soñolienta.
"¿Ah sí?, ese fue mi último recurso"
"¿eh?"
"Ojou-sama, ya son las 8 de la mañana"
"¿¡EEEEEHHHHH!?"
Mientras Thoma se va de la habitación, escucha gritos de desesperación y cajones siendo abiertos violentamente.
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Tonta tonta tonta tonta tonta
¿En qué estaba soñando?
¿Por qué me quedé dormida, de todos los días, justo hoy?
Sé que ambos hechos tienen relación, pero naturalmente no quiero relacionarlos.
"¿Por qué no me despertaste antes?"
"Lo hice, pero solo atinabas a responderme entre sueños para volver a acostarte... pensé que habías superado esa mala costumbre. Y murmurabas cosas extrañas" - responde sin voltear a verme.
"Aaaahhh..." - Quise gritar, pero solo me salió un suspiro, con una tonalidad ondeante.
Mientras me lamentaba, Thoma ya había salido de la habitación.
Soy una estúpida....
A las 9 tenía una reunión con la guardia de la residencia, a fin de que le informaran los últimos hechos de la isla.
A las 11 me iba a reunir con unos comerciantes para coordinar la entrega de nueva mercancia para las próximas festividades.
En la tarde iba a recibir a integrantes de la Comisión Tenryou que querían reunirse con mi hermano. Naturalmente, como encargada de la residencia, tenía que asegurarse que sean recibidos con la mayor hospitalidad posible.
Me pongo mi vestido usual, del cual sobresale una coraza de hierro delgado.
Tener uno como vestimenta diaria sería un poco molestoso, pero los talentosos herreros de Inazuma lograron brindarle una con una ligereza excepcional.
Esto fue un pedido especial de mi hermano. Insistía en que no quería correr riesgos si era atacada por mi posición política. Al principio discutimos, no por la vestimenta en sí, sino porque sentía que me estaba sobreprotegiendo.
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La Grulla Enamorada | Una historia de amor sobre Kamisato Ayaka
Romance¿Qué pasaría si el protagonista correspondiera a los sentimientos de Kamisato Ayaka? Bajo la luz de la luna, el viajero veía como Kamisato Ayaka se iba alejando en dirección a su residencia. Una figura dibujada por la luminosidad del bosque Chinju...