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— ¿Cómo tienen sexo las mujeres? –pregunta Cheryl, quito mi vista de mi libro y veo a su rostro confundido mirando hacia el techo desde mi regazo.

— ¿Qué? ¿Por qué la pregunta? –digo con risa, el hecho de que lo pregunte no es muy usual que digamos.

— Bueno, las mujeres no tenemos... –arqueé una ceja por su intento de no decir la palabra 'pene'– ya sabes, ¿cómo tienen relaciones entre ellas? –ella repite su pregunta.

— ¿Por qué estabas pensando en eso? –pregunté con risa.

— No lo se... estaba pensando ¿cómo lo haremos en un futuro? –oh cielos, ¿ella estaba pensando en eso? Casi me atraganto con mi saliva pero logré responder.

— ¡¿Qué?! –finalmente cerré mi libro–, ¿por qué pensabas en nosotras haciendo... –di una pausa– eso...?

— Bueno, las parejas que se aman lo hacen, ¿pero como lo harían las mujeres? –Murmuré confundida y con un leve sonrojo, la verdad nunca he hablado del sexo con nadie que no sea Kevin. Sus explícitas pláticas no son muy buenas para mantener tu mente sana.

— Pues usan sus dedos. –murmuré con vergüenza. Lo dije, dije lo que Kevin me ha dicho casi siempre que nos vemos, me habla sobre si algún día tenia sexo así es como lo haría.

— ¿Lo has hecho? –preguntó directamente, yo negué con la cabeza en respuesta. Así era Cheryl cuando estaba conmigo, nunca era tímida o algo así, en cambio siempre me decía las cosas directamente–. ¿Entonces como lo sabes?

— ¡No! Existe la auto-exploración ¿sabes? –digo en voz baja con vergüenza. Ella solo vuelve a arrugar la cara con confusión como al principio de la conversación.

— ¿Qué es eso?

— Me da vergüenza... decirte. –ella me miró con cautela e hizo uno de sus pucheros.

— Por favor... –rogó.

— No te diré, mejor lee este grandioso libro que robé de la biblioteca –me puse de pie y fue a la estantería de mi habitación–. No fue un robó literalmente, estaba en un carrito con una etiqueta marcado como "inapropiado" y "aberración" lo cual no es así, es de mis favoritos. –acaricié la dura pasta y aspiré su viejo olor.

— ¿Lo leo? –acomodó su vestido y se puso de pie junto a mi.

— Si, aparte te agregaré unas hojas que yo escribí. Te ayudará a entender, todo. –se lo entregué y ella lo abrazó contra su cuerpo.

— Está bien, lo leeré. –me sonrió, acarició mi mejilla con sus dedos y junto nuestros labios en un dulce y suave beso. Todo estaba bien cuando estaba con ella.
Pero como últimamente pasaba; nos interrumpían. Veronica la persona más frecuente.

— ¿Si? –pregunté de mal humor una vez que abrí la puerta y vi a Veronica detrás.

— Mi hermanito Tadeo ya llegó y está buscando a su amada esposa –miró a Cheryl con una sonrisa–. Y a ti Antoinette, mamá te habla. –me dió una sonrisa arrogante y se fue.

— Sospecho qué tal vez escuchó algo, últimamente está más insoportable de lo normal. –digo a Cheryl quien me da una sonrisa de empatía y acaricia mi mejilla.

— No te preocupes, ya hubiera dicho algo. –pega sus labios a mi mejilla y deja un sonoro beso.

*

— ¡Te lo digo en serio! ¡Ella me preguntó! –exclamé llevando una cucharada de pastel a la boca.
Kevin y yo estamos sobre una pequeña colina del campo, una manta bajo nosotros y un pastel casi terminado en medio. Venimos como algunas veces a platicar, solo nosotros y sin miedo de que alguien nos escuche.
Hubiera traído a Cheryl conmigo, pero mi insoportable hermano estaba en casa y no la dejaría salir probablemente.

— ¿Le dijiste? –pasó una mano sobre su rizado cabello y dio una bocanada a su cuchara.
Teníamos un montón de ropa junto a nosotros;  la chaqueta del traje de Kevin, y la parte inferior de mi vestido.

— Me dio pena, en vez de eso le presté uno de mis libros favoritos y le escribí algunas de las lecciones que tú me diste.

— Soy el mejor en eso, no olvidaste la parte de... –arqueó una ceja mirándome divertido, yo grité para interrumpirlo antes de que dijera algo más, me atraganté con el pastel y mis mejillas ardieron.

— ¡Cállate! Te he dicho que no hables de eso.

— ¡Lo siento! es que es divertido.

— Kevin... nunca te he preguntado como es que sabes todo eso.

— Bueno, ser bibliotecario en la biblioteca del pueblo te deja muchos aprendizajes. Hay unos cuantos libros que son apartados del resto y son etiquetados como "inapropiados" y "aberraciones". Un ejemplo, el que te di.

— La gente de aquí de verdad que no sabe apreciar.

— Ni que lo digas. Quieren quemar muchos cada día, yo simplemente los llevo a casa y los guardo.

— ¿Cómo vas con tu cadete? –pregunté y su rostro se iluminó como siempre que lo menciono.

— Recibo una carta de el todos los días, y en la última me envió una foto suya. –tomó su saco y de el bolso sacó una pequeña foto en blanco y negro de un chico bastante atractivo, vestía ropa de militar y tenía una gran sonrisa.

— ¿Te lo imaginabas así?

— Claro, es mucho más apuesto de lo que pensé. Y no puedo esperar para estar con el.

— Serán tan felices.

— Lo se. Sabes que solo espero que me digas si quieres venir conmigo. –dijo arqueando una ceja. Solté un largo suspiro y negué con la cabeza.

— Quiero irme contigo, Kev. Pero sabes que Cheryl no, y no quiero dejarla de verdad.

— Se lo preguntaste hace meses, tal vez ya cambió de opinión.

— No lo se, veré que puedo hacer.

*

Cheryl POV
Mis piernas están cruzadas y mi espalda recta. No suelo sentarme mucho así pero la madre de Toni está frente a mi, me invitó al té, junto con Veronica.
Solo una platica normal, yo hago unas cuantas preguntas y ya, no soy muy conversadora con este tipo de personas.
Todo transcurre normal hasta que Tadeo llega de nuevo y me mira con una cara demasiado sería.

— Cheryl, tenemos que ir a un lugar. –besa la mano de su madre y luego me la ofrece a mi para ayudar a ponerme de pie.

— ¿A dónde? –pregunté confundida.

— No te preocupes, solo acompáñame. –me paro junto a el, Tadeo se separa un poco y se agacha junto a Veronica que le susurra algo al oído. Pronto vuelve junto a mi, me toma de la mano y nos despedimos de ambas para luego salir por la puerta.

Fuimos en carreta y llegamos más pronto de lo que esperaba, yo estaba muy confundida, pero una vez que vi al lugar el miedo comenzó a inundarme. Era la cabaña de su abuelo. Prometió que no volvería a hacer lo mismo, y espero por dios que lo cumpla.
Me ayudó a bajar y entramos a la elegante cabaña, cuando entramos sirvió copas de vino y me miró con seriedad.

— ¿Qué hacemos aquí? –pregunté rompiendo el silencio.

— Quería hablar contigo.

— ¿Sobre qué? –bebí un poco de vino y el soltó un largo suspiro, se bebió el vino de un trago y volvió a mirarme.

— ¿Qué ocurre entre mi hermana y tu?

Get away with me (Choni)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora