Narra Haruka
Luego de nuestra conversación, nos pusimos en marcha al restaurante de Nikolo, subimos a nuestros caballos con algo de prisa y seguimos a la comandante Hange, quien iba en el frente del grupo.
Creo que aún había un poco de tensión por lo que aconteció anteriormente, y vaya que no fue algo...normal, sobre todo Mikasa, no debe ser fácil para ella el perder a una amiga de hace años en una batalla y que la que se supone que debería consolarla (osea yo), termine embarazada del amor de toda su vida.
Eso me causa una culpa enorme, pero...tarde o temprano, ambas nos tendríamos que disputar el amor de Eren, y supongo que ese momento ya llegó, y para suerte mía fui la ganadora del corazón del castaño aunque de una forma inesperada o que parece un "golpe bajo".
Volteé a ver a la chica azabache, ella aún tenía los ojos un poco llorosos. "Ojalá que puedas perdonarme Mikasa, sabes que te quiero mucho y que te aprecio, tú eres como la hermana que nunca tuve pero me ganó el deseo esa noche...si pudiera retroceder en el tiempo, me gustaría pensar mejor en mis acciones".
Llegamos a nuestro destino. Le dijimos a uno de los trabajadores que deseábamos hablar con Nikolo sobre un asunto importante y este nos dijo que su jefe se encontraba ocupado atendiendo a unos comensales que daban la pinta de ser importantes, sin embargo, si se trataba de nosotros podría vernos cuanto antes.
Esperamos un rato, Jean estaba observando una colección de vinos que se encontraban en un estante y de la nada el joven cocinero de cabellos rubios se lo arrebató con algo de agresividad acompañado de unas cuantas palabras soeces ante la justificación de Jean. En realidad nadie entendió lo que pasó, ni lo que pasaría después.
De hecho, resulta que la familia que Nikolo estaba atendiendo era la de Sasha, quienes estaban acompañados de dos niños: Ben y Mia, pero que se revelaron accidentalmente como "Marleyanos", la niña era la responsable de la muerte de Sasha. Nikolo amenazó con matarla y su acompañante estaba inconsciente pero además había tragado vino. Nosotros sabíamos que su vida corría peligro pues el vino contenía fluidos que lo podrían convertir en titán.
Las cosas se tranquilizaron hasta que llegaron los llamados Jaegeristas, ellos se llevaron a la comandante, Mikasa y Armin estaban en una sala con la niña, a los demás se los llevaron y en cuanto a mí, Floch le ordenó a un soldado que me llevara a una de las salas que estuviera vacía y que me mantuviera vigilada. "Sólo procura no matarla ni hacerle daño, son ordenes de arriba", dijo con un tono arrogante.
Intenté liberarme sin éxito y preguntar sobre los demás o lo que harían conmigo, claro, el soldado no pronunció palabra alguna. Me quedé sentada esperando no sé por cuanto tiempo hasta que escuché la grave voz de mi amado llamándome detrás de mí.
- Ha pasado tiempo, Haruka.
Dirigí mi mirada para con él. Me sorprendió verlo ahí, tan atractivo con ese aspecto nuevo y a la vez sentía miedo por la manera tan diferente con la que podría tratarme (si es que nada había cambiado entre los dos). Sonreí de oreja a oreja, por su parte, su aspecto era serio o más bien, melancólico.
- Tenemos mucho de qué hablar - dijo sentándose frente a mí.
Narra Eren
Le di la orden a Floch de que llevara a Haruka a otro lugar donde ambos pudiéramos hablar sin interrupciones.
Después de dejarles en claro a Mikasa y a Armin mi supuesto "odio" por ellos (que por cierto me dolió hasta el alma hablar con ese tono, pelear con Armin y hacer llorar a mi hermana) llegué donde mi amada. Se veía tan linda, quería ir a abrazarla pero debo mantener mi perfil de chico frío a toda costa.
Si continúan conmigo pueden llegar a morir, para protegerlos a todos, primero debo cuidarlos de mí mismo, por eso he decidido seguir solo a partir de ahora. "Haruka, quizás sea hoy la última vez que nos veamos".
Continuará...
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𝘔𝘪 𝘓𝘶𝘻, 𝘛𝘶 𝘖𝘴𝘤𝘶𝘳𝘪𝘥𝘢𝘥
Fanfiction"Eren escúchame, no importa en lo que te conviertas, incluso si eres un asesino y todos te vean como un monstruo, sabes que siempre contarás con el apoyo de tus amigos, de tu familia. Yo siempre creeré en tí. No importa qué tanto cambies, en el fond...