14. Antes, Bandos Opuestos

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Narra Armin

Logré salvar a Falco haciendo que Connie entrara en razón y también conseguí la confianza de Gabi. Debo admitir que por poco me doy por muerto cuando la madre de mi compañero casi me devora; al menos aquella tontería mía sirvió de algo.

Al regresar mi sorpresa fue demasiado grande al encontrar a Annie disfrutando de una tarta de manzana. Fuí muy feliz al verla bien; dentro de mi corazón, incluso ante la catástrofe en la que estábamos, la vida no dejaba de sonreírme.

Mikasa, Jean y la comandante Hange tuvieron una reunión a escondidas donde se dieron las instrucciones del nuevo plan. Con la rubia de nuestra lado, las posibilidades de ganar son mayores, ahora sólo faltaba reunir a los demás.

Aprovechamos muy bien el hecho de que Jean se encontrara cerca del líder Jaegerista para llevar a cabo los hechos: fingió ser devorado por el mandíbula, quien lo transportó junto con Onyankopon y Yelena. De ahí, yo junto con los otros fuimos en busca de Reiner y nos encontramos en el mismo punto que la comandante indicó.

Justo al llegar, sonó una voz del walkie talkie:

-¿Hola, Armin? ¿Hay alguien ahí?

-Sí, Haruka, estoy aquí.

-Me da gusto escucharte. Sólo quería saber si están todos bien. La familia de Sasha y Nikolo son muy atentos conmigo.

-Pues, cómo te diré… gracias a la comandante nos aliamos con los soldados de Marley. Ahora mismo levantaremos un pequeño campamento y el capitán Levi está vivo pero con heridas algo graves, debe descansar para recuperarse pronto.

-Esas noticias son maravillosas y, con respecto a la nueva alianza, tengo esperanza de que todo salga bien. Debo despedirme, Armin, saludame a todos.

-Sí.

Desde el principio, las cosas fueron tensas, sin embargo, lo peor de todo fue la incómoda cena. A pesar de los esfuerzos de la comandante, las cosas no parecían estar del todo bien; la desconfianza entre el bando Eliano y el Marleyano era terrible, por supuesto, hubo una que otra discusión: Mikasa y Annie casi se pelean ya que ésta última la cuestionó sobre si era capaz de asesinar a Eren, y Jean discutió con Magath sobre lo que era correcto o justo.

-¿No hace falta alguien en este grupo? -preguntó Reiner.

-Sí -respondí-. Es Haruka, ella no está bien de salud.

-Eso es muy extraño, que recuerde, nunca la vi enferma.

-No es una enfermedad -interrumpió Connie-, sino que el tarado de Eren la dejó premiada.

"Baaa…se supone que esto era un secreto" me dije.

-Así es, pero por su seguridad, es mejor que nadie fuera de este grupo lo sepa -interrumpí con un toque de nervios en mi voz.

La cara de todos los que acababan de enterarse era, obviamente, de gran sorpresa.

-Jaaaa. ¡¿Y cómo reaccionaste a eso, Mikasa?! Al menos, tal vez ahora que sabes que Eren no te corresponde te animes a acabar con su vida -se burló Annie.

-¡Basta! No me provoques de nuevo -gritó la azabache-. Por supuesto que fue un golpe duro para mí, pero no importa. Haruka y yo conservaremos nuestra amistad y estoy dispuesta a ayudarla en lo que sea. Y no, jamás le clavaré mi espada a Eren.

Por si fuera poco, las cosas fueron de mal en peor. Yelena reveló cosas sobre los presentes, incluida la muerte de Marco. Jean, enfurecido, se lanzó a golpes contra Reiner, Falco y Gabi intentaron detenerlo, esta última recibió una patada por accidente.

-¡Deténganse ya, por todos los cielos! ¿Podrían dejar dormir a su capitán? -nos regañó la comandante.

-Tsk. No me trates como a un anciano enfermizo.

-Oh, lo siento Levi. Bueno, ¿ya nadie más quiere estofado?

-Perdí el apetito -aseguró el castaño. Mejor me voy a dormir.

En eso, el walkie talkie emitió un sonido. Fui a revisarlo.

-¡¿Armin!? ¡¿Hay alguien en línea?! Necesitamos ayuda urgente -era la voz de Nikolo bastante agitada.

Busqué entre mis cosas hasta hallarlo y responder que sí, sí estaba.

-Gracias a Dios que respondes. Ocurrió un problema terrible -decía con la voz entrecortada. Parecía que estaba llorando.

-¿Por qué tanta preocupación?

-Se trata de Haruka… unos hombres que siguen a Folch la secuestraron. ¡Perdón, no fui capaz de hacer algo para evitarlo!

-¡¿Qué dices?¡ -Jean, que estaba a un lado de mí acomodando unas cosas, alcanzó a escuchar la conversación.

-Jean… Lo que digo es cierto. Después de cenar, Haruka subió a su habitación porque quería estar sola un rato; me supo mal dejarla ahí sin compañía así que una vez ayudé a recoger todo subí para ver cómo estaba. Fue ahí cuando supe que algo estaba mal pues a pesar de haber llamado varias veces a la puerta, no me respondió. Abrí por la fuerza y ví que dos hombres con uniformes negros se la llevaban por la ventana; al parecer la terminaban de atar mientras yo llamaba la puerta. Salí corriendo tras de ellos pero fue inútil, a mi paso jamás los alcancé y además con ayuda de los equipos avanzaron más rápido por el bosque. En estos momentos hay varias personas ayudando a buscarla… dudo que la encontremos hoy. ¡Perdónenme! No fui capaz de protegerla.

-Ese hijo de puta de Floch -refunfuño Jean-. Apuesto que esto fue idea suya.

-No te preocupes, modificaremos el plan y la salvaremos. Hasta entonces, tengan el doble de cuidado.

-Sí, eso haremos. Gracias chicos.

Contamos lo sucedido y modificamos el plan.

-Pase lo que pase, ayudaré a la mujer que Eren eligió amar -afirmó la azabache.

-Todos aquí queremos eso, sin importar las acciones de Eren. Todo depende de nosotros, de nuestra voluntad para seguir adelante.

Muy de mañana, cargamos las carretas y emprendimos el viaje.

Continuará...

𝘔𝘪 𝘓𝘶𝘻, 𝘛𝘶 𝘖𝘴𝘤𝘶𝘳𝘪𝘥𝘢𝘥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora