Capitulo 21

917 63 31
                                    

-En serio, eres una bestia comiendo – dije mirándolo con asco.

Él levanto su rostro para fijar sus ojos en lo míos, con la boca llena. Reí.

-¿Cómo está tú pie? – pregunto tragando mientras echaba un vistazo por debajo de la mesa.

— ¿Cuál de los dos? – retruque divertida.

— Los dos – sentenció poniendo su voz gruesa.

— Bueno, podrían estar mejor, creo.

Si, mil veces mejor. Aun me costaba caminar. El recuerdo de ellos sobre los vidrios me hizo estremecer.

— ¿Qué fue lo que te lastimó así? – indago arqueando una ceja, limpiando su boca con una servilleta.

Observé cada uno de sus movientes como si estuviese haciendo malabares. Todo lo que hacía me maravillaba.

— Pise algunas botellas rotas.

"No preguntes, por favor". Rogué.

Él bajo su mirada entendiéndome a la perfección. Vi como hacía fuerza para aguantarse todas las preguntas.

Sonreí.

Bajé de la banqueta con un pequeño salto y caminé hacia la suya, abrazándolo por la cintura. Paso su brazo por el hueco de mi cuello mientras tomaba la otra tostada con su mano.

— No puedes esperar que solo me siente y no pregunte nada después de verte así, Princesa – susurró contra mi pelo.

Me separé para verlo. Intentaba sonar tranquilo, pero estaba bastante alterado por dentro. Se le notaba en los ojos.

— No pasó, en serio.

Me apoye sobre la mesada para continuar verlo comer.

— Soló bajamos del taxi, escuchamos algunos gritos y vimos como destrozaban a uno – aclaré mi garganta,

"¿ese estará muerto?", pensé

— Hubo un tumulto de gente, ahí fue donde uno me hizo esto – señalé mi cuello -. Deje mi puño en su rostro y luego me hizo esto – señalo mi ojo —  Otro me hizo esto cuando lo corrí porque me levantó el top — apreté mi costilla. Ese golpe realmente dolía más que todo lo demás. Sus ojos se posaron en mí— Después solo corrimos. Me saqué mis zapatos para poder correr más cómoda y ahí fue cuando paso esto – finalicé y señalé, por último, mis pies.

— Suena como una buena noche – agregó con una pizca de diversión en la voz.

Estaba intentando quitarle el dramatismo a todo. Se lo agradecí.

Terminó la última tostada y saltó al piso.

— Necesito ir a mi casa para seguir cumpliendo mis obligaciones.

Asentí lentamente.

"Fue lindo mientras duró", pensé.

María iba a darle una buena patada en el culo si seguía ausentándose.

— No perderte de vista ahora también es mi obligación así que vamos – tomó mi mano y me arrastró hasta el living.

La miró. Luego a mí. Y yo a ella.

— Miss cagada puede venir también – agrego y abrió la puerta-

— ¿Crees que debería dejarme el bigote?

Fue lo primero que se escuchó cuando Charly abrió la puerta de la gran mansión. Revoleó sus ojos mientras colgaba su abrigo en el perchero.

— No, te verías ridículo con él.

Fake Donde viven las historias. Descúbrelo ahora