Capitulo 46

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Charly Flow

No sé en qué momento pasó, pero ya estábamos dentro de la casa, en mi habitación besándonos como si no hubiera un mañana.

Me hacía falta sentir su calor y su aroma, la extrañé demasiado y estar aquí junto a ella era lo mejor.

Ella estaba entre mi cuerpo y la puerta de la habitación, me aferré a su cintura mientras ella se aferraba a mi cuello, dando caricias en mi pelo. Nuestras respiraciones aumentaban a medida de que el beso se hacía aún más intenso.

Comencé a bajar dejándole besos por todo su rostro y luego por su barbilla, llegando a su cuello. En estos momentos no importaba nadie más, solo ella y yo.  Sentí un pequeño gemido en mi oído, ella me volvía loco. De su cintura baje a su culo, si era lo primero que me gusto en cuanto la vi. Luego, ya su forma de ser y esas cosas.

La alce, y sentí como enrollaba sus piernas en mi cintura, caminé con ella en mis brazos durante la misma posición hasta llegar a la cama, donde la dejé delicadamente y abrí sus piernas para poner mi cuerpo entre ellas, para luego besarla, y seguir el recorrido de su cuello, a su abdomen. Con mi mirada le pedí permiso para bajar sus jeans, junto con su ropa interior. Asintió, y así fue.

Luego subí por sus largas piernas, y la besé nuevamente. Ella me comenzó a sacarme  la camiseta, y la tiro por algún lado de la habitación. Ahora, solo me importaba que ella disfrutara, quizás antes, me hubiese preocupado de disfrutar yo y solo yo.

Había una gran diferencia entre ella y las mujeres con las que me acostaba solo por diversión.

A ella la amaba.

Comencé a acariciar su centro, robándole suspiros, luego bajando con mis labios al mismo sector, ella con sus manos acariciaba mi cabello, indicando donde le gustaba más.

Gemía y verla disfrutar me éxito aún más, la bese. Me separe solo un momento para bajar mis pantalones y sacármelo junto a mis bóxers. Luego, subí a besarla.

—C-Charly, te estás conteniendo, y si te demoras más te mato. — me dijo, y roce nuestros sexos haciendo que ella arqueara su espalda y cerrara sus ojos a la vez que soltaba un gemido.

La bese. Y cuando estaba apunto de entrar en ella.

— Princesa, mírame.

Nuestros ojos estaban fijos en el otro, solté un gruñido y ella otro gemido, cuando entré en ella. Comencé lento y ambos gemíamos.

Luego de un momento, y no me di cuenta cómo, yo estaba bajo ella con mis manos en sus caderas, ayudándole a llevar el ritmo.

Intento hablar, pero solo salió un jadeo de su boca. Luego entendí lo que quería decirme, estaba apunto de llegar a su liberación, y solo la levante un poco para ayudarle con las embestidas y llegar al límite, junto a ella.

— ¿Puedo? — le pregunté y ella entendió a la perfección, asintiendo con su cabeza.

Así dándome permiso, de poder liberarme dentro de ella. Rodamos y así yo quedando encima de ella, luego salí de ella y ambos intentamos regular nuestras respiraciones.

Yeimy Montoya

Nunca lo había sentido tan cerca. Es decir, habíamos estado igual antes, físicamente hablando. Pero jamás lo había sentido dentro de mí mientras me miraba a los ojos, sus ojos color aguamarina que me encantaban y su corazón se abría de esa manera.

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