Capitulo 7

986 78 55
                                    

- ¿Alquilas departamentos lujosos a todos lados dónde vas? – pregunté mirando para todos lados. No tenía idea de dónde estábamos, pero era todo muy ostentoso.

Me sentía fuera de tono terminando mi hamburguesa echando un vistazo a todas esas enormes casas. Verlo a Charly haciendo exactamente lo mismo me tranquilizaba.

— No, alquilo casas lujosas.

Oh, superestrella. Sonrió mientras masticaba. Dobló a la izquierda para entrar a la camioneta en un portón enorme.

Abrí la boca sorprendida mientras bajaba del auto.

— Estás bromeando.

— ¿Qué pasa? – inquirió desentendido. Negué con mi cabeza. Él realmente no tenía idea. ¡Estaba de paso ahí! ¿Cómo debía ser su casa de verdad?.

Abrió la puerta y un "¡gol!" se escuchó. Él río y yo lo seguí. Entramos a la sala.

Todo estaba blanco, limpio y luminoso. Había un gran ventanal en una de las paredes. Un chico estaba tirado en el sillón mientras él otro le hacía un baile con el trasero cerca de su cara. Adiviné que ese era quién había anotado el gol.

— ¿Pueden comportarse? – gritó Charly levantando la voz divertido.— Qué no ven que traje a mi novia a casa? – río aún más. ¿de qué se reía?.

— ¿A Yeimy? – gritó uno. Los dos se dieron vuelta para verme.

— Wow – exclamó mientras el otro me silbaba. Carcajeé por lo caraduras que eran. Se levantaron juntos y, mientras uno se acercaba, el otro apagaba el televisor.

— Nunca los había visto apagar la PlayStation – susurró Charly sorprendido -. Estos son los parásitos que viven de mi dinero – exclamó divertido señalándolos.—
Juan Camilo "Juancho" y Joaquin Pulido "Drama".

Asentí saludándolos con la mano y los dos rápidamente se acercaron para dejar un beso en mi mejilla. Sonreí.

— Hermano, cuándo hablaste de una novia contratada jamás me imaginé un camión así – comentó en un intento de susurro Juancho Largué una carcajada ante su comentario.

— ¿Te puedes ubicar? – pidió mientras le daba un golpe en la nuca.—

— ¿Cómo la vas llamar camión desubicado? – agregó Drama — ¿Qué no ves que es un tanque de guerra?

Me mordí el labio intentando disimular la risa. Me había sonrojado.

— Sí, sí. Bueno muy lindo todo. Déjenla en paz. Es mía — exclamó sacándomelos de encima. Sonreí. Me sentí, por primera vez, acompañada.

Me tomó la mano y me arrastró por la sala junto a él. Me soltó cuándo ingresamos a la enorme cocina. Investigó la heladera. Buscó un vaso entre los muebles y se sirvió. Negué con la cabeza luego de que me ofreciera.

— Perdón por lo de recién. Los chicos... ya sabes, parecemos unos adolescentes de 16 años – dijo riendo.

— ¿Por lo hormonal dices? – pregunté divertida. Seguramente él se comportaba de la misma manera, pero hasta ahora se había cuidado conmigo.— Creí que vivías solo – comenté, observando cada uno de sus movimientos.

— Lo hago, en Puerto Rico. Vinieron a pasar unos días para acompañarme en mis días libres – explicó. Asentí sonriente mientras los miraba desde la cocina.

— ¿Entonces, ¿cuándo nos vamos? – pregunté. Su cara se iluminó. Justo cuando estaba por responder, una voz nos interrumpió.

— ¿Podemos meternos a la piscina? – preguntó Juancho asomándose por la puerta. Reí. Parecía un niño pidiéndole permiso a su papá.

Fake Donde viven las historias. Descúbrelo ahora