POV: Kamisato Ayaka

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Fue un gran día.

Conocí un lado nunca antes visto de mi madre, fui por primera vez a un festival, e hice nuevos amigos: Paimon y el viajero

Soy Kamisato Ayaka, una de las líderes del clan Kamisato y la Comisión Yashiro. Lo que me hace una de las personas más importantes y poderosas de Inazuma.

Pero con ello, también viene una importante responsabilidad.

Yo y mi hermano perdimos a nuestros padres a una temprana edad, y tuvimos que hacernos cargo de la Comisión antes de terminar todo nuestro proceso de formación.

Como el hermano mayor, Ayato tomó las riendas de la Comisión. Todas las responsabilidades y deberes recayeron sobre él de la noche a la mañana, y yo, como hermana menor, solo podía observar.

Pero por supuesto que no me podía permitir estar de brazos cruzados. No podía dejar a mi hermano solo.

En caso de que cualquier cosa pasara, fui educada al igual que él.

En artes, ceremonia del té, el uso de la espada, distintas artes marciales y ritos ceremoniales. Así como asuntos del gobierno.

Estaba casi tan capacitada como él para dirigir esta Comisión, y no iba a dejar que todo el peso cayera sobre sus pequeños hombros.

Por eso llegamos a un acuerdo entre hermanos: si él se dedicaba a los asuntos del gobierno en su totalidad, yo me dedicaría a ser la imagen de la Comisión. Asistiendo a eventos artísticos que requieran el manejo y presencia de los Kamisato, así como representarlo en eventos menos importantes del gobierno y resolver casos puntuales.

Para eso tenía que dar una imagen digna de quienes eran líderes de los asuntos artísticos y religiosos del País. La Comisión Yashiro, a cargo de la cultura y los santuarios de Inazuma, tenía que estar en armonía con la población y dar una presencia de cercanía y admiración, para que sepan que el triunvirato gobierna para ellos y no por sus propios intereses.

Es por eso que aspiré a ser admirada por la población. También porque fue algo que me gustaba de mi padres. El ser respetados por todos y cada uno de la gente de Inazuma.

Como gobernantes nos debemos a ellos, y deben ser nuestra prioridad.

Siempre.

Pero mantener una imagen pública también tiene sus consecuencias.

Las personas me ven con tanta admiración que no se atreven a hablar conmingo.

Las personas a las que le puedo hablar con normalidad las puedo contar con solo una mano.

Y sin contar a Thoma, la mayoría son comerciantes que conocen a la familia por un buen tiempo.

Es algo solitario.

Quisiera hacer más amigos, conocer más personas, más lugares...

Pero no puedo permitirme eso.

Más aún cuando mi hermano se sacrifica tanto por la Comisión.

Y esto es lo mejor que puedo hacer.

Desde que estamos al mando, salvo al principio, no hemos tenido mayores problemas.

Ayato logró adaptarse rápidamente al puesto, y los conflictos con las demás comisiones los he logrado solucionar yo.

Hasta ahora todo ha marchado de maravilla, y es por nuestro incansable trabajo.

Pero a pesar de eso, siento que me falta algo.

Y el decreto de captura de visiones nos ha puesto en un aprieto.

La Grulla Enamorada | Una historia de amor sobre Kamisato AyakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora