Fake

Capitulo 5.

- ¿Me queda alguna otra opción?

Sonrío

— No lo sé, ¿Qué quieres hacer a partir de ahora? — Me encogí de hombros.

— Supongo que podemos seguir haciendo esto por unas semanas.

— Sí, me parece lo más normal — revoleé los ojos, ¿qué era normal?

— Vamos, hay que volver al caos – dijo levantándose

Realmente este lugar estaba tan fuera de la ciudad que me había calmado el dolor de cabeza constante.

— Qué es, exactamente lo que tengo que hacer ahora? – pregunté aterrada mientras caminábamos hacia la puerta del lugar.

— Solo caminar a mí lado y mirar para abajo – asentí obediente.

Caminó de prisa hasta la camioneta. Yo agradecí al cielo mis zapatillas, no había podido seguirlo de otra manera. El flash y un ruido constante me dieron la bienvenida al mundo de la fama.

" Qué tengan una buena noche, chicos"

Se escuchó y reí.

Me senté en el asiento y cerré la puerta. Un golpe de adrenalina abandonó mi cuerpo. Levanté la mirada. Charly me miraba sonriente.

— No fue tan malo, ¿verdad.

Bueno, no. La verdad es que no. Un último flash mientras nos reíamos dentro del gran auto y emprendimos la vuelta a la realidad.

Estaba con Marco, y veía los comentarios.

"¿Quién es la misteriosa chica?"

" Se trata de Yeimy Montoya cantante y modelo Colombiana que actualmente vive en España".

" Es la segunda vez que se los ve juntos"

"¿ Nuevo romance en puerta?"

Releí en el IPad. Era increíble como a los medios y a la gente les gustaba consumir chismes.

— Buen trabajo – exclamó Marco. Me sonreía victorioso. — Tienes algo para comunicarme? – preguntó irónico.—

— Supongo de Maria ya te lo habrá dicho — Asintió-

— Me alegro que aceptaras esto Yeimy Créeme, será lo mejor para tu carrera.

— Eso espero. — dije, y solté un suspiro. Le eché un vistazo a la oficina de Marco. No tenía ganas de hablar con él.

— ¿Puedes sacar tu celular así actualizamos tu agenda? – me preguntó leyendo papeles. Puse mi móvil en la mano para teclear.— Ubícate en el viernes.

Lo miré asintiendo.

— 04:00 pm: Photoshop para una revista —

Aclare mi garganta sorprendida.

— ¿Es una broma? – grite. Él sonrió.

— No, Yeimy. Te dije que todo esto te traería beneficios.

— Ahh!! No puedo creerlo- exclamé atónita. ¿Cuánto faltaba para el viernes? Tres malditos días.

— Mira a tu derecha – dijo, me miré en el gran espejo.— ¿Qué cosa no puedes creer? Solo mírate mujer.

Sonreí. Luego de un poco más de gritos y hasta un abrazo, Salí de la oficina con una cara de feliz cumpleaños terrible.

Puse un pie fuera del lugar y la inmensa camioneta llamó mi atención. El vidrio del asiento acompañante bajó y me estremecí al verlo.