...
No logro despertar del todo bien.
Mi cuerpo se siente pesado.
Como si la gravedad de la tierra se hubiese hechos dos veces más pesada, quizás tres, no lo sé.
Mis ojos duelen.
Y mi corazón también.
Como si una sensación de dureza emanara de mi pecho. Y se extendiera por todo mi cuerpo.
No soy capaz de describirlo del todo bien.
¿Qué sería esta sensación tan desagradable?
...
Aún no lo sé.
No tengo la conciencia necesaria para saberlo.
Pero... quiero que pare.
No me gusta.
...
En esos momentos, siento un ligero estímulo del exterior.
Escucho algo. Es un sonido bastante agradable y relajante.
Un sonido que me teletransportó a un momento que atesoro mucho.
Mi naufragio con el viajero.
No puedo pensar en nada más que eso.
Fueron momento duros, pero muy satisfactorios.
Con la esperanza de que un futuro mejor pudiese venir por nosotros.
Solo los dos.
Y nadie más.
Los golpes se hacen más fuerte, mientras más tomo conciencia de la realidad.
Identifico el sonido... es el sonido de la lluvia.
Una lluvia relajante que golpea el suelo con la suficiente fuerza como para levantarme, pero también lo suficientemente armoniosa como para emitir una melodía única.
Pero el dolor en el pecho sigue.
No logro comprender el por qué, pero este dolor seguirá por mucho tiempo más si no descubro el por qué.
O al menos es lo que me pide mi cuerpo.
Con las pocas fuerzas con conservo, hago mi mayor esfuerzo para levantarme.
Abrí los ojos.
Fue fácil a partir del momento en que me di cuenta que me encontraba durmiendo.
Así, no vi a nadie a mi alrededor. Solo una tela roja que cubría toda mi visión. Estaba dentro de una carpa.
Uso mis brazos para levantarme parcialmente. Me encuentro sentada sobre mi cadera y mis muslos, sosteniendo mi cuerpo superior con mis brazos.
No tengo la energía como para levantarme aún.
Ni para sentarme como es debido.
No sé qué más hacer.
Entonces, comienzo a toser.
Duele mucho, y por reflejo todo mi cuello.
Duelen aún más, y me doy cuenta que difícilmente puedo moverlo.
Parece irritado.
También es difícil tragar saliva.
Sigo algo desconcertada, no termino por entender mi situación.
Pero algo está mal.
Vuelvo a mirar a mis alrededores, aún sin poder abrir mis ojos del todo. En la carpa hay un mechero, algo de comida y unos libros.
ESTÁS LEYENDO
La Grulla Enamorada | Una historia de amor sobre Kamisato Ayaka
Romansa¿Qué pasaría si el protagonista correspondiera a los sentimientos de Kamisato Ayaka? Bajo la luz de la luna, el viajero veía como Kamisato Ayaka se iba alejando en dirección a su residencia. Una figura dibujada por la luminosidad del bosque Chinju...
