Disturbios en Ritou, parte 2

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¿Cómo llegué a esta situación?

El viajero me acaba de mandar volando, sin comprender realmente todo.

Y de alguna manera, es de las menores de mis preocupaciones.

Mi cabeza zumba y no estoy del todo bien. Escucho hablar a algunas personas en el fondo, discutiendo.

También escucho los gritos de la multitud reunida en Ritou.

Quiero terminar de comprender qué es lo que está pasando, pero mi mente sigue de frente y me obliga a pararme.

Poco a poco, logro salir de los escombros. Lo primero que veo es a mi hermano, frente a una jaula donde está la embajadora de Snezhnaya.

Como si fuese parte de un ganado, abre la jaula y la agarra de la muñeca. Ella no opone resistencia.

Este no es el Ayato que conozco.

No es mi querido hermano mayor....

Nuestro padre falleció cuando él tenía 18 años y yo 10. Nuestra madre falleció poco después.

Desde una edad temprana, tuvimos que ser no solo autosuficientes, sino también tomar las riendas y los destinos de toda una Comisión, que era de las más débiles del Triunvirato.

Felizmente, nuestro padre hizo una labor incansable por mejorar el status, tanto de la familia, como de la Comisión. Ayato solo tuvo que seguir sus indicaciones y enseñanzas que le dio hasta su último día.

Quizás sabiendo de su delicada salud, sometió a mi hermano a una duro entrenamiento en todas las artes, incluida la política. Después de los 12, lo llevaba a toda reunión que podía, así lo introducía ante de los nobles y líderes del país.

Mi hermano, así, desarrolló un fuerte sentido del deber. Sabía que tenía, bajo su responsabilidad, la gran misión de llevar la Comisión y al pueblo de Inazuma a lo más alto.

Gracias a la ayuda de otros líderes de la Comisión y parte de nuestra familia, pudo desarrollar sin problemas su liderazgo y gestionar la misión que se le había encomendado.

Solo había un problema: No estaba casado.

En esta Comisión, es normalmente la esposa del líder quien lleva a cabo la misión de ser la cara visible de la familia. Presentarse en los eventos culturas e inaugurarlos, estar en constante contacto con la población y celebrar los eventos religiosos.

Lamentablemente, casarse no era una opción. Debido a la muerte prematura de nuestro padre, no se habían concretado lazos para gestionar una alianza entre familias y no ser absorbidas por esta.

Si se casaba, la familia de la esposa iba a tener un poder dentro de la Comisión muy peligroso para nuestra subsistencia. Es por eso que, mi padre, en su lecho de muerte, me pidió acompañar a mi hermano, aunque sea momentáneamente, en su  liderazgo del clan.

Por supuesto, acepté.

Así, poco a poco nos fuimos insertando en la política local de la isla y ganando popularidad.

Increíblemente, logré ser bastante apreciada por la población local, así también como mi hermano dentro de las grandes esferas del poder.

Había un sentimiento de lástima que nos rodeaba e hizo las cosas más fáciles, pero supimos aprovecharlo y relanzar el apellido de cara al público.

Sin embargo, en el último año, las cosas cambiaron.

La Shogun decretó el Confiscamiento de Visiones y las cosas se tornaron muy siniestras dentro de la población.

La Grulla Enamorada | Una historia de amor sobre Kamisato AyakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora