Abro los ojos.
Se me hace difícil, pero lo consigo.
Una extraña sensación de apuro recorre mi cuerpo, pero falla cuando trato de moverlo.
Mientras estuve inconciente, tuve un sueño. O más bien, un recuerdo.
De los últimos días en Inazuma.
Siempre dicen que cuando la vida pasa por tu mente, es porque el cerebro trata desesperadamente de encontrar un recuerdo que te pueda salvar.
...
........
Antes de ahogarnos, entre toda esa penumbra, llena pólvora y gritos, logramos alejarnos lo más posible.
Hasta que el cuerpo no dio más y quedé inconciente.
Ahora despierto en la playa de una isla desconocida. Debe ser una de las tantas que hay en Yashiori.
No he salido mucho de Narukami, así que no puedo asegurarlo...
A mi costado, se encuentra Aether. Aún inconsciente. Aún respira.
Eso me tranquiliza.
¿Por qué habré soñado un recuerdo?
¿O fue lo último que pasó por mi mente antes de desfallecer en el mar?
¿Tendrá que ver con lo que estamos pasando?
Comienzo a titiritar.
Tenemos que salir de acá o nos enfermaremos.
Reuno todas mis fuerzas y trato de salir de playa, mientras arrastro a mi compañero.
Sí, mi querido compañero.
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Calor.
Esa sensación que te permite sentir vivo.
Lo primero que experimentamos como personas.
Nuestro cuerpo emana siempre calor. Es la razón por la que estamos vivos.
Es una señal de que seguimos en este mundo.
Pero el calor no es solo eso, también transmite sensaciones agradables.
Un abrazo, una comida caliente, el sol resplandeciente en un día de verano.
Buenos recuerdos pasan mi mente, mientras trato de aferrarme a un pedazo de madera.
Y mantengo aferrado a mi esperanza, con mi otro brazo.
Rezando para poder salir con vida.
...
En el fondo, gritos desesperados.
La embarcación de la que salimos no duró mucho.
Pero a pesar de esto, la batalla sigue.
Personas ahogándose a nuestro paso, que no conocimos por mucho tiempo, pidiéndonos ayuda.
Sin capacidad de responderles, seguí impulsándome.
No era mi problema, no debía hacerles caso.
Y sin embargo, mi corazón se marchitaba por cada metro que avanzaba.
No podía ir a la playa, porque el enemigo estaría ahí esperándonos, así que solo nadaba hacia la nada.
En algún momento, dejé de pensar, y mi cuerpo se movía solo.
......
Frío.
Sentía frío, que me hacía daño.
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La Grulla Enamorada | Una historia de amor sobre Kamisato Ayaka
Storie d'amore¿Qué pasaría si el protagonista correspondiera a los sentimientos de Kamisato Ayaka? Bajo la luz de la luna, el viajero veía como Kamisato Ayaka se iba alejando en dirección a su residencia. Una figura dibujada por la luminosidad del bosque Chinju...