Es una corta lista – susurre una vez que pude salir del transe.
¿Cómo podía decir este tipo de cosas con tanta naturalidad?
— Bueno, pensé que con eso bastaría.
Se encogió de hombros, dejando caer sus manos a los costados, apoyándolas en la cama. Me sostuve de cuello para no perder el equilibrio. Él sonrió mientras se recostaba y pasaba sus manos por mi cintura para tumbarme con él.
— También pensé que te había dejado en claro ayer que no me interesaba estar con nadie más.
Abrió sus piernas para que pueda acomodarme entre ellas, presione mis manos sobre su pecho para poder verlo.
— Wow, súper estrella. Mira en lo que te convertiste.
Envolvió sus manos en la parte baja de mi cadera. Cerró sus ojos y llevó su cabeza para atrás. Se había sonrojado. Sonreí, aprovechando que no podía verme. Me vi entre sus piernas mientras él me tomaba firmemente. Dejé un beso en el medio de su cuello. Su piel quemaba, como siempre.
— No hagas eso – advirtió.
Se arrastro por la cama, aun conmigo entre sus brazos, y llegó hasta la cabecera. Se recostó sobre ella. Seguíamos en la misma posición, pero él ahora estaba más sentando, y podíamos vernos mejor.
— ¿Cuánto te regañaron?.
Ayer había abandonado todas sus obligaciones al medio día, y había permanecido en el departamento hasta un poco después de la cena.
— Podría haber sido peor – se limitó a decir, arqueando una ceja.
Fijó su mirada en el frente.
— ¿Qué pasa?
Su cara se había tensado apenas había preguntado, ¿Por qué se ponía de esa forma siempre que hablaba del trabajo?
— Voy a... —Titubeo y su voz se quebró— Voy a confirmarlo.
¿Nuestra relación? ¿Ante los medios?
— No me queda otra opción – se excusó antes de que pueda decir algo.
Pero no iba a decir nada, ¿Qué podría acotar? Él se había puesto excesivamente mal días atrás cuando me conto que Maria le había pedido esto. Después de tantas llegadas tardes e incluso interrumpir sus obligaciones para pasar tiempo conmigo, no me extrañaba en lo más mínimo que no tenga opción ahora. Ni voz, ni vota. Él solo debía obedecer.
Y, después de todo yo, era parte su trabajo. Yo era un contrato. Y él debía seguir órdenes.
— Está bien – me limite a decir y baje la mirada para que no notara mi incomodidad.
Ajustó su agarre en mi cintura con un solo brazo: me envolvió de lado a lado como si su brazo fuera elástico. Dirigió su otra mano hasta mi nuca y me obligo a mirarlo.
— Quiero que vengas conmigo.
¿Qué?
— ¿A dónde?
No tenía ganas de ir a ningún lado ahora, para ser franca.
Observé su rostro, aún seguía con la vista fija en algo detrás de mí, ¿Qué diablos le pasaba?
— Mañana, a la radio. Quiero que me acompañes.
Oh, no. Por favor, no. No quería estar ahí presente cuando le cuente al mundo sobre nuestro noviazgo. No quería tener que soportar todas las miradas sobre mí.
— Podemos hablar sobre eso después – dije, intentando no arruinar por completo el momento.
Era un claro no.

ESTÁS LEYENDO
Fake
FanfictionAmbos luchaban por lo mismo, aunque algo los diferenciaba: Él tenía el mundo a sus pies. Ella luchaba por tener el mundo a sus pies. Adaptación, hay tantas versiones gente, que no se cual es la original. Pero créditos a la/el/elle autorx original.